La nutrición como religión (I)
Hace unos días comenté un debate entre una dietista y un médico (ver). En ese debate la dietista se puso en evidencia al caer en flagrantes contradicciones y basar sus argumentos en falsas creencias. Los protagonistas del debate eran de Sudáfrica, pero perfectamente podían haber sido de cualquier otro país del mundo. Mucho me temo que esa concepción de la nutrición como una religión, donde se defienden de forma acrítica los dogmas vigentes, es característica de este tipo de profesionales en muchos lugares del mundo. Carecen por completo de capacidad de autocrítica y se aferran al respaldo de la manada cuando se cuestionan sus creencias. «¿Por qué?» es una pregunta para la que no tienen respuesta.
Me voy a centrar en un ejemplo, uno de estos profesionales, el cual decide poner en su sitio a la «dieta de la zona». Yo no tengo ningún interés en defender esa dieta, así que esta entrada no va por ese camino. Es más, recuerdo que mi madre me dio un DVD en el que se explicaba la dieta de la zona, y tras ver los primeros minutos el DVD acabó en la basura. No quiero hablar de esa dieta, sino de este tipo de profesionales.
Un primer fragmento del artículo (ver):
El profesional tiene un dogma, que es que las dietas equilibradas tienen que tener una cierta proporción de macronutrientes, la que él expone. Y ni corto ni perezoso, como la dieta de la que está hablando no cumple esas proporciones la llama «desequilibrada».
La pregunta es «¿por qué?». ¿Dónde está la evidencia científica que sustenta que una dieta que aporte todos los nutrientes que nuestro cuerpo necesita tiene que ser como él dice? ¿Qué tipo de profesional desacredita a una dieta basándose en un dogma sin fundamento científico?
De hecho, parece evidente que esas proporciones son una salvajada, con más de la mitad de las calorías procedentes de hidratos de carbono, un nutriente que nuestro cuerpo no necesita para nada (ver). Pero da igual mi opinión: ¿dónde está esa evidencia científica en la que se basa para decir que la dieta a la que está atacando es «desequilibrada»? ¿Está poniendo en su sitio a esa dieta, empleando para ello un dogma sin fundamento? Muy significativo.
Luego se centra en el hecho de que la dieta es, a su entender, hiperproteica. Nos habla de «consensos» y «documentos de posicionamiento», es decir, el listado de mandamientos de su religión. Desde el punto de vista científico, un cero a la izquierda. Al final del artículo pone la referencia a un artículo (ver) en el que se prueban dos dietas, una con más proteína que otra, durante siete largos días… Lógicamente el artículo no llega a ninguna conclusión útil sobre la seguridad a largo plazo de dichas dietas.
¿Es posible que una dieta con un 30% de las calorías procedentes de proteína sea peligrosa? Sí, es posible, pero para usar eso como argumento lo que hay que hacer es proporcionar evidencias científicas, no creencias religiosas. Y en cualquier caso, tendría que aportar pruebas de que una dieta con un 50-60% de carbohidratos es más saludable a largo plazo. Porque mucha proteína «podría» tener algún peligro, pero evidentemente muchos carbohidratos también «podrían» ser peligrosos. Pruebas, no creencias.
No voy a hacer esta entrada mucho más larga: solo un detalle más. En un momento dado nos habla de los supuestos beneficios de la dieta:
Usar como argumento la proporción de grasa saturada en una barrita de cereales, como si fuera la proporción total de grasa saturada en la dieta, me parece increíble, por no decir algo más fuerte.
Y nuevamente pone sus creencias en acción: él cree que la grasa saturada es un problema para la salud (ver) y que la ingesta debe ser reducida por debajo del 7%. Y nuevamente no es capaz de aportar evidencia científica que sustente sus creencias. Mucho me temo que pronto le tocará editar este artículo para no quedar en ridículo, pues cada vez más voces denuncian que no existe evidencia científica contra la grasa saturada (ver). ¿Qué tipo de profesional desacredita una dieta sin ser capaz de aportar evidencia científica sólida al hacerlo?
En mi opinión, es un desastre para todos que estos profesionales entiendan su labor como la defensa acrítica de dogmas. Cuando hablamos de la salud, no es de recibo que estos sean los profesionales que estamos creando. El artículo del que he hablado solo es un ejemplo de eso.
Pero como siempre, esto solo es mi opinión.
Leer más:
Vicente, en mi opinión, los intereses creados saben que estos dogmas son cuentos de hadas, pero los protegen ferozmente porque le traen billones en utilidades. Sin embargo, sus dias estan contados ya que poco a poco la verdad esta llegando a las masas gracias a los medios modernos de comunicación.
La verdad es que sí. Ahora mismo con twitter, facebook y similares es complicado seguir engañando a todo el mundo todo el tiempo. A menudo se nota que la gente que pone comentarios en una página tienen las cosas más claras que los que escriben el artículo en cuestión. Por ejemplo ésta.
Sin duda algo de razón tienes en lo de los intereses creados, pues la industria alimentaria no duda en promover esas mismas ideas. Eso no quiere decir que el profesional que he puesto de ejemplo esté a sueldo de ellos. Pero está claro que hay mucho dinero en juego en que sigamos comiendo igual de mal que hasta ahora.
Nunca un nutricionista nos ha dicho que las grasas saturadas sean malas para la salud. ¡Fue la industria alimentaria!
Los nutricionistas pasan de decir que la dieta paleo es una dieta milagro a decir que es saludable, y nos explican que han tenido razón en ambos casos. O pasan de alertarnos de los peligros de la grasa saturada a decir que ellos nunca han hecho eso y que ha sido cosa de la industria alimentaria. Y hay páginas web que desaparecen.