¿Para qué comes?

Todos sabemos por qué comemos: saciamos una necesidad básica. Si no comemos, enfermamos y morimos.

Supongo que nuestros antepasados ni se planteaban para qué comían: los alimentos a su alcance eran los que eran, y se comía lo que se podía y cuando se podía. Pero en la actualidad las reglas del juego han cambiado. Ya no solo tenemos a nuestro alcance alimentos naturales (carne, pescado, vegetales, fruta, etc.) sino que estos han sido arrinconados por todo tipo de productos (que no alimentos) inventados por el hombre. Estos productos tienen largas listas de ingredientes, algunos de los cuales tienen una función de alargar la vida del producto, otros son simple relleno de bajo coste, y otros tiene como función excitar los sentidos del consumidor. Ahora tenemos muchos productos a nuestro alcance. Podemos elegir. Ahora sí tiene sentido preguntarnos para qué comemos.

Posiblemente nunca nos lo hemos planteado y simplemente nos hemos dejado llevar. Hemos buscado aquellos productos a la venta que nos gustan y que se adaptan a nuestras posibilidades económicas. Y no hemos pensado en la lista de ingredientes, sino en si nos gustaba más o menos lo que comíamos. Pero creo que vale la pena que nos planteemos si comemos para estar sanos o estamos jugando al juego de la industria. Y sí, por supuesto que pan, pizza, pasta, azúcar, etc. nos gustan. No es ésa la pregunta.

Cuando los «expertos» nos dicen que podemos comer de todo, nos están diciendo que es saludable jugar al juego de la industria, que no hay ningún peligro. Y nos dicen que los problemas vienen cuando rebasamos el límite de la moderación. Es SU punto de vista, no una verdad absoluta. «Curiosamente» es también el punto de vista de la industria alimentaria, que «curiosamente» les esponsoriza generosamente.

Ayer se celebró la primera comunión de un familiar de mi mujer, tras la cual comimos en un restaurante (en su momento me habían consultado si el menú se adaptaba a mi forma de comer. Codillo: ningún problema). Los postres eran las tradicionales tartas dulces, y lógicamente ni las probé. Ya por la tarde una cuñada me preguntó por qué nunca me saltaba la dieta. Desde luego los postres parecían deliciosos, así que la pregunta era muy razonable. Estuvimos hablando un rato de dietas y formas de perder peso (¡mi tema de conversación preferido!). Yo creo que a mi cuñada le vendría bien cambiar de dieta. Lo que le dije es que para cambiar la forma de comer, lo primero tiene que cambiar es la mentalidad, decidir que va a comer para estar bien, para mitigar los problemas de salud, y no para satisfacer la apetencia. Posiblemente todos hemos estado, o seguimos estando, en ese lugar: no queremos dejar de comer pizza, no queremos dejar de comer galletas de chocolate, no queremos renunciar al bocadillo de española con longanizas. Queremos seguir comiendo como lo hemos hecho siempre.

¿Por qué no me salto la dieta? Imagina que eres uno de esos habitantes de una isla del Pacífico, acostumbrado a comer pescado, vegetales, coco y legumbres. Y sin problemas de salud. Cuando las harinas, el azúcar y los productos procesados llegan a tu isla, decides ignorar esos productos que no se pudren y seguir comiendo lo de siempre. Puede que los que sí cambien de dieta no te entiendan, pero ¿estás renunciando a algo?

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  1. Beatriz

    Precisamente ayer viendo los anuncios en la tv me dio por seguir su recomendación (no sé si os habéis dado cuenta de que en todos los anuncios de productos de alimentación hacen la recomendación de comer sano y equilibrado, hacer deporte a diario y visitar la página web habitosdevidasaludables.com). Entré por curiosidad en la híper-publicitada página y te cuento lo que vi.

    Por un lado la web está repleta de consejos simplistas y paternalistas (cosa que ya esperaba): «realiza actividad física a diario», «come de forma variada, equilibrada y moderada», «camina 30 min al día», «come más fruta y verdura», «vive activo para estar más sano», «desayuna todos los días», en fin, de ahí no les sacas…
    Y ¿qué mente privilegiada nos da semejantes consejos? En la sección de firmantes se encuentran La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), cuya misión es garantizar el más alto grado de seguridad y promover la salud de los ciudadanos reduciendo los riesgos de las enfermedades transmitidas o vehiculadas por los alimentos, garantizando la eficacia de los sistemas de control de los alimentos, promoviendo una alimentación variada y equilibrada que promueva una mejor salud de la población favoreciendo su accesibilidad y la información sobre los mismos. AESAN es el máximo referente en España para cualquier asunto relacionado con la seguridad de los alimentos.
    También la Fundación Alimentum: es una organización privada sin ánimo de lucro, cuya misión es mejorar la calidad de vida y el bienestar social, a través de la promoción de iniciativas que respondan a los retos e inquietudes que la sociedad demanda en relación con la Alimentación.

    Para lograrlo necesitan dinero. La AESAN es un organismo público, es decir se nutre del dinero del contribuyente, Alimentum en cambio es una organización privada, si entramos en empresas adheridas encontramos: Coca-Cola, Kellogg´s, Panrico Donuts, Nestlé, BIMBO, Grefusa…

    Es entonces cuando entiendes por qué estamos todos gordos y enfermos:
    1ª Los máximos responsables de velar por nuestra salud basan sus recomendaciones en los dictados de la industria. Básicamente son las empresas (que lógicamente no van a tirar el dinero) las que financian las campañas de dicen que comer sus productos es sanísimo. ¡Qué sorpresa!

    2ª Los ciudadanos somos tan zoquetes que nos dejamos engañar. No tenemos ni el más mínimo sentido de la responsabilidad y la crítica. Las autoridades lo saben, lo fomentan y se aprovechan de ello.

    • Vicente

      Hola Beatriz,
      Cuando el anunciante dice «… recomienda una vida activa y seguir una dieta saludable», casi seguro que ese producto no es recomendable.

      Me consta que hay quien defiende lo contrario, pero yo prohibiría cualquier movimiento de dinero desde la industria hacia los «expertos». De cualquier tipo, sin ninguna excepción. No es una cuestión de que los patrocinios sean transparentes, es que por el interés general, no deberían existir.

      Pues sí, lógicamente, cuando la empresa X paga, no es para que se recomiende no consumir los productos que fabrica X.

  2. Beatriz

    Coincido contigo en que la industria no debería patrocinar ningún estudio (precisamente porque ninguna empresa va a pagar para que el resultado sea que no se debe consumir su producto).

    Pero dado que actualmente es posible y perfectamente legal que se haga lo lógico sería pensar que cualquier empresa o colectivo del tipo que sea financiara «sus» estudios para luego usarlos con fines publicitarios y beneficiarse.

    En cambio lo que yo veo es que son siempre los mismos estudios pagados por las mismas empresas los que copan los medios. Por cada anuncio o recomendación de comer carne/pescado o huevos existen varias decenas de anuncios de cereales, productos light, 0%, soja, Danacoles, sustitutivos de…
    La difusión que se la da a cualquier estudio mínimamente beneficioso para estos sectores es bestial (incluso cuando son neutros o perjudiciales se manipulan o reinterpretan). En cambio hay toneladas de estudios a favor del consumo de carne, de grasas saturadas, de pescado azul… pero no los verás en la tv ni en los periódicos porque esos estudios son sistemáticamente silenciados. ¿Acaso la industria cárnica, por poner un ejemplo, no tiene poder de influencia en este aspecto?, ¿no es capaz de patrocinar estudios beneficiosos?, ¿no es capaz de publicitarlos, de sacarlos a la luz?…

    Y si hablamos de las recomendaciones por parte de las autoridades: han convertido el pan, la pasta y los cereales en la base de la alimentación, por encima incluso de frutas y verduras. En cambio los huevos, la carne, el pescado y las grasas están relegadas a alimentos ocasionales, solo por detrás de dulces y bollos. ¿Por qué el mercado cárnico, por seguir con el ejemplo, no es capaz de influir en este tipo de entes para lograr situar la carne entre los alimentos básicos?

    Estoy segura de que económicamente SÍ podrían, pero no está ocurriendo.

    Mi teoría es que hay algo más. Y vuelvo al tema recurrente de la adicción:
    yo creo que la gente NECESITA que esos productos que tanto les satisfacen sean sanos, para no sentirse mal al consumirlos y no verse en la tesitura de tener que dejarlos.
    La industria, las autoridades (incluidas las médicas) y los medios de comunicación, que no son tontos, se aprovechan de esta debilidad y la explotan: tienen unos productos adictivos que potencialmente puede generarles muchos beneficios, el único «pero» es que no son saludables. ¿Cómo solucionar ese pequeño inconveniente? Convenciéndonos de que sí lo son. Amplificando al máximo los estudios positivos (aunque sean patrocinados interesadamente) y silenciando los negativos. La gente está predispuesta a creer cualquier bondad de este tipo de productos, así que el mensaje cala.

    Y ahí está la principal diferencia con la carne, el pescado, los huevos o la grasa. Estos últimos no son adictivos, por lo que es imposible cimentar sobre su consumo la gran estafa que sí se ha logrado perpetrar en base a los hidratos.

    • Vicente

      Ni son adictivos, ni es sencillo crear un producto diferente al de la competencia, de forma que puedas aumentar el precio manteniendo la demanda.
      La gente compra carne, huevos o pescado. En cambio, cuando compras «cereales de desayuno», buscas la marca porque sabes que no son todos iguales.
      Los cereales no serán saludables, pero se pueden transportar a grandes distancias, se pueden conservar durante mucho tiempo sin estropearse, y se les puede sacar mucho más beneficio sin más que conseguir añadirle algo que te diferencie del resto y enganche al consumidor.

      Posiblemente la industria cárnica mueva muchísimo menos dinero. Desde luego no es de extrañar que sea la industria del cereal la que haya conseguido «modificar voluntades» y colocarnos su producto como si fuera lo más de lo más.

  3. Beatriz

    Acabo de leer el último artículo publicado por Ana: http://megustaestarbien.com/2015/05/19/las-nuevas-sugerencias-de-la-mayor-asociacion-de-nutricionistas-son-un-gran-paso/

    Empieza así: «El 8 de mayo aunque no lo hayas notado, ni haya salido en la prensa, se ha dado un gran paso hacia una nutrición más acorde con la fisiología humana y la ciencia nutricional. La Academia Americana de Nutrición y Dietética , siendo la asociación más numerosa e importante de nutricionistas a nivel no solo de EEUU si no mundial, presentó una carta abierta a la comisión que actualmente está escribiendo las nuevas directrices nutricionales que van a publicarse este año».

    ¿Cree que es casualidad que estas recomendaciones «no hayan salido en prensa» y la gente «no lo haya notado»? , ¿crees que estas nuevas directrices van a ser aplicadas con prontitud por el bien general?

    Yo NO.

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