Algo sobre mi madre (y sobre personas como yo)

Hace unos días mi madre le comentó al médico de cabecera que no le parecía bien que mis hijas no tomaran pan. El médico le respondió que él se había dedicado a la nutrición durante 15 años y que había conocido a muchas personas «como yo», y que era muy difícil hacernos cambiar de opinión.

Esta mañana mi madre me ha llamado por teléfono para contarme sus últimos análisis clínicos. Tiene prediabetes. No es el diagnóstico médico, sino mi interpretación de tener la glucosa en ayunas por encima de 130. Además de eso tiene dos de las tres transaminasas un poco fuera de rango y la ferritina muy elevada. De tal astilla, tal palo.

¿El consejo del médico? Que se tome media pastillita (de no se qué) para bajar el azúcar. Mi madre quiere aparcar esa posibilidad por ahora, e intentar adelgazar, a ver si los análisis salen mejor. Visitó a un endocrino. ¿Dieta del endocrino para adelgazar? Galletas maría, leche desnatada, yogur desnatado, pan o pan integral en todas las comidas,  patata hervida, arroz, fruta a tutiplén, pan untado con margarina (¡por favor!), un poco de ternera y pescado blanco. Peso de cada ración indicado en la dieta, por lo que no hay que ser un lince para ver que este señor le está dando una dieta hipocalórica basada en los hidratos de carbono para adelgazar. Si es igual de competente para todo, para prevenir o curar el cáncer de pulmón seguramente recetará fumar puros. Pero no solo eso, el médico de cabecera le dijo que el truco para adelgazar era «menos plato y más zapato». Le preguntó si andaba mucho al día, y le sugirió que en lugar de pasear acelerara el ritmo.

He estado hablando con ella un rato. El loco de su hijo ha estado hablando con ella un rato. El que no quiere que sus hijas tomen pan ha estado hablando con ella un rato. Le he mostrado cómo NO se adelgaza con dietas hipocalóricas, según la evidencia científica. Le he mostrado estudios científicos en los que sí se ha perdido una cantidad importante de peso a largo plazo, en los que no se contaban calorías pero sí se eliminaban de la dieta el pan, la pasta, la pizza, la patata, las legumbres, etc. Y le he enseñado el resultado de ese estudio en el que, tras perder algo de peso, los diabéticos que reintroducían los hidratos de carbono en su dieta recuperaban el peso perdido. Le he mostrado la previsible evolución de su glucemia en cuanto deje los hidratos de carbono, dada la experiencia de personas con diabetes que siguen una dieta baja en hidratos de carbono. Le he enseñado ese artículo en el que, con la evidencia científica en la mano, decenas de expertos en diabetes exigen que la restricción de carbohidratos sea la terapia por defecto para la diabetes. Y le he dicho que medicamentos, los justos, que si la restricción de carbohidratos le funciona, que no juegue a subir la glucosa con alimentos innecesarios para luego bajarla de aquella manera con medicamentos.

Supongo que sí, que soy un fanático radical imposible de convencer. Estoy tan mal, que veo a los médicos como incompetentes que te recetan un medicamento en lugar de sugerirte que dejes los alimentos que ofenden a tu cuerpo. Estoy tan mal, que veo como incompetentes a los médicos que te recomiendan para adelgazar un método, el «menos plato y más zapato», que no funciona para adelgazar. Estoy tan mal, que veo como incompetentes a médicos que, con prediabetes, te recomiendan una dieta con abundantes carbohidratos y prácticamente nada de grasa. Debe ser porque, en mi ofuscación, no entiendo que la dieta que se le propone a mi madre se base en el grupo de alimentos que está dañando su salud. Estoy realmente mal. Un caso perdido.

Mi madre dice que va a estar tres semanas evitando los hidratos de carbono, a ver cómo salen los análisis. La misma madre que, unos días antes, le dijo al médico de cabecera que no ve bien que en mi casa no se consuma pan.

Está claro que la genética juega un papel, pues con un hermano y un tío (por parte de padre) diabéticos, es obvio que en mi familia no tenemos los mejores genes para tolerar los hidratos de carbono. Pero mi madre no tiene sobrepeso ni prediabetes por genética, ni por andar poco, ni por consumir demasiada grasa. La tiene por haber creído en esos incompetentes con bata blanca. Como no empiece a verlos como lo que son, lo va a pagar con su salud.

Pero bueno, solo es la opinión de una persona «como yo».

Un Comentario

  1. Elena

    Vicente, te acompaño en el sentimiento.
    Yo llevo mucho tiempo en la fase de mostrarle a mi madre «por qué debe dejar de comprar margarina», ya lo doy por perdido. Lo he intentado por activa y por pasiva, y nada, no avanzo. Por otra parte, no comprende por qué uso unos quesos rallados y otros no quiero ni verlos, y es que hasta que no le enseñé los ingredientes de la bolsita del queso del Caserío, no supo ver que ahí dentro había de todo menos queso. Pero bueno, paciencia.
    Espero que tu madre se tome en serio lo de reducir los hidratos de carbono y logre controlar la posibilidad de tener diabetes y comience a conocer la maravillosa vida del LCHF.
    Por cierto, ¡enhorabuena por no dejar que tus hijas coman pan!
    Un fuerte abrazo.

    • novuelvoaengordar

      Hola Elena,
      yo también espero que se lo tome en serio, porque si con esos valores de glucosa en sangre no tiene fuerza de voluntad para abstenerse de comer pan, habría que dejarlo por imposible.
      Hablando de ingredientes, me ha enseñado fiambre de pavo que tenía en la nevera. ¿Porcentaje de carne? 55% ¡La mitad no era carne! Le he dicho que se deje de tonterías y que se vaya a por el filete de verdad. Máximo 1 ingrediente.

      (esto me recuerda la serie «Denunciable» de Carlos Abehsera, que no se anda por las ramas llamando a las cosas por su nombre)

      Gracias por la visita y por el apoyo 🙂

  2. Ana

    Hola! mucho ánimo con tu madre! a ver si hay suerte y consigue seguir las 3 semanas de prueba… si le va bien es posible que la hayas convencido!

    Yo tng una madre tomando pastilla para el colesterol, para la tensión, sin vesícula… en fin, tiene de todo, y es imposible hacerle entender estas cosas. Y eso que no soy tan «radical» como tú, y como no hay problemas de peso, no pretendo reducir tanto la fruta, por ejemplo.

    de momento para convencer a personas lo qu emejor me ha funcionado es hacer hincapié en que azúcar, harinas, cereales… no aportan ningún nutriente que no puedas obtener de mucha mejor forma de otros alimentos… Es un enfoque más positivo que a algunas personas les encaja mejor…

    En fin, ya nos irás contando como va la cosa con tu madre!! Por cierto, que yo conozco un caso que considera que el azucar y harinas que usan ellos, como es para hacer recetas caseras, y la harina la compran en el molino del pueblo, pues no es tan malo porque no lleva «cosas malas de la industria» pffff A ver como les explico que a mi me causa la misma adicción!!! jaja

    Habrá que tomarselo con filosofía 😉

    • novuelvoaengordar

      Hola Ana,
      difícilmente voy a conseguir en dos horas hacerla olvidar lo que llevan 40 años repitiéndonos machaconamente. Yo mismo, no concibo tomar jamón serrano sin pan, así que prácticamente no como jamón. Y eso que me gusta, pero es complicado luchar contra la costumbre. Y ella está acostumbrada a comer de una determinada forma. ¿Voy a convencerla yo de que los alimentos que le dicen los médicos que debe consumir, son en realidad los que no debe consumir? ¿Va a entender que en este momento el plato de lentejas o el trozo de pan no le aportan nada bueno? Es complicado.

      Lo de la adicción tiene bastante que ver con el tema de la fruta, en mi caso. Yo en este momento no siento adicción hacia la comida: como cuando tengo hambre y nunca tengo sensación de haberme pasado comiendo. Pero sí me veo a mí mismo pegándome una «platerá» de fruta o zampándome un bocadillo enorme. Podría pasarme comiendo fruta, pero nunca me pasaría comiendo huevos. Prefiero ser prudente, ser consciente de mi debilidad, y obtener las vitaminas por otras vías menos «atractivas» para el paladar y menos cargadas de azúcar.

      Otra cosa que puede ayudar a convencerla es el peso: en este momento peso solo dos kilos más que ella (y dos menos que mi padre), siendo bastante más alto que ellos. No soy yo el que está comiendo lo que no debe.

      Gracias por pasarte por aquí 🙂

  3. Andrés

    Te recomendaría encarecidamente que compres un glucómetro y que vea la diferencia entre una tortilla francesa con mantequilla y unas tostada con mermelada (bueno, a lo mejor ahora no es el momento para lo segundo).

    No creo que haya ni el 10% de vesículas biliares amputadas que no haya sido culpa de la maravillosa dieta baja en grasas… el peligro no se limita sólo a no poder aldegazar.

  4. Paloma

    Vaya, lo de los endocrinos estos es denunciable.
    Lo del médico de cabecera pues también, aunque menos, porque al fin y al cabo no es endocrino!
    Lo del fiambre de pavo es denunciable.
    Pero al menos tu madre te ha escuchado.
    Me alegro por ello!

    A mi mis suegros no me escuchan. Se hinchan de pan y fruta, y comen poca carne para no engordar. Al menos no están obesos, pero su dieta no puede ser buena!

    PD: Una vez mandé a mi marido al super y compró jamón de york de una marca blanca (alipende). Había un 55% de carne de cerdo. Qué asco!

    PPD: Lo de las vesículas biliares llenas de piedras amputadas por seguir la dieta baja en grasas prescrita es para ir y quemar un quirófano…

    • novuelvoaengordar

      Hola Paloma,
      yo a mis suegros nunca les he dicho nada sobre este tema. Mi suegro está bastante bien, pero mi suegra … Si quieren algo, aquí estoy, encantado de hablar de nutrición y aelgazar, pero yo no voy a empezar la cuestión. Y mira que mi suegra, con toda amabilidad, cada vez que ve me dice «qué bien estás».

      Mucho pan,mucha fruta y poca carne ¡eso es la pirámide nutricional de los «expertos»! Tampoco yo veo saludable comer así.

      Gracias por la visita :):)

  5. Helena

    Hola Vicente, te voy a contar una historia que está relacionada con todo lo que cuentas de la gente y los «expertos». Cuando conocí a mi novio, pesaba 118 kilos midiendo 1,75. Llevaba toda una vida de dietista en dietista, con dietas bajas en grasas, pesando la comida, controlando todo y haciendo un montón de deporte, y manteniéndose en torno a los 100 kilos. Un día se hartó y decidió que lo suyo era un problema personal, metabólico, que nunca podría adelgazar, y que ya que más daba, y así fue como llegó a su máximo.
    Luego se vino a vivir conmigo, yo ya había empezado a comer LCHF y se encontró con que en mi casa no se come pan, las coca colas no entran ni por asomo y no se meriendan donuts. Y ¡pam! milagro, ahora mismo pesa 75 kilos. Pues bien, resulta que uno de estos días estábamos hablando con una amiga sobre recomendaciones nutricionales, y me dice que «no debería ser tan nazi». ¿Nazi yo? ¿Y me lo dice una persona que ha comprobado en sus propias carnes lo que le estaba haciendo el azúcar y las harinas? Impresionante. Pero bueno, poco a poco se va convenciendo de que quitarse hasta el azúcar del café es lo que le ha hecho llegar hasta donde está.

    Por otro lado, este artículo que has escrito sobre tu madre me recuerda a mi suegra. Ella está convencida de que su hijo, al venirse a vivir conmigo, empezó a hacer más deporte (yo voy en bici a todas partes), y que eso es lo que le ha hecho perder 40 kilos. La dieta milagrosa de media hora de bicicleta al día. No sé cómo no la he patentado. El caso es que ahora la mujer tiene hipertensión y colesterol, además de un problema de estómago para el que se medica, así que aprovechando una comida en su casa le sugerí que no tomara tanta cocacola por la cantidad de azúcar que lleva. Su respuesta fue «no hace falta, el azúcar lo tengo bien».

    Creo que muchas veces chocas con un muro mental que tienen ciertas personas (puesto por ellos mismos o construido con ayuda de expertos), y es muy difícil que lo derriben. También creo que hay mucha gente que necesita creer que lo que hace funciona. Por ejemplo, el caso de la gente que se mata a hacer deporte y come dos hojas de lechuga al día. Cuando yo les digo que desayuno huevos con bacon, la respuesta suele ser «será tu metabolismo, qué suerte tienes». Es más que el hecho que hagan lo que les han recomendado. Es la necesidad de pensar que los están haciendo bien y lo que hacen vale para algo. Y lo tuyo es cuestión de suerte. A mi novio, según muchas personas «le ha cambiado el metabolismo de repente».

    Perdón por la parrafada, pensé que podría resultar interesante en el debate.
    Un saludo!

      • Helena

        ¡Gracias! Aunque el mérito es más suyo que de nadie, y de blogs como el de Vicente, que le abren los ojos a la gente. Aunque queda mucho por hacer…

    • novuelvoaengordar

      Hola Helena,
      muchas gracias por la «parrafada», por contar tu experiencia.

      Bajo el paradigma de las calorías «puedes comer de todo, pero con moderación». No se entiende que renuncies a «alimentos» apetecibles. Cuando niegas la validez de ese paradigma y dices «no voy a comer de todo, ni con moderación» la postura se ve como radical. No lo entienden. ¿Por qué no pruebas el postre, si luego haces un poco de ejercicio y lo quemas? Pues porque cuando seguía esa filosofía acabé con 95Kg, hígado graso y reflujo gastroesofágico. Y sospecho que evité la diabetes precisamente por no haber dejado nunca de hacer deporte, a pesar de la obesidad.

      Este fin de semana pasado tuve un bautizo. No probé nada de los primeros platos que sacaron. Ni rebozados, ni ensaladilla rusa, ni patatas bravas. Si no hubieran sacado nada comestible, me habría quedado sin cenar. Y no pasa nada. ¿Radical? Que piensen lo que quieran: estoy mejor que nunca. Finalmente sacaron algo de jamón serrano y una deliciosa carne de cerdo, así que acabé cenando bien. Y bebiendo agua.

      Sí puede ser. Puede ser que casualmente cuando evité los cereales y sus carbohidratos me cambiara el metabolismo. Y casualmente me vino una fuerza de voluntad que hasta entonces no había tenido. Y a pesar de no haber dejado nunca de hacer deporte, seguro que he bajado de peso por dejar de ser sedentario. Pues sí, hay quien quiere ver las cosas de una manera y retuerce la realidad para seguir viéndolas igual.

      Un saludo 🙂

      • Helena

        La verdad es que la presión social es bastante fuerte, es difícil no acabar sucumbiendo al entorno. Especialmente cuando no entienden o no quieren entender. Está socialmente aceptado «comer de todo, pero poco», pero no «evitar totalmente ciertos alimentos». Eso es insano. A pesar de que todo el mundo lo hace, no veo que nadie te diga «puedes comer cianuro, pero poco». ¿Por qué? Porque el cianuro mata, todo el mundo lo sabe.

        Este fin de semana pasado comimos en casa de mi suegra. Para postre, llevé una mousse de chocolate casera, totalmente low-carb. Cuando acabó la comida mi cuñada se quejó de que la mousse estaba buena pero «faltaba algo», «sabía demasiado a chocolate»… «Es que no lleva azúcar – le dije – Eso le falta». «Ah, pues es que un postre sin azúcar no es lo mismo».

        He de añadir que ella pesa unos 30 kilos más que yo y va todas las tardes al gimnasio. Pero se toma un zumo antes de ir porque «si no se marea». Y se gasta su buen dinero en un «experto».

        En fin, como comentabas antes, con la familia política mejor no meterse. Si necesitan cualquier cosa que pregunten ellos.

        Por cierto, me encanta el ambiente de debate que hay por aquí, y tu frecuencia de entradas nuevas y tu nivel de inglés son espectaculares.

        Un saludo! 🙂

      • novuelvoaengordar

        Fuma, pero con moderación
        (al fin y al cabo el tabaco es legal y está a la venta, ¿no?)

        Estoy muy contento con mi capacidad de comprensión oral (facilitada mucho porque conozco el 99.9% del vocabulario inglés empleado en nutrición). Lógicamente, en comprensión escrita tengo muchos menos problemas. Lo que sí me cuesta es escribir. De hecho esta última entrada en inglés debe de tener bastantes erratas, porque me cansé de hacer la traducción y en cuanto estuvo más o menos terminada, la publiqué. le hubiese faltado una leidita más, para corregir los errores gordos. ¡Está bien como está!

        Yo disfruto leyendo y escuchando cosas en inglés (de hecho solo veo TV en inglés), pero ojalá todo material en inglés estuviera también en castellano para que tuviera mayor difusión. Es que hasta hay libros interesantísimos que solo están en inglés.

  6. David zORe

    A mi me esta pasando lo mismo con mi hermano. Le diagnosticaron fibromiálgia, hace casi un año. Yo le recomendé, una dieta sin gluten, lácteos, etc…. Es una tarea muy difícil, el luchar contra las recomendaciones de médicos y nutricionistas, que durante tanto tiempo, nos han y estén engañando. Incluso cuando acudimos a un buen médico, que le recomendó, eliminar gluten y cereales, mi madre le contradecía, y eso que ve, que yo hace tiempo no consumo estos alimentos, salvo ocasiones especiales…
    Animos y Mucha suerte Vicente!!

    • novuelvoaengordar

      ¿A quién haces caso, al médico o al loco de tu hijo que dice que comer pan, algo que se ha comido «toda la vida» puede ser perjudicial para la salud? Hasta cierto punto es normal, pero, sinceramente, espero que mi madre decida hacer caso a su hijo y se olvide de la dañina dieta que le han recetado los médicos.

      Gracias por la visita, David.

  7. Bertoni

    Yo soy de los de bata blanca, farmacéutico.Hago constantemente determinaciones de colesterol y azucar in situ a los pacientes y casi siempre estan mas preocupados por su colesterol que por el azucar.Como anecdotas tengo mil pero vamos os doy un consejo,no deis recomendaciones a los que no quieren escuchar o si la dais lo haceis una vez y al carajo, y perdon por el lenguaje.Me he pasado años diciendole a la gente que si tu problema es de azucar basta con no comer carbohidratos en general y sí, yo sí recomiendo caminar porque los pacientes mejoran por el motivo que sea.Sera quiza porque cuanto mas vacias el glucogeno muscular y hepatico mas carbohidrato es tolerable comer en general asi que no viene mal, no tanto por un balance energetico sino por un mas adecuado balance hormonal.Les recomendaria que hicieran ejercicios de fuerza pura como sentadillas, dominadas, peso muerto, press militar… pero eso ya es demasiado, ya es pasar de loco a muy loco recomendarles eso.en cualquier caso os aventuro que es casi imposible y que creo que para mi es malo profesionalmente recomendar lo correcto porque el paciente desconfia de un consejo tan loco, tan contra corriente.Da igual que les digas que varios paises estan revisando sus recomendaciones para pacientes diabeticos, decirles que no coman carbohidratos es como hablarles en Chino.

    Mi propio suegro es prediabetico, obeso y como le ha salido un asterisco en el azucar le ha dicho el medico que no coma pan asi que lo ha sustituido por…¡tachan tachan!…crackers. iva, bravo y hurra. Para que me va a hacer caso a mi, si total yo que entiendo de esto, soy farmacéutico y el medico le ha dicho otra cosa.

    Mi padre, que es farmacéutico tambien, cuando se ve un poco mas voluminoso quita los carbohidratos en general y le funciona a las mil maravillas.En poco tiempo pierde sobre todo mucho volumen.Lo hace a pesar de ser de otra generacion porque para el, con su formacion, es de sentido común que los carbohidratos son energía que es precisamente lo que sobra en una dieta occidental.

    Yo por mi parte en las epocas en las que quiero ganar fuerza o musculatura desayuno y añado mas carbohidratos deliberadamente para ponerme en estado anabolico por decirlo de alguna manera y cuando quiero perder grasa los voy quitando y añado HIIT ademas de ayunos intermitentes(no desayuno).

    En fin, que me he enrrollado pero si os quiero dejar para que penseis que si al paciente le dices algunas cosas deja de confiar en ti, solo algunos estan dispuestos a cambiar el pensamiento tan arraigado de que la piramide alimenticia es en realidad una imagen triangular que representa la divinidad y perfeccion.

    • novuelvoaengordar

      Hola Bertoni,
      si mi madre me dice que se cansa enseguida y que el médico le ha dicho que acelere un poco el ritmo para bajar de peso, pues no me parece razonable. Es que el ejercicio no sirve para adelgazar, señor médico. Que ande lo que le apetezca y sin forzar la máquina, que no le sobran kilos por sedentaria, sino por comer lo que no debe (¡pan!). Y no tiene edad para hacer otra cosa más que pasear.

      Respecto de la bata blanca, yo he dejado de prestar atención al título. ¿Conoces a Tom Naughton? Es comediante, y sus opiniones me resultan más interesantes que las de cualquier «experto» en nutrición. Si alguien quiere tirarse de los pelos al leer esto, que lo haga (y que estire fuerte). Me interesa más la opinión de otras personas como yo, que lo que tenga que decir cualquier titulado en nutrición (o como se llame el título, me da igual). Es una realidad. Los expertos mienten, por razones que desconozco, mientras que no veo razón para desconfiar de quien cuenta su experiencia en un comentario de un blog. Las experiencias personales que se cuentan en el blog de William Davis, por ejemplo, valen para mí infinitamente más que la opinión de cualquier «experto» sobre el gluten.

      Es cierto que espero que mi madre confíe más en mí que en el incompetente del endocrino o el incompetente del médico de cabecera. Pero debería confiar en que yo le he mostrado cómo lo que esta gente le ha dicho es falso. Yo le he enseñado los artículos científicos que dicen que lo es. Puede creer en la palabra de los de bata blanca, o en la explicación que su hijo le ha dado de una decena de estudios científicos. Su vida, su decisión.

      Gracias por contarnos tu experiencia 🙂

  8. Carolina

    Nadie es profeta en su tierra… Mucha mucha suerte y ánimo con tu madre, Vicente. La idea del glucómetro es cojonuda: si no se toma 100% en serio la reducción temporal de carbos, sí que puede comprobar por sí misma cómo reacciona su cuerpo entre desayunar jamón serrano (yo lo como tipo espárrago jeje corto lonchas pequeñas y finas y ñam!), o tortilla o similar, frente a esas galletas maría con leche. Que mire 1h después… y se siente para no caer de culo!! A ver, tiene que ser muy difícil hacer las cosas «de otra manera» que nada tiene que ver con lo que te dice el médico y el endocrino (= «Dios», especialmente para gente mayor), ni con lo que se hizo toda la vida, ni con lo que hace todo el mundo, ni con lo que te bombardean en la tele… Por mucho que tengas el vivo ejemplo en tu hijo y que éste te enseñe/explique «cosas científicas»… cuesta, son muchos años con ciertos dogmas. Pero hay que seguir luchando!!

    Por cierto, muy de acuerdo con Bertoni, si vas a contracorriente te tachan de loco y si tienes un negocio se creen que los quieres timar. Cuando muchas veces «la corriente» es precisamente mantener el negocio… Somos una sociedad muy poco crítica (así nos va). Yo también tengo que luchar a diario en casa, lo bueno es que no tengo que convencer a nadie para que coma así, pero por más que perdiera 20kg aún hay reticencias, miedos, desconfianzas y «tas loca!! vas a enfermar!! pero si ya tas bien, a ver si te pones anoréxica!!» (cuando dicen esto se les debe olvidar cómo como o tienen una idea muy equivocada de la anorexia, porque vamos… 1º que «»estoy a dieta»» por salud-prevención, y 2º que el IMC «cuadra» pero el % graso sigue alto). Ahora dicen que me volví muy extremista y están constantemente con el «hombre un poco, un día, un cachín, no pasa nada, luego lo quemas, yo también me la salto y mañana compenso…». A veces exaspera, otras veces cojo aire y empiezo con el «todo acto tiene su consecuencia». En fin, paciencia y humor, y en tu caso ojalá tu madre «abra los ojos y las orejas», de verdad. Perdón por el rollo, quería transmitirte mucho ánimo para que tu madre pueda disfrutar de muchos años con calidad de vida, y tú de ella!! 🙂

    PD: muy «buena» la anécdota que cuenta Ana, a ver si la harina o la miel por ser «de casa» van a convertirse en chuletas, seguro que si hacen un estudio concluyen que los bizcochos caseros no engordan jeje… Que «de donde no hay no se puede sacaaar»!!

    • novuelvoaengordar

      Hola Carolina,
      por ahora se resiste a usar el glucómetro. Dice que irá algún día a la farmacia o que usará el de mi hermano (el que fue diabético hasta que empezaron a fallarle los riñones y tuvo que someterse a un doble transplante pancreas-riñón). Aunque no hiciera la medida pospandrial, si tan solo se midiera la glucosa en ayunas, ya sería un avance, pues esa realimentación seguro que le daba moral para seguir evitando las harinas.

      Entiendo que los médicos no quieran hacer «cosas raras» por miedo a represalias por parte de las autoridades o de las asociaciones médicas. Precisamente ésa es una de las cosas que hay que entender, que no es que todos los médicos sean unos incompetentes. Algunos lo serán, otros simplemente no quieren meterse en problemas. Si planteas que todos los médicos son unos burros, parece que estés loco. Pero no, basta conque la cúpula de las organizaciones sea corrupta. Basta conque unos pocos se lleven la pasta procedente de farmacéuticas y fabricantes de comida basura. Por eso cuando entras en páginas web de algunas de estas asociaciones y ves a las empresas farmacéuticas y a empresas como Kellogg’s o Bicentury entre los espónsors, todo encaja.

      Como contrapunto a las experiencias que cuentas (que es también como reaccionaba mi madre hasta hace dos días), en el convite del bautizo en el que estuve este fin de semana, nadie me dijo «pruébalo». Al contrario, me decían «¿de esto puedes comer?». Casi toda la gente se acostumbra a ver que no comes de todo y que solo bebes agua. Quizá ellos creen que me equivoco, que podría haber recuperado la salud con una dieta diferente, pero supongo que tarde o temprano tienen que rendirse a la evidencia de que esto me funciona. Estoy «heredando» ropa de todos ellos, que no les entra. Estoy heredando ropa de mí mismo, que nunca había podido llevar porque no me entraba. Llevo ropa talla L, ¡que no he llevado en la vida! Andaba por camisetas XXXL, porque cuando estás gordo no quieres ropa ajustada que remarque nada. Puede que no compartan mi forma de comer, pero es imposible negar que me va bien.

      De vuelta a casa, me sentía muy satisfecho por haber cenado lo que quería cenar. Sin tanta satisfacción en la boca durante la cena, pero mucha más satisfacción tras la cena.

      Respecto de mi madre, espero haberla asustado. Ya había hablado con ella de cómo comer hace unos meses, y evidentemente (a la vista de su comentario al médico de cabecera) no me ha estado haciendo caso. Mi padre dice que no es constante, que cede enseguida.

      Gracias por los rollos. Últimamente son más interesantes los comentarios que ponéis que los posts que publico yo :):)
      Un saludo

      • Carolina

        Bueno, aunque sería genial no podemos esperar cambios de la noche al día tan bruscos… ojalá consiga superar esos primeros días «difíciles» porque a partir de ahí es más fácil evitar azúcar y harina sin hambre/antojos (el paladar sigue encontrándolos agradables así que que sea fuerte, llámala y «usa» a tu padre, hay que conseguir que no caiga!!). La mayoría de la gente necesita «un susto» para cambiar las cosas, espero que en su caso no llegue a ello. No sabía de tu hermano (soy muy nueva aquí jeje pero tienes mucho material, gracias por compartirlo!!), espero que ahora esté bien.

        Yo tuve suerte, me explico, y con tu permiso cuento otro «interesante» rollo 😛 Así también «me presento» un poco, ya que no sé lo que hablaré (seré mucho más breve, tranquilo jaja) pero creo que voy a pasar unas cuantas horas en tu casa virtual aprendiendo (y aplicando el sentido crítico que pueda) 🙂

        El sobrepeso me acompañó desde que nací. Sólo estuve «bien» (vestida, con % graso alto siempre) con el estirón hacia los 15-16 años. Hice dieta una vez con nutricionista hacia los 20-22 años (ahora veo que era LCLF o sea hiperproteica, tela) y bajé, pero abandoné y recuperé todo y más… El verano pasado (25 años) cuando me di cuenta pesaba 87kg (1,69m) e iba por el 3º helado de la tarde tirada en el sofá, encima devorándolo con ansia (soy de las que tardan la vida en comer uno). AHÍ algo en mí hizo click, dije «hasta aquí» (me dan pánico las agujas y mi abuela diabética tipo 2 se pincha a diario… vi que ése era mi futuro -con el resto de inconvenientes de la diabetes, claro- si no ponía remedio YA).

        Estoy segura de que si fuera al médico me detectaban prediabetes por lo menos. Y ahora sé que de haber ido también estaría con la dieta estándar, sufriendo y dañándome CREYENDO hacer las cosas bien… pero retomé directamente la dieta con la que perdí 8-10kg. «Antes de recibir un susto y tener que hacer dieta por obligación», dando por sentado que los recuperé por abandonarla por escasa fuerza de voluntad (que la tengo justita justita ciertamente, dejé de fumar unos meses antes también por cambio de chip, sino ni de coña).

        Observé que el día que desayunaba jamón o chorizo aguantaba más horas sin hambre que cuando tocaba yogur (desnatado of course) o fiambres. Deduje que era por la grasa pero quise saber exactamente el por qué, qué pasaría si dejaba de lado el actimel (que no estaba de acuerdo con tomar eso), etc. etc. Así que empecé a leer, y leer… Y aquí estoy, con una mezcla de LCHF/paleo/keto, de momento encantada. El objetivo es quitar grasa manteniendo músculo y salud (en gimnasio hago ppalmente hipertrofia/fuerza). Y luego mantenerme bien, sana, comiendo igual pero sin cetosis y con patata cocida y lentejas (frecuencia según tolerancia), quizás ciertas frutas (fresa, arándano…) o/y arroz. Desde luego hubo muchos cambios, pero destaco la ENERGÍA Y VITALIDAD que tengo, donde antes toda yo era pura pereza. Fallo en las analíticas, que no me hice ninguna ni antes ni durante ni ahora, y el ritmo circadiano que lo tengo en mil pedazos, pero poco a poco 🙂

        Por cierto, misma experiencia con la ropa! He rescatado una caja de ropa «vieja» y ya ando otra vez escasa de vestuario (y no me refiero al típico «no tengo nada que ponerme») pero me parece absurdo gastar dinero en ropa que en nada me volverá a quedar grande así que hasta llegar al objetivo (en % graso o espejo, no en kg) pues voy tirando. Respecto a beber agua nadie se extraña porque saben que no me gusta el alcohol (ni las burbujas de la cocacola jajaja!). De fiesta a veces tomaba algún cubata y otras tomaba agua, según me diera, ahora fuera sólo agua e infusiones (en casa también cae café con mantequilla jejeje); supongo que ser mujer también influye, creo que socialmente está más asimilado: si se sientan dos personas en una terraza y piden dentro cerveza/vino y agua/café el alcohol se lo suelen servir directamente al hombre ya que estadísticamente es quien más lo toma.

        Respecto al sáltatela!/puedes?… me incomoda mucho ser el centro de atención, pero si debo elegir prefiero que me pregunten si puedo, creo que es más respetuoso hacia la persona y su decisión. Me alegra saber que llegará! 🙂 Hace poco también tuve varias comidas y genial, pero esta semana cometí el error de desviarme (tenía muuuchas ganas de lentejas, que llevaron a fabada, paella, galletas)… horrible, al margen de la báscula, volvió la pesadez, líquidos, hinchazón, gases (todo esto antes lo consideraba normal pero NO lo es), y sobre todo ansiedad y antojos a una velocidad pasmosa (buena parte en mi caso es psicológico y debo trabajarlo, pero de momento está ahí). Eso sí, no hay mal que por bien no venga, experimentación y autoconocimiento: esto me confirma que en cuanto me desvío más allá de un trozo de patata cocida potajil accidental, «sale un monstruo»: para qué sacarlo y luchar contra él, no hay necesidad: mucho mejor evitarlo! 😀

        Saludos!

        PD: mi hermano es ectomorfo puro, qué cosas, mismos padres, comida, entorno… distinta forma de gestionar «combustibles» (y distinto todo jaja)

        • novuelvoaengordar

          Hola Carolina,
          mencioné a mi hermano en esta entrada del blog.
          No, no está bien. Actualmente tiene un buen problema de peso. De joven siempre fue una persona muy delgada, pero la diabetes le ha machacado la salud. Ahora mismo está enorme.

          Yo cometí el error de comprarme unos pantalones carillos antes de haber bajado del todo… y ahora me quedan grandes. Debí ser más paciente.

          Lo del «monstruo» me ha motivado a escribir una entrada que tenía prevista desde hace unos días. La idea se resume en lo que dices: mejor evitar que luchar.

          Gracias por contarnos tu experiencia 🙂

  9. Herrera

    Hola, acabo de descubrir tu blog gracias a un enlace de Ana Muñiz (Me gusta estar bien).
    Tan solo decirte que si tanto te gusta el jamón serrano (de calidad) con pan, no dejes de privarte. Hay unas tostadas buenísimas, muy finas, de trigo sarraceno que se venden en herbolarios, sin gluten y muy digestivas. Yo las utilizo con jamón serrano marca Trevelez, el cual encuentras en Mercadona. Jamón serrado curado 100% y sal marina como conservante.
    Las tortitas que te comento son éstas.
    http://www.tutiendasana.com/es/tostadas-sin-gluten-sal-azucar/53-tostadas-pan-de-trigo-sarraceno-sin-sal-3380380036637.html

    • Vicente

      Hola Herrera,

      Sí, me gustaba mucho el pan con tomate y jamón, pero no siento deseos de consumirlo, al igual que con muchas otras cosas que he dejado de comer. También me pasa con la coca-cola, por ejemplo: yo no bebía otra cosa, y ahora mismo solo bebo agua (y café) y no la echo de menos.

      Me haces dudar sobre el jamón serrano que consumimos en casa. No estoy seguro de haber revisado la lista de ingredientes. Lo haré hoy, cuando vaya a Mercadona, y compararé con el jamón que me dices.

      Gracias por la sugerencia.

  10. Fran

    Vicente!!! Yo estoy empezando a vivir low carb y como bien, no me da miedo comer grasas como a la mayoría, pero siento que el sindrome de abstinencia me esta pegando fuerte, es normal que me de hambre los primeros dias? A pesar de que he comido porciones normales?

    • Vicente

      Hola Fran,
      parece razonable que sea así: si tu cuerpo está habituado a quemar principalmente hidratos de carbono y se los quitas, es de esperar que, durante unos días, hasta que se adapte a quemar principalmente grasa, ni pueda usar los hidratos, porque no se los das, ni la grasa, porque todavía no se ha adaptado.

      En mi experiencia, una vez habituado te desaparecerá el hambre y pasarás a comer menos cantidad.

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