Se busca héroe. Contrato temporal (con posibilidad de indefinido)
Ni sociología, ni psicología, ni economía: a mí solo me interesa saber qué debo comer para estar bien
Desde que empecé a leer cosas sobre nutrición, solo me ha interesado averiguar qué comer para adelgazar y para estar sano. Creo que sobre eso ni la psicología, ni la sociología, ni la economía tienen nada que decir. Pero en esta entrada dejaré a un lado el «qué comer» para hablar de la dificultad de ponerlo en práctica. En mi caso particular, la experiencia me ha demostrado que sí soy capaz de seguir esta dieta el 100% del tiempo. No es ningún sacrificio, sinceramente, pues la lista de beneficios es importante: perdí el peso que me sobraba, me deshice del hígado graso y del reflujo gastroesofágico, y en pocas palabras físicamente estoy mejor que nunca. Y no es una forma de hablar. Pero sé que comer como yo creo que hay que hacerlo no es sencillo, pues supone renunciar a «alimentos» a los que estamos acostumbrados y que nos gustan.
Hay un entorno obesogénico ahí afuera
Comer mal se ha convertido en lo «normal». Nos hemos acostumbrado a ello. Nos han acostumbrado a ello. No es que exista un entorno obesogénico, es que vivimos inmersos en él y nos sentimos como peces en el agua. Pero no nos confundamos: el entorno obesogénico no es el creado por vidas sedentarias y comida abundante y de precio asequible, sino el creado por los «expertos» que nos convencieron de que ciertos alimentos, que nunca han formado parte de la alimentación del ser humano, deben ser nuestra principal fuente de sustento. No es un problema de cantidad y disponibilidad, sino de equivocadas directrices nutricionales y «expertos» que no saben de lo que hablan.
¿Podemos crear una burbuja saludable en el entorno obesogénico?
Dietas restrictivas o resígnate a seguir igual
Hay quien dice que cualquier dieta restrictiva, que no «permita» comer de todo lo que la industria nos vende como alimentos, no es útil. El argumento es que la gente no es capaz de ser fiel a una dieta así a largo plazo. «¡La gente quiere comer la basura los productos que la industria le ofrece!«. Algunos «expertos» nos ven como niños malcriados, acostumbrados desde pequeños a las golosinas y que no estamos dispuestos a renunciar a esos dulces, aunque nos vaya en ello la salud. Usan ese argumento para convencernos de que la solución no pasa por decirnos que dejemos de comer golosinas.
De ser cierto que la gente es incapaz de seguir una dieta restrictiva, la epidemia de obesidad que sufrimos no tendría remedio, pues la única forma que tenemos de salir de ella es eliminar de nuestro menú diario esos alimentos que nos han hecho gordos. O la dieta es restrictiva, o es un engaño.
¿De qué restricción estoy hablando?
En pocas palabras, de seguir una dieta basada en «agua SÍ, cereales NO, azúcar NO«. Eso quiere decir que nada de galletas, pan, pizza, pasta, arroz, bebidas azucaradas, cerveza, etc. Ahora piensa en qué estamos acostumbrados a comer, desde bien pequeños y luego échale un vistazo a los productos que hay en el supermercado, en tu despensa o en tu nevera. Y piensa cuántos productos que te gustan, que nos gustan, quedarán fuera de tu dieta si comes de forma saludable. Y cuando te reúnas con tus amigos o familiares, y todos ellos se hinchen a comer y beber esos productos, tú te verás bebiendo agua y comiendo brócoli con mantequilla, pimientos fritos y pollo (todo esto suena delicioso, por cierto). De eso estoy hablando.
No es fácil decir «no»
Soy consciente de que el camino del que hablo exige sacrificios, renuncias. Y el mensaje que quiero transmitir es que, desde mi punto de vista, ese sacrificio es inevitable: no puedes seguir comiendo igual y adelgazar. Eso no le funciona a casi nadie. El mensaje de que podemos seguir comiendo lo mismo, pero en menor cantidad, nos gusta (¡es lo que queremos escuchar!), pero no nos hace ningún favor. No es casualidad que ese mensaje venga de los mismos «expertos» que nos han hecho obesos: erraban o mentían al decirnos cómo comer y erran o mienten nuevamente al decirnos cómo recuperar la salud (la salud que ellos nos quitaron).
¿Estás dispuesto a sacrificarte? Firma aquí
¿Por qué tendrías que hacerlo, si todo el mundo te dice que lo que hay que hacer es comer menos y hacer más ejercicio? Y sin sacrificios, ¡puedes seguir comiendo lo que quieras! Pues sí, lo entiendo, te estoy diciendo que algunos de nosotros para adelgazar y/o estar sanos debemos convertirnos en algo así como unos héroes, capaces de controlarse y decir «no» a productos a los que nunca debimos decir «sí». No voy a dulcificarlo, ni a maquillar la dificultad. No quisiera quitarle mérito al esfuerzo que hace falta. Pero no puedo decirte otra cosa, porque a día de hoy creo sinceramente que la única vía para recuperar la salud es eliminar completamente de la dieta ciertos «alimentos».
Te propongo que sigas leyendo sobre nutrición, que te informes, y que si así lo deseas, intentes comer «bien» durante un tiempo. Un compromiso temporal, un contrato con tu salud, haciendo el difícil papel de héroe, nada menos. Piénsalo bien: posiblemente es el papel de tu vida. Y pasados unos meses, si te va bien, entonces debes plantearte si quieres el contrato indefinido o si quieres deshacer el camino recorrido.
Disculpad la arenga.
Llevo algo màs de año y medio siguiendo una dieta cuasi-paleo…y he perdido ya 13 kgs., he ganado masa muscular, han desaparecido mis dolores de cabeza que eran casi diarios, así como el reflujo gástrico…. Desaparecieron. Tengo 45 años y màs vitalidad que cuando tenía 35…y este post define muy bien lo difícil que es ir contracorriente…sigue publicando, ayuda a seguir, y mucho!! Héroes a tiempo completo. Ciudadanos y no meros consumidores….
Hola Miguel,
gracias por contarnos tu experiencia. Si yo hubiera conocido esta forma de comer hace 10 años… la de disgustos que me habría evitado.
Gracias por pasarte por aquí 🙂
Hola tan solo quería comentar que llevo para dos años comiendo, carne, pescado, huevos, verduras, una pieza de fruta al día y un poco de almendras y como coma toda la verdura, carne y pescado que se me apetece engordo.Pues después de luchar contra corriente tengo que controlar las porciones ( a veces se hace un poco duro ) pero estoy en mi peso y me siento muy bien.Gracias por ayudarnos a ir por el camino de la salud.
Hola Javier,
yo no estoy controlando porciones, pero tengo claro que cada uno somos una persona diferente, con una genética y un historial de comidas. Conocernos cada uno y saber cómo reaccionamos ante los distintos tipos de comida o su cantidad, es un gran avance. Aunque la conclusión sea que hay que controlarse.
Gracias a ti por pasarte por aquí y contar tu experiencia 🙂
Hola Javier. De verdad solo comes eso? No tomas salsas preparadas, ni refrescos light, ni miel, ni azucar? Si no te importa responderme, me gustaría saberlo, para ayudar a otras personas. Gracias!
Mi marido y yo llevamos desde el 24 de enero siguiendo esta manera de comer, que no dieta, porque pretendemos seguirla siempre si todo va bien. El cambio aún está en su proceso porque solo son apenas 20 días, pero es muy positivo. Apenas tenemos hambre, nos sentimos mejor y esperamos que los resultados de la analítica que nos haremos en unas semanas muestre que vamos por buen camino. Nosotros no comemos apenas carbohidratos, los que tienen algunas verduras, pero nada de pan, ni pasta, ni patatas, ni casi legumbres, ni ningún tipo de azúcar, como mucho un poco de estevia en el café. Algo de leche por la mañana al desayunar, que son nuestros 5gr diarios pero luego calculamos que tomamos menos de 20 gr. Mi marido ha perdido 4 kg y yo casi 3. Yo tengo que perder todavía 14 más, pero soy hipotiroidea y posmenopáusica, así que es más difícil. Él ya está en su peso ideal. Los dos tenemos historial familiar de diabetes y enfermedades coronarias, así que esperamos poder tener mejor vida que nuestros padres y abuelos. De momento nos gusta muchísimo y aunque de vez en cuando nos apetecería rebañar con un poco de pan, todo está tan rico que compensa con creces.
Gracias por el blog, no conocía información en castellano.
Hola Rosa,
bienvenida a mi blog 🙂
Es posible que la analítica te salga un poco alta en triglicéridos mientras estás adelgazando (quemando grasa). Puede pasar. Ana Muñiz (megustaestarbien.com) tenía algo escrito sobre eso. Si lo encuentro te pongo el enlace. A largo plazo, no obstante, el valor debe mejorar.
En cuanto a la manera de comer, el término «dieta» genera mucha confusión. Según lo entiendo yo, todos seguimos una dieta porque todos comemos. Otra cosa es «estar a dieta», que da a entender que es algo temporal, con intención de dejarlo en cuanto se alcanzan unos objetivos. Pero bueno, solo es mi interpretación de lo que significa «dieta» y yo también suelo usar la expresión «forma de comer» para evitar malentendidos. También yo, tras año y medio comiendo así, lo enfoco como un cambio de por vida. Sería idiota si después de todos los problemas de salud que he tenido, y de lo gordo que he estado, abandonase una forma de comer que me mantiene sano. Si la dieta no me abandona, yo no la abandono.
Yo también tengo tentaciones… pero creo que me es más sencillo no ceder nunca que limitar y controlar cuándo me salto la «dieta». La realidad es que tras la primera galletita viene la segunda, y la fuerza de voluntad desaparece y aparecen las justificaciones…
Gracias por pasar por aquí.