Dieta Flexible: la nueva forma en la que los nutricionistas te quieren tomar el pelo y la cartera
La «dieta flexible» es el nuevo nombre que le han dado los nutricionistas a la estúpida y pseudocientífica dieta hipocalórica. Tiene nuevo nombre porque tiene nuevos vendedores, pero es el mismo aceite de serpiente de toda la vida: cuenta las calorías y come lo que te venga en gana mientras entre en tus cuentas de calorías. Es decir, la misma mierda pseudocientífica que lleva fracasando más de 100 años en el tratamiento de la obesidad. Pero eso sí, hay que reconocer que los nutricionistas son buenos vendiendo burras: te dicen lo que quieres escuchar, porque seguramente no quieres cambiar nada en tu estilo de vida, y, como te hacen creer que tiene un fundamento científico (i.e. la primera ley de la termodinámica) te van a culpar cuando no funcione (ver). Todo perfecto para el vendedor, que gana dinero vendiendo humo, pero un desastre para la salud, el peso y la cartera de la persona que quiere adelgazar.
En la esta web, se nos dice que «la dieta flexible» te ayuda a perder peso. Dicen que «varios estudios» han relacionado la flexibilidad de una dieta con el éxito de los que la siguen a la hora de mantener más tiempo el nuevo peso.
Que no nos cuenten milongas. Si dicen que funciona:
¿Dónde está el experimento en que un grupo de participantes obesos con una «dieta flexible» pierden los 20-25 kg que les sobran y mantienen lo perdido a largo plazo, pongamos 4 años?
Si funciona, ¿por qué no nos dan ese experimento científico que lo demuestra?
En serio:
¿por qué como sociedad consentimos que se trate la obesidad con dietas que nunca han demostrado funcionar?
No hay cura. Basta ya de vender la burra. Y es que esta tomadura de pelo no es ninguna broma: cerremos el Grado en Nutrición Humana y Dietética y hagamos frente al escándalo que es que la obesidad haya sido tratada con pseudociencia durante más de un siglo. ¿No nos da vergüenza? Basta ya, por favor.
La dieta hipocalórica es pseudocientífica y no sólo carece de pruebas científicas que la avalen: las tiene todas en contra (ver). Pero claro, como cada año ponemos nuevos nutricionistas en el mercado laboral, pues lo que tenemos es que el engaño se perpetúa año tras año. Y llevamos así más de un siglo. ¿Hasta cuándo lo vamos a consentir?
La autora del artículo sólo es capaz de enlazar a un artículo observacional del que no se puede deducir que haya sido «ser flexible con la dieta» lo que haya causado nada, porque la causalidad puede ser la contraria: la dieta te va bien y te relajas, la dieta no te va bien y eres más estricto con lo que comes. No, en serio: lo que sucede en el mundo de la nutrición no tiene nombre: cogen la primera mierda de artículo que encuentran y si creen que la pueden usar para dar soporte a sus creencias, la enlazan como si fuera prueba de algo. No sé, cuando leen «correlates» o «associated» en el artículo, ¿qué cojones creen que significa? ¿lo que ellos quieran imaginar? ¿Y no se dan cuenta de que ni siquiera se dan datos del supuesto efecto? ¿Cuánto más acabas perdiendo a largo plazo por ser flexible? ¿»Por ser» o «asociado a»? Cero rigor. Y esto lo estamos usando para tratar la obesidad…. ¡paremos ya!
En esta otra web tenemos a una nutricionista registrada (¿qué podría salir mal?) que asegura que ¡¡esta dieta funciona!! Es mentira. Está mintiendo con total descaro: no hay ningún experimento científico que demuestre que esa dieta, de seguirla, te saca de obeso y puedes mantener el peso perdido a largo plazo. Pero es nutricionista, así que no necesita pruebas científicas y simplemente se lo inventa. Y luego los nutricionistas presumen de basar su actividad en ciencia… pues será que inventarte un tratamiento, lo primero que se te ocurre que tiene que funcionar, para una condición médica, y cobrar por ello a tus clientes sin ninguna prueba científica que avale su efectividad, sino más bien lo contrario, es «la ciencia». No, en serio, ¿por qué se consiente este escándalo?
No podemos seguir poniendo estos profesionales en el mercado laboral para que se ganen la vida vendiendo una cura que no existe. Es un abuso de la confianza de la gente. No hay derecho. No hay derecho.
Nos dice esta señora que múltiples estudios muestran que las personas que siguen programas que permiten mayor flexibilidad a la hora de elegir qué comer son más exitosos a largo plazo que los que son más estrictos con la comida. ¿Y qué prueba aporta? Pues exactamente la misma mierda observacional que la otra web… Venga, a inventarse qué causa qué y encima en un artículo que ni siquiera da datos concretos de cuál es el resultado que vas obtener por ser «flexible». Pero claro, si es que esta dieta es la dieta hipocalórica de toda la vida y NO FUNCIONA, ¿qué pruebas vas a presentar? ¿todos los experimentos científicos en los que esta estupidez ha fracasado?
¿Por qué consentimos que el tratamiento de la obesidad carezca de pruebas científicas que lo avalen? ¿Acaso la salud de la población no importa nada?
NOTA: hay cientos de experimentos de pérdida de peso (ver por ejemplo los enlaces en la parte final de esta entrada). ¿En qué cabeza cabe que se pueden ignorar todos esos experimentos y recurrir en su lugar a un estudio observacional para justificar la dieta hipocalórica? De verdad, lo que sucede con el tratamiento de la obesidad no tiene nombre.
NOTA: los nutricionistas son el problema. La población obesa necesita saber que no hay cura para la obesidad y en lugar de eso lo que hacemos es poner en el mercado laboral a «profesionales» que cobran por soluciones que se inventan sobre la marcha, soluciones que nunca han sido validadas en experimentos científicos. El Grado en Nutrición Humana y Dietética es un escándalo.