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Cambia tu vida

La siguiente cita es de un artículo que habla del tratamiento de las adicciones. La traducción está en color púrpura bajo la cita.

The most important rule of recovery is that a person does not achieve recovery by just not using. Recovery involves creating a new life in which it is easier to not use. When individuals do not change their lives, then all the factors that contributed to their addiction will eventually catch up with them.

But clients and families often begin recovery by hoping that they don’t have to change. They often enter treatment saying, “We want our old life back — without the using.” I try to help clients understand that wishing for their old life back is like wishing for relapse

[…] Clients need to develop a healthy fear of the people, places, and things that were part of using. (fuente)

La regla más importante de recuperación es que no se logra la recuperación simplemente no drogándose. La recuperación implica crear una nueva vida en la cual es más fácil no drogarse. Cuando las personas no cambian sus vidas, todos los factores que contribuyeron a su adicción eventualmente volverán a hacer efecto.

Pero los clientes y sus familias a menudo comienzan la recuperación con la esperanza de que no tengan que cambiar. A menudo ingresan al tratamiento diciendo: «Queremos recuperar nuestra vida anterior, pero sin drogas». Trato de ayudar a los clientes a comprender que desear recuperar su antigua vida es como desear la recaída.

[…] Los clientes deben desarrollar un temor saludable hacia las personas, los lugares y las cosas que eran parte de la adicción.

Si no cambias tu vida, vas a recaer. Según aclara el autor del artículo, no se trata de cambiarlo todo. Puede ser suficiente con cambiar cuatro cosas, pero hay que cambiarlas.

No estoy pensando en una adicción, sino en una persona que ha bajado de peso tras algunos meses de seguir una dieta. Y me parece que la idea de que hay que cambiar ciertas cosas también es aplicable a este caso, no sólo a las adicciones. Si quieres cambiar de hábitos, elimina los factores ambientales que te pueden hacer recaer en tus viejos hábitos, los que te hicieron engordar.

La primera dificultad que veo para las personas que están decididas a cambiar, es acertar al diagnosticar qué hábitos son los que tienes que dejar atrás para siempre. Si no sabes qué cuatro cosas debes cambiar, difícilmente vas a hacer el cambio necesario. El gran enemigo en temas de obesidad es creer que entendemos el problema, sin haber puesto nunca en duda esa creencia. En concreto, si una persona tiene la creencia de que su problema fue «comer más de la cuenta» y que la dieta le ha hecho efecto porque ha ayudado a controlar su ingesta energética, esa persona va a creer que no necesita cambiar nada en su vida. Y eso es, como señala el autor del artículo, lo que realmente quieren hacer los adictos: quieren seguir con su vida anterior, tal cual, pero sin la adicción. Esa persona creerá que puede seguir teniendo los mismos productos en la despensa/nevera, que puede seguir haciendo lo mismo cuando se reúna con sus amistades, pues entiende que el problema fue de cantidad, no de calidad, que el problema está en ella, en la persona, no en los productos. Puede comer un helado de vez en cuando, basta con que lo compense comiendo algo menos de otra cosa. O comer un helado más pequeño. Es muy fácil caer en este tipo de pensamientos, pues es lo que nos cuentan los «expertos» en nutrición, que a final de cuentas todo es una cuestión de cantidad de comida. Por eso, en mi opinión, la teoría CICO daña nuestra salud y es un auténtico lastre a la hora de cambiar de verdad nuestros hábitos. Por eso me parece importante que sepamos que esa teoría es pura charlatanería (ver).

Por un día no pasa nada.

He tenido un mal día y me lo merezco.

Antes de que te quieras dar cuenta, has recaído. Ese «día» excepcional ya no es un día, son todos los días. Y esos productos que te propusiste no volver a comer, han vuelto a formar parte de tu vida. Los efectos en tu cuerpo ya son visibles y te sientes una mierda, pues te prometiste no volver a caer en los errores del pasado. Y has fracasado. Paradójicamente, sentirte una mierda te lleva a un mayor consumo de esos productos, y te sientes peor aún. Has entrado en un círculo vicioso del que no vas a salir sin ayuda. Además, tienes cero motivación, pues tus logros, ese cuerpo delgado, ya no existe. ¿Para qué te vas a seguir esforzando? Te culpas por el fracaso y no te sientes con fuerzas para volver a ponerte a dieta. Tu mente justifica la recaída. ¡Bastantes problemas tienes como para volver a pasar por eso! Bastantes problemas tienes como para encima no comer lo que te apetece comer. Y como te da vergüenza haber recaído, te encierras en ti misma y eludes pedir ayuda.

¿Qué errores creo yo que facilitan la recaída?

— Creer que el problema es de cantidad

— No creer posible ni necesario cambiar la alimentación de toda la familia

— Creer que la comida basura te da la felicidad

— Manejar un sistema de prioridades que facilita la recaída, por ejemplo creyendo que no es bueno ser estricto con la comida. Lo aceptan temporalmente, pero a largo plazo no quieren ser ese tipo de persona que no consume ciertos productos

Esos errores son el problema real, los cimientos reales de la recaída. Que luego llegue el mal día, la chispa que detona la vuelta a los viejos hábitos, es sólo cuestión de tiempo.

No se puede pretender que los problemas familiares desaparezcan, pero sí podemos no facilitar que la comida basura sea el refugio cuando lleguen esos problemas. ¿De verdad nuestros hijos van a ser menos felices si en lugar de beber Fanta o Coca-Cola beben agua? ¿De verdad necesitan consumir bollería o helados para ser felices? La excusa que ponemos es que no podemos dejar a nuestra familia sin todos esos productos, que les estamos quitando algo importante en sus vidas. Pero si no lo hacemos, si el cambio no se produce en toda la familia, en realidad no hemos cambiado los factores que nos llevaron al problema en primer lugar. Estamos poniendo excusas para no hacer esos cambios: sí podemos cambiar la alimentación de toda la familia, por su bien y por el nuestro.

I can’t make all the necessary changes; I can’t change my friends;

No puedo hacer los cambios necesarios; no puedo cambiar a mis amigos

Y tenemos que redefinir diversión y felicidad. Es otro de los aspectos que se comentan en el artículo del que he sacado las citas: si crees que ciertos productos –comida basura en este caso– te dan la felicidad, vas a creer que una vida sin esos productos va a carecer de alicientes o te va a hacer desgraciada. Y vas a pensar que no puedes exigir una vida así a tu familia o que no vais a ser capaces de mantener ese nuevo estilo de vida. Si no redefines diversión, no vas a salir del hoyo.

One of the important tasks of therapy is to help individuals redefine fun.

Una de las tareas importantes de la terapia es ayudar a los individuos a redefinir diversión.

A mí me pasaba con la coca-cola: creía que la coca-cola diaria me daba la felicidad. Sonará absurdo, lo sé, pero era así. He sido muy tonto durante muchos años. Con el cambio de hábitos mi mente ha sido «reprogramada»: ahora si quiero darme una alegría lo hago siempre con productos saludables, quizá más caros, quizá inusuales en mi dieta. Una pieza de fruta me basta. Lo que en su día creí necesario ahora no existe y no soy menos feliz. Y para los que crean que ir a McDonalds o tomar helado de postre les da la felicidad, seguro que pueden encontrar alternativas basadas en comida de humano. Se puede cambiar: te informas sobre las dietas evolutivas/paleo, hablas con el resto de la familia, expones el problema que supone la actual forma de comer y se hace el cambio. Se hace, se cambia, punto. Y en poco tiempo te das cuenta de que no necesitabas esos productos para ser feliz. No cambiar no puede ser una opción. No cambiar los productos que tienes en casa es autoengaño. Si no los cambias, la recaída es sólo cuestión de tiempo.

No puedo hablar de atracones, porque nunca he tenido ni un solo episodio de atracón, pero sí sé cómo funciona mi cerebro: si me propongo comer una galleta de chocolate, fácilmente voy a acabar comiendo cuatro. Mi cerebro lo va a justificar de alguna forma. Me ha pasado demasiadas veces como para ignorarlo u olvidarlo. Y uno de los peligros de estar a dieta durante meses es que nos olvidamos de que tenemos esos comportamientos, de que tenemos esa debilidad. Y el olvido facilita la recaída. Por otro lado, quizá sea inevitable buscar algo «extra» algún día, pero si ahora me pasa, no tiene consecuencias, porque a lo mejor supone comer más fruta o más frutos secos. Mis «deslices» los hago con comida de humano y así no tengo tentaciones ni remordimientos. Ni ejerzo fuerza de voluntad alguna. Intentar gestionar la moderación sería engañarme a mí mismo y mantener una tensión constante con la comida. La mejor forma de no perder esa batalla es no tener una lucha diaria. Yo engordé con «moderación», no con claros excesos. Si lo olvido, estoy perdido. Y ahora sé que, al menos en mi caso, con comida de humano estos problemas no existen.

Por último, veo que existe un «error de pensamiento», que es plantear que no ser un radical con la comida es un objetivo importante. ¿De verdad? Quieres estar delgado y quieres tener salud. A lo mejor necesitas ser radical o a lo mejor no, pero si tu objetivo, por alguna extraña razón, es no tomar decisiones incómodas en tu alimentación, no ser ese tipo de persona que dice «no» a ciertos productos, ¿cómo va a acabar tu historia? Es como si un alcohólico o un fumador se plantean que para ellos un objetivo importante es no ser radicales con el alcohol o el tabaco. Quizá parezca que no son casos comparables, pero si eres de los que ha recaído en los malos hábitos alimentarios, ¿no crees que deberías replantearte si no ser radical con la comida era el camino correcto o un objetivo de verdad importante para ti?

Cambiar los hábitos no es una cuestión de tener mucha fuerza de voluntad, sino de poner en práctica estrategias que te permitan salvar el día a día sin recaer. Si un pensamiento, si una cognición, torpedea el proceso, como mínimo hay que replanteársela, o buscar ayuda profesional para aprender a replantearnos si nuestro sistema de prioridades es adecuado.

Cognitive therapy helps clients see that recovery is based on coping skills and not willpower.

La terapia cognitiva ayuda a los clientes a ver que la recuperación se basa en las habilidades para hacer frente a las situaciones, no en la fuerza de voluntad.

Como bien, pero no soy un talibán de la comida.

Si crees que eso te ayuda a largo plazo, estupendo, pero yo no creo que ése sea un objetivo real. Como mínimo reconsidéralo si ha fracasado como estrategia para cambiar de hábitos.

posiblemente yo no tengo fuerza de voluntad suficiente para comer sólo una galleta de chocolate, pero tengo la suficiente para no comer esa primera galleta. Y la suficiente inteligencia como para no tener galletas en casa.

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