Etiquetado: grasa corporal
¿Hasta qué punto es reversible la obesidad? (1/4)
the existence of an adipocytes-based autonomous cause for weight regain may be taken as an excuse to abandon measures needed to maintain the reduced weight. (ver)
Traducción muy muy muy libre: si los obesos se enteran de que hay una causa fisiológica para la recuperación del peso perdido, podrían aprovecharlo para dejar de seguir las actuales recomendaciones, que siempre han fracasado y para lo que hay una explicación, pero que sabemos necesarias para mantener el peso perdido. Los obesos tienen tan poca fuerza de voluntad que no se les puede contar que no tenemos ni idea de cómo tratar la obesidad, porque lo usarían como excusa para no seguir el tratamiento.
Quizá lo que voy a contar en esta entrada, en sus cuatro partes, pueda interpretarse como algo negativo o desesperanzador. No es mi intención que sea así. Fui obeso durante años. Llevo ya dos años y un par de meses manteniendo un estado físico envidiable. Como ex-obeso, el mensaje que yo extraigo de esta entrada no es pesimista: me motiva a seguir comiendo de forma saludable, pues entiendo que mi cuerpo, dada mi historia previa, quizá no puede permitirse los mismos deslices que una persona que nunca ha sido obesa. Además, lo que voy a contar me anima a no hacer «experimentos» que puedan hacerme engordar, aunque sea poco y transitoriamente. Nada bueno saldría de esa experiencia.
Si no has leído la entrada «Sensibilidad a la insulina y genética de la obesidad» de este blog, quizá sea conveniente que lo hagas antes de seguir.
Allá voy.
«Adipocyte Turnover: Relevance to Human Adipose Tissue Morphology»
Hay una gráfica en este estudio cuyo análisis me parece interesante. Se representa, para 764 personas, el tamaño medio de los adipocitos frente a los kilos de grasa:
En la figura he dibujado algunas rectas que pasan por el origen de coordenadas. Cada recta representa una cantidad concreta de adipocitos en el cuerpo. Habría infinitas rectas, aunque sólo he dibujado cuatro. La recta roja sería de la de las personas con menos adipocitos, la azul la de las personas con más adipocitos. Si en una persona cuyo punto está en la recta roja sus adipocitos se llenan de grasa, apenas engorda, porque tiene pocos adipocitos. Moverse hacia arriba en la recta roja sería engorde por hipertrofia pura; girar hacia la derecha, pasando a otras rectas, sería engordar por hiperplasia, siendo la recta azul la representante de la máxima hiperplasia: máximo número de adipocitos. Si en una persona cuyo dato está en la recta azul todos sus adipocitos engordan un poco, la persona engorda mucho. Nótese que la hiperplasia suele venir acompañada de un grado variable de hipertrofia (volumen celular).
Supongamos que los datos de una persona están en un punto que pertenece a la recta roja. Si esa persona sube o baja de peso sin que cambie su número de adipocitos, lo que hace es moverse por la recta roja, sin salirse de ella: hacia arriba o hacia abajo.
Lo que vemos es que conforme las personas tienen más grasa, los puntos se ubican en rectas (hay que imaginarlas desde el punto en cuestión hasta el origen de coordenadas) que indican mayor número de adipocitos, es decir, se acercan a la recta azul y se alejan de la roja: mayor hiperplasia. Por ejemplo, para las personas que tienen 90 Kg de grasa corporal, su recta está en todos los casos entre la amarilla y la azul. Y además tienen bastante hipertrofia, pues sus células tienen un volumen elevado.
Si una persona adelgaza, lo que hace es moverse por su recta actual en dirección hacia el origen (al adelgazar no disminuye su número de adipocitos, sólo la cantidad de grasa almacenada en los mismos). Si, por ejemplo, una persona que está en la recta azul, adelgaza y consigue reducir el tamaño de sus adipocitos a 250 picolitros (representado en la gráfica anterior con la recta gris horizontal), todavía tendrá 40 Kg de grasa corporal. Una persona que siempre ha sido delgada que pertenece a la recta roja, con ese mismo tamaño medio de adipocitos tendría tan sólo 5 Kg de grasa corporal.
Otro ejemplo: supongamos que una persona tiene 10 Kg de grasa corporal. Y al engordar su peso se mueve desde el punto rojo hacia la derecha en la gráfica, siguiendo la trayectoria ascendente dibujada en rojo. Si posteriormente adelgaza hasta recuperar el tamaño inicial de sus adipocitos, habrá acabado con casi el doble de grasa corporal de lo que tenía originalmente.
Para volver a los niveles originales de grasa corporal, esa persona tendría que conseguir mantener sus adipocitos bastante más pequeños, i.e. menos llenos de grasa, que antes de engordar (porque ahora tiene más adipocitos), o que una persona que no ha engordado nunca. Pero eso no es todo. La trayectoria de adelgazamiento que hemos dibujado recta, volviendo directa hacia el origen de coordenadas, podría desviarse hacia la curva azul por un aumento en el número de adipocitos causado por la reducción de peso, lo que nos deja con aún más grasa corporal.
«Effects of weight gain and weight loss on regional fat distribution»
En este estudio en humanos, los participantes ganaron unos kilos (5% del peso original) en dos meses, y luego perdieron un 80% del peso ganado en otros dos meses. Aparentemente sin consecuencias: ganas peso y luego lo pierdes. Pero en la fase de adelgazamiento se incrementó su número de adipocitos.
Our results imply that modest weight fluctuations in healthy adults lead to an overall increased number of fat cells, which could promote future weight gain and make weight maintenance more difficult.
Nuestros resultados implican que moderadas fluctuaciones de peso en adultos sanos llevan a un mayor número total de células grasas, lo que puede promover un aumento de peso en el futuro y hacer más difícil mantener el peso.
Resultado coherente con el de este otro estudio: perder peso aumentó la capacidad adipogénica del tejido adiposo humano in vitro. Mi conclusión es que engordar no es ninguna broma, aunque se pierda el peso enseguida.
En el caso de ser obeso, al adelgazar el número de adipocitos no se reduce. Para acabar, pongo algunas citas, que, en conjunto, sugieren que si –¡muy importante este condicional!– los adipocitos tuvieran tendencia a tener un determinado tamaño medio, ni muy grandes ni muy pequeños, adelgazar con dieta/ejercicio y mantener el nuevo peso, si se ha estado muy gordo, sería harto complicado. Además del posible problema del exceso de adipocitos, otros autores (ver) sugieren que la propia reducción de tamaño de los adipocitos podría causar un «estrés estructural» en los adipocitos, que se resuelve cuando vuelven a crecer.
«Diet-induced adipocyte number increase in adult rats: a new model of obesity»
Thus, whenever adipocyte number is increased it remains increased. Furthermore, our data suggest that once a new adipocyte is formed, it tends to store about as much lipid as previously formed adipocytes.
Así pues, cuando el número de adipocitos aumenta, permanece aumentado. Es más, nuestros datos sugieren que una vez un nuevo adipocito se ha formado, tiende a almacenar tanta grasa como los adipocitos formados con anterioridad.
Obese subjects have increased number of enlarged fat cells that are reduced in size but not in number in post-obesity.
Los sujetos obesos tienen aumentado el número de células de grasa agrandadas, y esas células se reducen en tamaño pero no en número tras dejar de ser obeso.
A prominent finding in this study was a decrease in fat cell volume below the control level in weight-reduced obese subjects. Since BMI, fat distribution and body fat content were similar in obese subjects and their controls, the results imply that adipose hyperplasia (at least in abdominal subcutaneous adipose tissue) is a major feature of weight-reduced obese subjects
Un hallazgo importante en este estudio fue una disminución en el volumen de las células grasas por debajo del nivel de los de control en sujetos obesos con peso reducido. Puesto que el índice de masa corporal, distribución de la grasa y contenido de grasa corporal fueron similares en los sujetos obesos y los de control, los resultados implican que la hiperplasia adiposa (al menos en el tejido adiposo subcutáneo abdominal) es una característica importante de los sujetos obesos con peso reducido.
Adipose hyperplasia could be another important factor behind the difficulty for obese to maintain their body weight in the weight-reduced state. Hypercellularity was present in the whole study group of weight-reduced obese, regardless of whether they became postobese or not. It is possible that the small fat cells of weight-reduced women have a more pronounced ability to accumulate lipids than the larger cells of control subjects.
«Biological mechanisms that promote weight regain following weight loss in obese humans»
With behavioral weight loss, adipocyte hypertrophy decreases; however, the hyperplasia remains (20, 29, 32-35). Thus, weight loss dieting may reduce the size but not the number of fat cells. A lack of programmed cell death may be responsible for the failure of reductions in fat mass via nonsurgical means to reduce adipocyte number (20, 33). Therefore, relative to never obese individuals, weight-suppressed [formerly] obese individuals (particularly clinically severely obese individuals) may be left with a significantly greater number of adipocytes, which cannot be reduced via behavioral weight loss (34). See Table 1. Liposuction is the only known treatment able to reduce adipocyte number, but carries high complication rates (36).
It is not yet definitively known whether hyperplasia encourages weight regain in weight-suppressed individuals. There is some evidence to suggest that the presence of smaller adipocytes may encourage weight regain by decreasing the overall rate of fat oxidation and increasing the retention of ingested fuel (37-41). Normally, during times of energy deprivation, lipid (fat) stores break down triglycerides into their individuals components, glycerol and free fatty acids (42), which generate energy for the cell. However, the rate of lipolysis (fat breakdown) appears to be related to adipocyte size and cellular surface area (43); smaller cells exhibit lower rates of basal lipolysis (44). Therefore, if size-reduced adipocytes are modified to break down less and store more fat, these cells may expand and promote further proliferation.
Although still speculative, there is some evidence to suggest that these cells may be predisposed to reach a particular mean size, allowing them to store similar amounts of lipid as previously formed adipocytes (25, 34).
Con pérdida de peso conductual, la hipertrofia del adipocito disminuye; sin embargo, la hiperplasia se mantiene. Por lo tanto, las dietas de pérdida de peso pueden reducir el tamaño, pero no el número de células grasas. La falta de una muerte celular programada puede ser responsable del fracaso de las reducciones en la masa grasa por medios no quirúrgicos para reducir el número de adipocitos. Por lo tanto, en comparación con individuos no obesos, los ex-obesos que tienen un peso reducido (particularmente los individuos clínicamente mórbidos) podrían haber quedado con un mayor número de adipocitos, que no pueden reducirse a través de la pérdida de peso conductual. La liposucción es el único tratamiento conocido capaz de reducir el número de adipocitos, pero tiene una alta tasa de complicaciones.
No se sabe con certeza si la hiperplasia fomenta la recuperación de peso en individuos que mantienen un peso corporal reducido tras haber adelgazado. Hay algunas pruebas que sugieren que la presencia de adipocitos más pequeños puede alentar a recuperar el peso mediante la disminución la tasa de oxidación de grasa y aumentar la retención de combustible ingerido. Normalmente, durante la época de la restricción energética, las reservas de lípidos (grasas) descomponen los triglicéridos en sus componentes individuales, glicerol y ácidos grasos libres, generando energía para la célula. Sin embargo, la tasa de lipólisis (degradación de grasa) parece estar relacionada con el tamaño del adipocito y la superficie celular; células más pequeñas presentan tasas más bajas de lipólisis basal. Por lo tanto, si los adipocitos de tamaño reducido se modifican para romper menos y almacenar más grasa, estas células pueden aumentar de tamaño y promover una mayor proliferación.
Aunque aún es especulativo, hay algunas pruebas que sugieren que estas células pueden tener predisposición a llegar a un tamaño medio, lo que les lleva a almacenar cantidades similares de lípidos que los adipocitos formados con anterioridad.
Nada que añadir, al menos no antes de la segunda parte de esta entrada.
Parte 2: ¿Hasta qué punto es reversible la obesidad? (2/4)
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