Cuando un mecánico te dice que tu coche funcionaría mejor con fanta naranja que con gasolina, no se lo discutes, porque él es el que sabe de coches. Y cuando una nutricionista dice que la obesidad se previene o se trata con una resta, no se lo discutes, porque ella es la que sabe de fisiología, de física y de matemáticas.
Nuestro pensamiento no debería sobrepasar los límites marcados por las creencias ajenas. Lo contrario sería pensamiento libre y espíritu crítico. Y no queremos eso.