Cheats, treats, etc.
(english version: click here)
Lo resisto todo salvo la tentación
Hablando de las dietas low-carb un amigo me preguntó si podía saltarse la dieta, eventualmente. Supongo que la respuesta a esa pregunta es muy personal y yo solo conozco la respuesta para mí: si no tomo hidratos de carbono no siento la necesidad de tomarlos, ¿para qué asomarme al lado oscuro, con lo bien que me encuentro ahora? ¿y si no soy suficientemente fuerte como para resistir la tentación? Comiendo lo que como ahora puedo parar de comer cuando estoy saciado, sin ningún esfuerzo, pero ¿quién puede evitar comerse todo el helado? ¿quién puede dejar a mitad un plato de patatas fritas? ¿y de palomitas? ¿quién se deja la mitad de un bocadillo porque ya no tiene más hambre? En navidad, ¿puedes coger solo un trozo de turrón?
Los alimentos con hidratos de carbono parecen más adictivos que el resto, ¿no?
La adicción al azúcar o al trigo no es una simple cuestión de falta de voluntad sino que puede asemejarse a la adicción al alcohol o al tabaco. Es la opinión, por ejemplo, de Kris Gunnars, del experto en trigo William Davis o del experto en azúcar Robert Lustig. Si eso es cierto, al igual que con cualquier otra adicción basta con un desliz para que se reestablezca la adicción.
Como dice Kris Gunnars, si tomas la decisión de que no vas comer ciertas cosas nunca más, probablemente la tentación ni aparezca y tu cabeza no tiene que encontrar justificaciones. Si crees que eres capaz de comer ciertas comidas con moderación, estás perdido.
Recuerdo que una amiga una vez dijo: «un segundo en la boca, toda la vida en el culo». En aquella época yo comía lo que me apetecía y pensé que era una exageración un tanto enfermiza, pero he acabado pensando cosas parecidas: esas comidas te dan un segundo de felicidad (no es más), pero no comerlas te permite tener un cuerpo y una salud que te dan felicidad durante todo el día. La elección es sencilla.
Mi consejo es no tener en casa productos tentadores. Si nos apetece comer algo entre horas y solo tenemos alimentos sanos no vamos a caer en ninguna tentación.
Puedo usar la fruta o el agua con gas como premio o «treat». En una comida especial, una pieza de fruta puede servir perfectamente de celebración.
Ojo, no creo que la obesidad sea un problema de comer demasiado. Una cosa diferente es que por comer los alimentos equivocados (los hidratos de carbono) nuestro cuerpo no solo engorde, sino que nos pida todavía más comida y acabemos engordando y comiendo demasiado. En esta otra entrada del blog aclaro esa idea.
Leer más:
- Kris Gunnars: ¿Cómo superar la adicción a la comida?
Es cierto: doy fe de ello. Cuando uno lleva – como es mi caso – más de un mes en la batalla contra el «cemento» no solamente te sientes saciado y sin necesidad alguna de complementar con extras tu dieta, sino que en absoluto te llama la atención lo más mínimo nada que tenga que ver con los carbohidratos. Si no es adicción, es algo que se le parece mucho.
Pd.- Habrá usted notado, Vicente, que por muchos análisis clínicos que muestre o comente, esta sociedad solo cree en este estilo de vida cuando ve el antes o el después, el panzón o la tableta. «Sólo creo lo que veo…físicamente.»
Un saludo.
Es que si los que se supone que saben te dicen que la grasa saturada, la animal, es mala para la salud y un desconocido te dice que te están mintiendo, la mayor parte de la gente ignora al desconocido. Otra cosa es que conozcas a la persona, que hayas visto el cambio físico, que sepas a ciencia cierta que su estado de salud ha mejorado, que sepas que es cierto que come lo que dice, que sepas que no es un loco, etc. Y aun así, la mayoría de la gente con sobrepeso que me ha visto cambiar radicalmente sigue comiendo igual de mal que antes.