La dieta de las semillas
Me han pasado la referencia de una dieta llamada «dieta de la piruleta», que al parecer está de moda entre algunos famosos. Las piruletas de esa dieta no son piruletas normales sino que supuestamente contienen sustancias que facilitan el adelgazamiento. Yo no creo en este tipo de dietas estrafalarias, pues sé que la única dieta saludable es «la dieta de las semillas«:
1) La base de tu alimentación deben ser semillas, es decir, comida para pájaros y roedores. Las máquinas recogen millones de semillas, las máquinas las trituran y centrifugan, y el polvo blanco resultante debe ser usado por otras máquinas para fabricar todo tipo de alimentos. Ese polvo blanco es especialmente rico en toxinas y antinutrientes, además de ser muy pobre en nutrientes y ser prácticamente en su totalidad hidratos de carbono, unos compuestos que nuestro cuerpo no necesita para nada y que nos ponen como bolas. Y no olvidemos que esos polvos contienen gluten, una proteína que nuestro cuerpo es incapaz de digerir y que probablemente causa todo tipo de problemas en nuestro organismo.
2) Basar la dieta en los carbohidratos tiene una justificación bien sencilla: nuestro cuerpo no está preparado para procesar más allá de una pequeña cantidad de estos compuestos, no pudiendo almacenar más que unos cientos de gramos. Su consumo en las cantidades recomendadas (alrededor del 60% del total de calorías) aumenta la glucosa en sangre, una condición altamente tóxica que obliga al cuerpo a activar sus mecanismos de almacenamiento de grasa. Vas a engordar. No solo eso: comiendo de esta manera tendrás niveles de glucosa e insulina en sangre más altos de lo recomendable, lo que seguramente acabará dañando tu salud.
3) Otro de los pilares de la dieta de las semillas deben ser los aceites de semillas, unos lubricantes obtenidos mediante procesos químicos y térmicos usando también como materia prima comida para pájaros y roedores. El hexano, un producto tóxico e inflamable derivado del petróleo es clave en la producción de estos líquidos, pero en el proceso participan más productos químicos que poco tienen que ver con la comida saludable. Si tienes dudas sobre las razones para ingerir aceites de semillas, piensa en los productores de estos aceites, en el perjuicio económico que les causas si no los consumes. Piensa en términos socioeconómicos, tu salud es lo de menos.
4) Debes evitar todo tipo de grasas de procedencia animal, por respeto hacia las creencias de los vegetarianos fanáticos. Además, si bien es cierto que una dieta alta en grasa y baja en hidratos de carbono te ayudaría a adelgazar, regular la tensión arterial, y mejorar el perfil lipídico y tu riesgo cardiovascular, ¡CUIDADO! si vuelves a comer hidratos de carbono volverán los problemas de salud, por lo que lógicamente las dietas bajas en hidratos de carbono y altas en grasa no son recomendables [si no entiendes este argumento, no te preocupes mucho porque eso significa que tu cerebro aún funciona].
Sí, lo sé, me he pasado al lado oscuro de la nutrición,
¡Viva la dieta de las semillas!
Nota: esta entrada del blog está escrita en tono irónico. En ningún momento recomiendo ni aconsejo la «dieta de las semillas» como dieta saludable para nadie.
Muy bueno, jeje …, la nota final creo q no hacia falta, aunque nunca se sabe ….
Por si acaso, que hay gente muy torpe…
Hola Vicente,
muy buen post y muy gracioso; me he reído un montón! Pero seguramente sabrás que soy del grupo de los pájaros y roedores!
Un abrazo
Si te sale pico o rabito, no digas que no te lo advertí 🙂
Qué gracia, yo también la denomino la dieta para pájaros… Cuando veo a alguien que se alimenta principalmente de cereales, semillas…, siempre comento, «¿ya estás liado/a con tu alpiste?». De verdad, yo solo digo una cosa, «prueba por ti mismo/a, y luego me dirás, básate sobre todo en la experiencia propia, no en lo que digan los demás». Si lo probasen, no retornarían.
Un abrazo, Vicente.
Hola Elena 🙂
tampoco me sorprende que la gente quiera seguir comiendo pan y pizza, porque a) realmente están buenos, b) nos han repetido una y otra vez que el problema son las grasas, y esos «alimentos» no tienen apenas grasa y c) la prueba que propones tiene que estar bien hecha y los dos puntos anteriores juegan en contra de eso (es complicado comer mantequilla sin pensar en sus calorías). Por ejemplo, un conocido me ha contado que su madre está probando esta forma de comer y a mí me extrañaría que lo esté haciendo bien, porque eso significa hacer lo contrario, en muchos aspectos, de lo que nos cuentan los que supuestamente velan por nuestra salud.
Pensar que esto tiene que ser la base de nuestra alimentación es sencillamente esperpéntico:

Un abrazo