Etiquetado: grasas saturadas

Las grasas saturadas ya no son malas… ¿Y ya está?

En los últimos tiempos hemos visto como algunas asociaciones de dietistas han reculado en su demonización de las grasas saturadas. Ha pasado en EEUU y también en España.

¿Y ya está?

Si antes había pruebas para recomendar reducir el consumo de grasa saturada, ¿dónde están ahora esas pruebas?

Y si antes no tenían pruebas, ¿cómo se atrevieron a lanzar recomendaciones sobre limitar su consumo a la población?

Nos dijeron que las grasas saturadas subían el colesterol. ¿Mintieron? Antes subían el colesterol, ¿pero no lo hacen?

Nos dijeron que un colesterol total alto era un riesgo para la salud. ¿Mintieron? Antes era un riesgo para la salud, ¿ya no lo es?

Esto no puede quedar así. Si las grasas saturadas subían el colesterol y eso era un riesgo para la salud, pero ellos mismos reconocen ahora que el consumo de grasa saturada no afecta a la mortalidad, ni genera enfermedad cardiovascular, hace falta una explicación. Tienen que explicar cómo y por qué nos engañaron. No pueden simplemente decir ahora lo contrario de lo que llevan diciendo durante décadas y no asumir ninguna responsabilidad.

Han hecho cero autocrítica. Y sin autocrítica, volverán a cometer los mismos errores una y otra vez. Y es nuestra salud la que paga sus errores.

No basta con una disculpa, que no se ha producido: es necesario que expliquen cómo y por qué nos han engañado.

Porque luego tendremos que hablar de cómo a los diabéticos les hemos estado matando, literalmente, con una dieta basada en los alimentos que sus cuerpos no toleran. ¿Y por qué? Para evitar esas grasas saturadas que eran tan malas. Y ahora que ya no lo son. ¿Cuánto van a tardar en revisar la dieta recomendada actualmente para la diabetes? ¿Y qué les van a decir? ¿»La grasa saturada era mala y ya no lo es«? ¿»No teníamos pruebas y te hemos estado jodiendo la salud sin motivo«?

Nos tienen que explicar cómo es posible que hayan ignorado durante todo este tiempo que no había pruebas contra las grasas saturadas.

Pero no basta con derribar un dogma. A mí, la verdad, me dejan indiferente las migajas. Tienen que caer todos los dogmas sin fundamento. Si no pueden demostrar algo, lo tienen que abandonar:

  • No hay por qué basar la alimentación en los carbohidratos. No es de recibo que sigan diciendo que ha de ser así.
  • Se desconocen los efectos a largo plazo de las dietas bajas en grasa y altas en carbohidratos, aunque a la vista del experimento incontrolado hecho con la población mundial en las últimas décadas, hablaríamos de diabetes, obesidad y enfermedad cardiovascular. ¿No hubiese sido más rentable hacer ese experimento de forma controlada y con pocas personas?
  • Las dietas altas en grasa y en grasa saturada no son «dietas milagro», sino que a diferencia de las altas en carbohidratos, vienen avaladas por la evidencia científica.
  • No hay ninguna razón para incluir el gluten en la dieta, y sin embargo su consumo es una potencial fuente de problemas de salud.
  • No estamos gordos por vagos y glotones (más bien estamos gordos por haber hecho caso a los malos dietistas).
  • Contar calorías nunca ha dado resultados en términos de pérdida de peso. Es una idea basada en graves errores conceptuales y que la experiencia ha demostrado errónea.
  • La composición de la dieta sí importa, para la salud y para la pérdida de peso.
  • Se desconocen los efectos sobre la salud de los productos químicos añadidos en los alimentos procesados. Salvo que seas indestructible, minimizar su consumo es lo prudente.
  • Las harinas de cereales son un alimento de quinta categoría, que solo debería consumirse en caso de necesidad. Determinadas semillas no pueden consumirse en su estado natural, y únicamente cuando son procesadas industrialmente y convertidas en harina pueden ser «consumidas». Basar la alimentación de la población en las harinas es uno de los mayores errores cometidos por el ser humano a lo largo de su historia.

¿No están de acuerdo? Me parece perfecto: que demuestren sus planteamientos empleando la evidencia científica. La carga de la prueba está en los que llevan décadas haciendo esas recomendaciones. Y si no pueden demostrar estos dogmas, que los abandonen y se limiten a decir lo que sí saben con certeza. Necesitamos mensajes basados en la verdad demostrable científicamente. Y la mayoría de nosotros no podemos esperar 100 años a que los malos dietistas tengan a bien reconocer que sus dogmas carecen de fundamento.

Por cierto, no veo que estén dando mucha difusión al giro radical que han dado respecto de las grasas saturadas. Quizá deberían informar por carta a los medios de comunicación. Algo así como:

Estimados señores,

Si recuerdan, les dijimos que había infinitas pruebas contra las grasas saturadas, que aumentaban el colesterol y que obstruían las arterias. La verdad es que no había ninguna prueba. A partir de ahora nuestro mensaje es todo lo contrario: las grasas saturadas no son un peligro para la salud. Pero lo diremos con la boca pequeña para no crear alarma social ni descrédito de las instituciones. La gente debe seguir confiando en que sabemos lo que hacemos, aunque sea mentira.

Seguimos manteniendo sin cambios el resto de nuestras recomendaciones sin fundamento.

Atentamente,

Los expertos en nutrición

Rectificar solo es de sabios cuando esa rectificación viene acompañada de autocrítica y una explicación, para que nunca más vuelvan a cometerse los mismos errores.

Leer más: