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Peso corporal y bebidas edulcoradas con azúcares

¿Nos engordan las bebidas azucaradas? En general su consumo está asociado a mayor peso corporal (ver) y ya vimos en otra entrada que, a nivel de población, en USA existe cierta relación estadística entre el consumo de bebidas azucaradas y el porcentaje de adultos obesos:

Aunque lo parezca, la curva azul no es un ajuste a los datos representados con estrellas. Las estrellas representan el porcentaje de adultos obesos, mientras que la curva azul es el consumo histórico acumulado de bebidas azucaradas.

¿Único o principal culpable? Pregunta falaz, pues lo que nos importa es si el consumo de bebidas azucaradas es un contribuyente importante al problema de exceso de peso, no si es el único contribuyente ni si es el principal. Responder a una pregunta tramposa para poder aparentar que se tiene razón es llamado «falacia de mover los palos» o del «blanco móvil» (ver).

«Sugar Sweetened Beverages and Weight Gain over 4 Years in a Thai National Cohort – A Prospective Analysis«

Datos de seguimiento de 60,000 personas durante 4 años.

El gráfico es interesantísimo, aunque en un primer momento parezca complicado de interpretar. Lo explico enseguida.

Nos están dando la ganancia de peso de los participantes entre 2005 y 2009 en relación con su consumo de bebidas azucaradas al inicio y al final de dicho periodo. Los datos están agrupados por el nivel de consumo de esas bebidas al comienzo del estudio (2005). Por ejemplo, he resaltado en azul los datos de los que menos consumían esas bebidas, en rojo los que más, y los otros tres grupos son valores intermedios entre ambos grupos extremos.

Dentro de cada grupo (por ejemplo el remarcado en azul), nos dan datos de ganancia de peso según su consumo de bebidas azucaradas al final del seguimiento: menor consumo a la izquierda, mayor consumo a la derecha. En todos los grupos, se ganó más peso corporal si fue mayor el consumo de esos productos. Nótese que los que redujeron su consumo respecto del inicio del seguimiento, indicados con círculos blancos, no engordaron tanto como los que mantuvieron o aumentaron sus niveles de consumo. Y eso sucedió en los cinco grupos. De los que inicialmente más consumían (grupo resaltado en rojo), aquellos que redujeron en mayor medida su consumo (círculo blanco en parte inferior), tuvieron un incremento de peso corporal de los más bajos de todo el estudio.

«Sugar-Sweetened Beverages and Weight Gain in 2- to 5-Year-Old Children«

Datos de seguimiento de 9600 niños entre 2 y 5 años.

En la gráfica vemos el índice de masa corporal (agrupado por edades) en función del nivel de consumo de bebidas azucaradas. A mayor consumo de esas bebidas, mayor Índice de Masa Corporal.

increasing quantity of SSB consumption (in 8-ounce increments) was associated with higher BMI z scores at 4 and 5 years

aumentar el consumo de las bebidas azucaradas […] estuvo asociado con un mayor IMC-z a los 4 y 5 años

En la siguiente gráfica vemos la evolución del Índice de Masa Corporal en función del consumo de bebidas azucaradas: en rojo los que consumían una ración diaria o más, en gris los que consumían menos de una ración diaria:

«A Longitudinal Analysis of Sugar-Sweetened Beverage Intake in Infancy and Obesity at 6 Years«

Seguimiento del consumo de bebidas azucaradas en 1189 niños de hasta 6 años de edad.

En la tabla: cociente de riesgo de obesidad en función de la edad a la que empiezan a consumir esos productos y en función de su consumo medio:

Cuanto antes empezaron a consumir bebidas azucaradas, mayor obesidad hubo.

Cuanto mayor era el consumo de bebidas azucaradas, mayor obesidad hubo.

Sólo son relaciones estadísticas, no una demostración de causa-efecto, pero los productos alimentarios creados por el ser humano no tienen derecho a presunción de inocencia. ¿Consumo moderado? No te dejes engañar: lo «normal» es beber agua y comer comida. Las bebidas azucaradas no pertenecen a la dieta del ser humano.

NOTA: no responsabilicemos a la industria alimentaria por poner a la venta esos productos, sino a los «expertos» en nutrición por decirnos que se pueden consumir con moderación. La industria alimentaria pone a la venta lo que la gente quiere comprar: es la malinformación procedente de los «expertos» lo que nos hace daño, no la tentación que suponen esos productos. No hay razones reales para pensar que puede ser saludable consumir comida basura «si luego se quema».

NOTA: es «posible» que el consumo de bebidas azucaradas sólo sea un marcador de seguir hábitos de vida poco saludables (ver), como consumir pizza u otros productos basados en harinas. Puede ser, pero hay mecanismos fisiológicos que explicarían una relación causa-efecto. Mi creencia es que sí son engordantes y que el consumo saludable es cero.

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