- El palo de hockey (I): agua pasada que sigue moviendo molino
- El palo de hockey (II): dendroclimatología y cherry-picking
- El palo de hockey (III): cómo se fabrica un palo de hockey
- El palo de hockey (IV): un palo que no pasa el control de calidad
- El palo de hockey (V): de error en error hasta el palo final
- El palo de hockey (VI): la implacable máquina de generar palos de hockey (1/2)
- El palo de hockey (VI): la implacable máquina de fabricar palos de hockey (2/2)
- El palo de hockey (VII): la divergencia de los pinos longevos
- El palo de hockey (VIII): más mala ciencia
- El palo de hockey (IX): un palo hecho con madera imaginaria (resumen de lo visto hasta ahora)
- El palo de hockey (X): “el truco para ocultar la bajada” (MBH98)
- El palo de hockey (XI): “el truco para ocultar la bajada” (MBH99)
- El palo de hockey (XII): “el truco para ocultar la bajada” (Briffa01)
- El palo de hockey (XIII): “el truco para ocultar la bajada” (Briffa99)
- El palo de hockey (XIV): “El truco para ocultar la bajada” (Briffa99b)
- El ClimateGate
- El “escepticismo”, vaya timo
- Temperatura y CO2
- ¿Y si no se hacen trampas… qué sale?
«¿Y si no se hacen trampas… qué sale?»
La Iglesia de la Calentología no admite que se cuestionen sus dogmas ni las supuestas pruebas científicas con las que justifican su creencia en que el ser humano está alterando el clima del planeta. Escuchamos muchos gritos, muchas bravatas, muchas afirmaciones arrogantes, muchos golpes en el pecho para demostrar que tienen mucha fe, y, sobre todo, grandes esfuerzos para silenciar a las voces críticas con su ideología, pero lo que nunca presentan son pruebas científicas sólidas de que los dogmas de esta religión tienen una base científica. Como sucede con tantas y tantas religiones y pseudociencias, para sus creyentes cualquier cosa es suficiente para confirmar su fe, porque lo que realmente les importa es la pertenencia a la Iglesia, es decir, el aspecto social. Para los que no somos creyentes no debería servirnos cualquier cosa.
Como hemos visto en «El palo de hockey«, el análisis crítico de las pruebas lo que nos dice es que la Calentología es una pseudociencia cuya base real es una inmensa chapuza. Pero eso no nos lo cuentan ni los miembros de esta Iglesia ni los científicos cuyas carreras e ingresos dependen de adorar al becerro de oro. O a la niña profeta.
Andrés nos acaba de regalar un artículo con datos y argumentos:
Y si no se hacen trampas… qué sale?
¿Hay que creerle? No, no hay que creer a nadie: hay que tener un sano escepticismo y molestarse en mirar los datos y los argumentos por uno mismo. Y cuestionarlos. Y aceptar que lo que veas y pienses te puede situar fuera de la manada de linchadores.
Otras entradas publicadas en «El Palo de Hockey»:
Ser escéptico de las creencias de los expertos es irresponsable según los «escépticos».
Hablemos de datos y de pruebas, no de fe y de dogmas incuestionables.
No comas carne porque los miembros de la Iglesia de la Calentología no quieren que lo hagas.
No se puede luchar contra el borreguismo porque es la única forma que tienen algunas personas de adquirir virtud y convertirse en parte de un grupo. Ningún argumento les va a sacar de la manada.
Los conseguidores de virtud barata dicen que la manada siempre tiene razón porque «los científicos tienen muchos datos».
La misma persona que dice que la ciencia no debe ser dogmática hace referencia a los que contradicen sus ideas como «negacionistas».
La misma persona que dice que la ciencia del cambio climático es imperfecta hace referencia a los que dudamos de la validez científica de esas pruebas como ignorantes. Si reconoce que esas pruebas son imperfectas, ¿cómo se justifica el dogmatismo que le lleva a calificar de ignorante a quien no comparte su fe?
El «escepticismo» convierte en activista de lo oficial a cualquier imbécil deseoso de ser parte de algo.
Ahora sí.
El «escepticismo» es lo contrario de la ciencia.
Nada más humano que imponer fanatismos estúpidos. No aprendemos.
Si la niña profeta no te ha convencido, esto lo hará.
¿Nobel de la Paz para la niña profeta? Si es que merecemos la extinción.
https://twitter.com/loiscareaga/status/1182322630575230977
La familia de la niña profeta es vegana.
La niña profeta es una menor de edad explotada por adultos.
No se trata tanto de que la niña profeta sea una iluminada sin estudios, sino de lo que dice: ¿puede alguien indicar qué pruebas ha aportado esta niña de que el ser humano ha cambiado el clima del planeta? ¿Ninguna? Débil base para sostener que la religión del cambio climático es incuestionable.
Sus padres están abusando de una menor de edad que tiene un claro déficit de inteligencia, incapaz de entender qué sabe y qué no sabe, incapaz de distinguir sus creencias de hechos contrastados.
Dicen que un científico nunca confundiría sus modelos con la realidad. Es falso, pero da igual: ¿cuáles son las pruebas de que el ser humano ha cambiado el clima del planeta?
Tienen mucha fe pero no responden a la pregunta más básica.
El fin está próximo.
Nueva entrega:
La Universidad Politécnica de Valencia anuncia el fin del mundo. Mi ruego para su equipo rectoral.
Cierto. Y las dos «ciencias» con gravísimas consecuencias.
El patrón típico de la charlatanería: catetos engreídos que confunden sus opiniones con pruebas científicas, ¡porque tienen un titulito!
https://twitter.com/Education4Libs/status/1183164130242584582?s=03