Dialéctica manipuladora
Un experto en economía asegura que te puedes hacer rico con un método de invertir en bolsa inventado por él. El método está basado en la observación de la posición de las estrellas en el firmamento. Sus hijos pasan el día en la calle pidiendo limosna.
¿Es relevante su situación familiar? Si así lo crees, quizá tienes un problema de odio hacia la gente sin recursos.
Un experto en cáncer asegura que en su clínica se cura el cáncer con aromaterapia. Su hija tiene cáncer y la enfermedad no para de progresar.
¿Es relevante su situación familiar? Si así lo crees, quizá tienes un problema de odio a la gente enferma.
Una psicóloga experta en adicciones asegura que visualizar cinco capítulos seguidos de la serie Friends elimina cualquier adicción. Esta experta fuma.
¿Es relevante su situación personal? ¿Crees razonable preguntarle que si ese método funciona, por qué no lo ha usado con su adicción?
Un experto en calvicie vende una crema milagrosa contra la alopecia, formulada a partir de un remedio tradicional tibetano. El experto es calvo.
¿Es relevante su situación personal? ¿Crees relevante que quien propone un método sin fundamento para combatir la alopecia, sea calvo?
Un dentista asegura que el consumo frecuente de azúcar protege frente a las caries. El experto tiene los dientes hechos una mierda.
¿Es relevante su situación personal? ¿Crees relevante que quien propone un método sin fundamento para evitar las caries tenga caries?
En todos los ejemplos anteriores, los «expertos» dicen conocer un remedio para una situación no deseable. El remedio no está basado en evidencia científica y lo lógico es preguntar por qué no han aplicado el remedio en sus casos personales, aunque sólo fuera porque no hacerlo daña su credibilidad.
No sé hasta qué punto se puede considerar discriminación hacia los calvos que un melenudo tenga más fácil engañar a la gente vendiendo un falso remedio contra la alopecia. ¿Puede ser dejarse engañar por un cantamañanas una forma de luchar contra la discriminación?
La falsa analogía
Un médico experto en cáncer dice a sus pacientes que fumar produce cáncer de pulmón. El médico fuma.
¿Es relevante su situación personal? ¿Desacredita eso su mensaje? No, porque independientemente de lo que diga o deje de decir, haga o deje de hacer ese médico, todos sabemos que la evidencia científica indica que fumar produce cáncer de pulmón. No es la misma situación que en los casos con los que he empezado, pues en esas otras situaciones el consejo de los expertos carecía de un fundamento científico. Y, además, en esos casos las razones para no aplicar el remedio suenan a impostadas.
¿Podemos las posibles víctimas preguntar, «y tú por qué no lo aplicas en tu caso»?
Quizá preguntarle cómo encaja en sus recomendaciones que tenga los dientes hechos una mierda denota que odiamos a las personas que no tienen una dentadura perfecta.
O quizá su remedio funciona, pero él no consume azúcar porque quiere tener los dientes mal. ¡Cada persona es un mundo!
Si hubiera un fundamento tras las recomendaciones, nadie preguntaría «¿y tú por qué estás así?»
Ejemplos de sofismas:
Si vas al peluquero y es calvo, ¿no tiene ni idea de cortar el pelo?
Si el peluquero dice que frotándote la calva con un ungüento de su invención te crece el pelo instantáneamente, perdonadme, pero yo le preguntaría por qué él es calvo.
¿Qué % de grasa hay que tener para saber de nutrición? ¿Qué estética marca la sabiduría?
La cuestión, obviamente, es que si esa persona dice saber cómo reducir la grasa corporal y no es capaz de dar respaldo a sus ideas con evidencia científica, si tiene obesidad es inevitable hablar de su caso personal.
Aparentemente la palabra demagogia tiene que ver con la política, pues tiene que ver con engañar al «pueblo». Quizá esta entrada no tiene un título adecuado, pero no se me ocurría una palabra mejor. ¿Cómo se llama la acción de usar falacias y sofismas? Cuando alguien usa falsos argumentos en una red social para convencer a los lectores de lo que no es verdad, ¿es un sofista? ¿es un demagogo?
Edito: cambio el título a «dialéctica manipuladora».
Jajaja, muy bueno. Siempre he pensado que un nutricionista gordo no tiene sentido!
La clave es que son charlatanes que divulgan pseudociencia («exceso calórico») y que dan consejos para adelgazar que la evidencia científica demuestra que no funcionan. A partir de ahí, a mí me parece la misma situación que en los ejemplos que he puesto en la entrada.
Aquí no se trata de libre albedrío como es el caso de fumar.
Defienden su obesidad como si fuese escogida voluntariamente.
El tema es que:
Mientras que un dentista sabe tratar una caries, con lo que ha aprendido en su carrera y lo que hace funciona
A un dietista-nutricionista-fisiólogo-catedrático de nutrición su conocimiento profesional no le funciona a largo plazo.
¡¡Uff!! Cambiad la observación de si el dentista tiene caries a si el dentista tiene empastes… y ya son mucho más parecidos: uno te empasta cada vez que salen caries mientras te queden dientes, otro te pone a dietas de inanición hasta que no te quede metabolismo. A partir de ahí el dentista aún tiene negocio… y el dietista no.
Sí, he exagerado, que al menos el dentista te dirá lo de cepillar los dientes (y esquivar dulces… supongo). Eso sí, de vitamina K2 y tal, seguro que nada.
Si el monitor de tu gimnasio dice que para aumentar la musculatura lo que tienes que hacer es comer más de lo que gastas (los músculos no pueden crecer si no hay un superávit calórico, ya sabes), y que te recomienda comer muchos pasteles, beber coca-cola y tirarte en el sofá todo el día, seguramente nadie lo relacionaría con que tuviese obesidad mórbida.
La dietista gorda. Muy interesante.