Azúcar. Robando la Navidad
Imaginemos que se inventa una droga que al consumirla nos proporciona unos minutos, de diez a treinta, de felicidad. Esa droga está tan extendida en nuestra sociedad, que hasta los niños pequeños la consumen. Si queremos calmar a un niño, usamos esa droga. Y se convierte en parte integral de cualquier celebración: cumpleaños, boda, reunión familiar, etc. Esa droga es de facto el mecanismo con el que transmitimos felicidad. Y periódicamente, cada 10-15 años, aparecen grinchs que alertan de los peligros de su consumo, pero se les ignora: «venga ya, hombre, cállate, que todo el mundo la consume y no pasa nada. ¿Cómo no le voy a dar tarta de cumpleaños a mi hija, el día de su cumpleaños? Y ahora que se acerca la Navidad, ¿me tengo que privar de comer lo que todos comen? Mira, mientras no me mate pasado mañana, me da igual«.
Real como la vida misma. Creo que mi hija mayor no tomará chocolate caliente hoy, día de reyes. La pequeña ha dicho que sí quiere tomar, y yo le he respondido que no me gusta que consuma azúcar, que no es bueno para ella.
A mí no me costará ningún esfuerzo. Como describe Taubes en el vídeo, hablando del tabaquismo, yo estoy en una fase en la que no sólo no lo deseo, sino que no entiendo cómo he podido consumir ciertas cosas en el pasado ni por qué otra gente lo hace.
Hola Vicente, como siempre dando en el clavo. Yo también pienso que el azúcar es la droga de nuestro tiempo. Largo tiempo,supongo. Pero cuando miro los ingredientes, veo que casi todo,por no decir todo, lleva azúcar.Así que mi lucha es diaria, porque cuanto menos azúcar comamos mejor. Por ejemplo a mis hijas le compro chocolate con stevia, que de momento es lo mejor, compro leche de coco pero ecológica porque si no lleva ccarragenaro que es cancerígeno,cacao ecológico que lleva azúcar de caña ,pero menos cantidad que las marcas normales,por supuesto que casi no comen galletas,bollos,pasteles,nada de chuches,porque no les gusta afortunadamente…Pero cuando hablas con la gente te dicen «entonces no comeríamos nada» y esa es su justificación. La mía es,pues «como otra cosa» y tan contenta,eso si soy el bicho raro que no come roscón de reyes,tartas de cumpleaños,mortadela,paté,..todo aquello que lleve azúcar ni lo pruebo y ni lo compro. O sea que mi compra es pero que muy muy reducida,porque todo todo todoooooooo,lleva azúcar y no veo a la gente mirando los ingredientes,y como piensan que un poco no importa,pues no suman todo el azúcar escondido que toman todos los días y luego se extrañan de que enfermen,en fin, si no lo ves es muy difícil que te entiendan,yo sigo diciendolo a pesar de pertenecer a ese pequeño grupo raro,que no come azúcar, no solo por las calorías que tiene sino además ,porque es un veneno. Felices Reyes.Un saludo.
Felices Reyes, Nuria 🙂
No consumir azúcar es ser unos extremistas y unos exagerados. No fumo, no bebo, y no consumo drogas, pero al parecer no consumir azúcar me/nos convierte en radical/es. Los que no conciben su vida sin consumir azúcar son los «normales» y los que establecen lo que es correcto y lo que es patología.
En mi casa tampoco entran productos con azúcar. Ninguno. El problema, por tanto, son estos días en los que estás fuera de casa y no controlas lo que hay en la mesa y en los que se supone que hay que consumir productos azucarados. La costumbre es que los niños entran en una habitación en la que están los juguetes y cuyo suelo está lleno de caramelos. Cada niño recibe, además, una bolsa de golosinas. Chocolate caliente y roscón de reyes como desayuno. Y radical es el que no quiere que sus hijas consuman esa basura.
Un poco no importa… el problema es el exceso…
El problema es el enfoque: yo quiero que mis hijas consuman comida, no productos procesados. Mi hija mayor pregunta a menudo por el tema de cómo comer, así que no necesito decirle nada estos días: se cuida. La pequeña es también muy lista: acabará haciendo lo mismo que la mayor, creo yo.
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Alejandro, si no explicas esto, me va a ser complicado tomarte en serio.
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Ana: «Hay a quien le gusta ver árboles pero niega ver el bosque»
Tú (unas horas después): «Para quien crea ver bosques cuando realmente sigue viendo árboles»
Dices que no entiendes su comentario?
A mí tu explicación no me basta.
Precisamente porque le echan azúcar hasta los tuétanos es que nunca puede ser excesibo el adjetivo que te plazca para tal aditivo, lo fabrican para que no puedas para de comer algo… Todo lo que lo quieras llamar puede estar bien a partir de esa premisa…