Con carragenos, ¡qué delicioso!
En los últimos días ando con problemas con la nata, y es que no encuentro una nata que ponerle al café. La que usaba hasta ahora tiene en la lista de ingredientes «carragenos» y «celulosa«. Y, sinceramente, no recuerdo la razón por la que quiero consumir ni carragenos/carragenanos ni celulosa. Hasta donde llega mi memoria, era nata y solo nata lo que yo buscaba. Únicamente la nata fresca parece estar libre de porquerías, y ésa es la única nata que estoy comprando, aunque le dé al café un sabor extraño.
Hay otros productos que he dejado de comprar tras mirar el etiquetado, como por ejemplo las pipas peladas y los anacardos cuando están fritos con aceite de girasol.
Con el tomate frito, también estoy sin una opción saludable a la vista: el producto «estándar» lleva azúcar y aceite de girasol. Luego tenemos el tomate frito «sin azúcares añadidos» (pero aun así con aceite de girasol), o el tomate frito «con aceite de oliva» (pero con azúcar). ¿Tan complicado es vender el tomate frito, sin más, y el que quiera ponerle azúcar o aceites de semillas, que se los ponga? ¿Tengo que pelar, triturar y freír en casa el tomate si quiero que sea saludable? Parece que sí.
La lógica dice que los fabricantes de alimentos lo que buscan siempre es vender más, y que por eso añaden todos esos ingredientes extra, para que el producto sea más «sabroso» que el de la competencia, aunque sea peor para nuestra salud. Si a eso le unimos que esos ingredientes indeseables son muy baratos de producir, no es de extrañar que encontremos productos con listas de ingredientes más largas que un día sin mantequilla. No sé si los consumidores somos en parte culpables o no, pero lo que tengo claro es que la situación actual dista bastante de ser ideal. Quizá el etiquetado de los alimentos debería incluir bien visible un texto del estilo «10 INGREDIENTES«, advirtiendo al consumidor de la baja calidad del producto que está comprando. O quizá, de alguna forma, habría que poner algún impuesto que tuviese en cuenta el número de ingredientes, para que haya algo que frene a los fabricantes de alimentos. Mientras meter porquerías en los productos solo les proporcione ventajas, no parece razonable esperar un cambio.
Sé que mirar las listas de ingredientes es una fuente de disgustos, porque hay productos que realmente nos gustan y que, a la vista de su lista de ingredientes, no debemos consumir.
Buffff, como te entiendo … Cuando empecé con esta alimentación mis visitas al super se hacían interminables, me leía las etiquetas y en todas había algo que «no valía», pero al final tienes que hacerte el ánimo de que no se salva prácticamente ninguna, así que hay que buscar la «menos mala».
Si te sirve de ayuda, yo finalmente me he decidido por la nata para montar de central lechera asturiana, la que pone que tiene un 35,1% de materia grasa y solo 2,5 g de hidratos. También pone «sin gluten», aunque yo me pregunto porqué debería tenerlo …
Le da un sabor muy bueno al café (sin azúcar ni edulcorantes, claro)
En cuanto al tomate frito la cosa está más difícil, o lo haces en casa o es inevitable que tenga algún «añadido» poco recomendable. Yo después de leer muchas etiquetas, aunque no lo utilizo mucho, si alguna vez lo he necesitado para alguna receta, he comprado el de marca CorteIngles que es el que menos proporción tenía de azúcar, pq con cantidad 0 no he encontrado ninguno.
Por cierto, ¿has visto la noticia que publican hoy algunos medios sobre la nueva norma del etiquetado?
Por ejemplo http://politica.elpais.com/politica/2014/12/12/actualidad/1418404258_960361.html
Es un pequeño avance que nos puede ayudar algo más a elegir, pero el enfoque de los artículos sigue en la línea de que nos va a servir para identificar la grasa y la sal, que es lo más malo del mundo …
En fin, seguiremos intentándolo.
Hola Rubén,
la de CLA también tiene E-407, es decir, carrogenatos. No digo que no sea algo razonable quedarse con la opción menos mala, pero a día de hoy prefiero tomar el café solo o con nata fresca.
No, no había visto la noticia. Gracias por el enlace. Como dices, un avance. Alguna medida es muy necesaria, como la del tamaño de letra que sea legible.
En cuanto al resto del artículo, la catedrática de nutrición y yo llegaríamos rápidamente a un acuerdo: para mí el aceite de coco, para ella el de semillas. Y los dos contentos.
Ese es el problema, que es complicado encontrar productos totalmente limpios, y la nata no podemos hacerla en casa …
Y esa nata que comentas ¿donde se puede encontrar?
Es nata en tarrinas de la sección de refrigerados (junto a la leche fresca) de cualquier supermercado. Pero al ser un poco agria el sabor del «café con nata» es horrible. Tampoco ponerle yougur griego da un sabor parecido al de la nata de brick.
¡Hola! Yo estaba un poco con el mismo problema sobre qué echarle al café, y he encontrado dos opciones que son las que más me gustan:
– El primero, el café estilo «bulletproof»: café, mantequilla y aceite de coco, todo batido. Es el que más me gusta
– El segundo, café con leche de coco. También me gusta pero se queda bastante pastoso, y la leche de coco la uso para muchas cosas así que no desperdicio nada.
En cuanto al tomate frito, por suerte mi suegra hace de forma casera tomate en conserva en cantidades industriales todos los veranos, el resto del año sobrevivimos de lo que nos va dando… Si tenéis tres o cuatro días libres en julio es una buena opción.
Un saludo!
Hola Vicente,
Totalmente de acuerdo. Es muy difícil encontrar alimentos que solo contengan los ingredientes naturales que deberían contener.
Yo he dejado de consumir muuuuchas cosas y el hacer la compra es una tarea que lleva un buen rato. Cuando conoces una marca es más fácil, pero si quieres probar algo nuevo implica leer ingredientes, mirar la cantidad de hidratos que aporta… Sería genial comprar jamón o chorizo, por ejemplo, sin tener que preocuparte por si lleva azúcar, dextrina, proteína de soja…
Y respecto a la noticia que comenta Rubén, estoy a favor de todo lo que se haga para que el consumidor tenga más información, pero para mi lo realmente importante es saber como se ha cultivado el vegetal o alimentado el animal que me voy a comer. Por lo que tengo entendido el problema de las vacas locas no se debía a donde fueron criadas-sacrificadas, si no a la alimentación que les dieron.
Pero bueno, lo importante es seguir avanzando, aunque sea en pequeños pasitos.
Gran blog y gran artículo, como siempre.
Un saludo!
Hola Jose,
el problema es mayoritariamente con la familia: yo no tengo problema en dejar de comer jamón cocido, fuet, o lo que sea, pero cuando la lista de «alimentos» vetados es demasiado grande, el resto de la familia no lo tiene tan claro.
Tienes razón con lo de conocer el tratamiento recibido por el alimento. También importa y no exigimos que se nos diga. Los consumidores estamos pensando en otras cosas cuando compramos, como el precio o el sabor, y no en lo que es saludable.
Un saludo
Respecto al tomate, yo lo compro triturado, q lleva únicamente sal y ácido cítrico. Luego no cuesta freirlo en casa… incluso se puede hacer en el microondas.
Hola Petro,
lo tendré en cuenta, gracias. Me toca probar recetas…
Ah vale … Te refieres a lo que venden como «creme fraiche». Lo probaré a ver que tal está y si es imbebible habrá q arriesgarse con la de brick o buscar otras opciones …
«Imbebible» se acerca bastante a la realidad 🙂
Desde luego no es un café con nata tradicional.
Hola, si se quiere nata de calidad hay que ir a la leche cruda (yo compro directamente al productor Leite Cru).
Otra opción a la nata es añadir mantequilla de leche cruda ecológica como la que hace Casa Grande de Xanceda; yo la añado al café con leche y me gusta mucho.
En cuanto a otros productos de consumo habitual como embutidos, lácteos, huevos y carnes, la mejor opción es consumirlos de animales de pasto y criados en libertad.
Hola Cristina,
gracias por las sugerencias 🙂
Aunque el sabor pueda gustar menos, la prioridad es ponerle algo saludable al café (mantequilla, aceite de coco o lo que sea).
Gracias por pasarte por aquí.
He probado la receta de la mantequilla, y he de decir que me ha parecido buenísimo, creo que no me voy a arriesgar con la creme fraiche, ya que como dice Vicente puede resultar imbebible …
He hecho un café largo, una cucharada de mantequilla y como no tenía aceite de coco, le he puesto crema de coco, que más o menos será similar. El único inconveniente que le veo es que hay que ensuciar la batidora cada vez, ya que solo removiendo con cuchara no se mezcla bien y no queda igual.
La textura perfecta y el gusto genial. Os animo a probar.
Hola Rubén,
te hago caso, y yo también estoy haciendo el «bulletproof coffee«, pero con lo que tengo en casa, que es aceite de coco (que es tan sólido como la mantequilla). Si está suficientemente caliente, removiendo un poco sí que se disuelven más o menos bien.
Gracias por el aporte 🙂