Etiquetado: violencia electoral

Con violencia las elecciones no son democráticas. Está pasando en España

Estamos viendo cómo en los últimos días Vox no puede celebrar sus actos electorales con normalidad porque la violencia de la izquierda no lo permite. Es en España donde una familia no puede asistir a un mitin de un partido político por miedo a ser agredidos por los violentos. Pensémoslo un momento: no es en México, ni en Colombia ni en Afganistán. Está pasando en nuestro país: es aquí donde no tenemos democracia. Porque con violencia, con miedo a participar en actos políticos, no hay democracia. Y quizá los dirigentes de Vox no tengan miedo a ser agredidos, pero a buen seguro el ciudadano de a pie se lo va a pensar dos veces antes de asistir a actos en los que pueden ser agredidos por los violentos de la izquierda. O identificados y sufrir la violencia luego en sus casas o en sus negocios. ¿Qué tipo de democracia es una sociedad en la que los violentos campan a sus anchas?

¿»Alerta antifascista»? Otra película de los comunistas

En la derecha nadie admira a Mussolini ni a Hitler, ni a Lenin o Stalin. Fascismo, nazismo y comunismo son tres ideologías totalitarias con un mismo origen, el socialismo. Y tienen las mismas características. ¿Diferencias entre ellas? Ninguna, salvo la localización geográfica donde mataron: Italia, Alemania o Rusia. Por lo demás, son la misma mierda genocida y liberticida, responsable de la muerte de millones de personas bajo los regímenes dictatoriales más sangrientos.

Es un gran éxito de la propaganda comunista hacer creer que el fascismo tiene algo que ver con la derecha.

¿Por qué los violentos creen ser «los buenos», hagan lo que hagan?

Pues porque la estrategia de la izquierda desde hace décadas ha sido hacer creer a la gente que existe un enemigo, el fascismo, y que –importante– todo vale contra ese enemigo. Si eres «antifascista», puedes ser violento, puedes violar la ley, puedes comportarte como un matón de la mafia, que serás parte de «los buenos». Y si no eres comunista, automáticamente eres «fascista». Ése es el mensaje que, a modo de secta, está grabado en las mentes de los que acosan, agreden, insultan e impiden hablar a los representantes de los partidos políticos que la izquierda señala como los «fascistas» (ver). Pero no sólo los derechos de Vox están siendo atacados: desde el momento en que los ciudadanos de a pie no podemos participar con normalidad en la vida política, también nuestros derechos están siendo violados. Y es la izquierda la que viola.

¿Hay que llamarles fascistas?

Hay quien argumenta que llamar fascistas a los violentos, es decir a la izquierda, es caer en la trampa y dar credibilidad a la idea de que ese enemigo ficticio que han creado para justificar su violencia, es un enemigo real y no la farsa que realmente es. Llamarles fascistas, según esa teoría, sería aceptar la película de la izquierda, que es que existe ese enemigo que justifica sus actos. Desde luego lo que está claro es que la izquierda no puede argumentar su intolerancia. La izquierda tiene sólo dos argumentos: la violencia y la mentira.

NOTA: haced un experimento. Buscad «violencia electoral» en internet. Leed la descripción de los hechos, sea cual sea el país del que hable el artículo, y luego comparad con lo que está sucediendo en España. En España no tendremos una democracia real mientras exista violencia que impide la libre participación política.

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