Tener conciencia de la propia ignorancia
Tener conciencia de la propia ignorancia es un gran paso hacia el conocimiento
Hoy he comido, entre otros, con dos compañeros de trabajo con los que no suelo tener mucha relación. En un momento dado de la comida le estaba comentando a uno de los comensales habituales alguna cosa sobre el colesterol y las estatinas (fármacos que bajan el colesterol). Este compañero estaba dudando hace unas semanas sobre la conveniencia de bajar su colesterol con fármacos, y yo ya le había contado mi opinión con anterioridad. Uno de los no habituales, al oír la palabra «estatinas», se ha unido a la conversación y nos ha contado que él tiene los gemelos deformes porque mientras tomaba estatinas se le rompió el músculo de los gemelos. Para él no había ninguna duda sobre la relación. Asustado, pensando que el corazón también era un músculo, dejó la medicación. Según ha contado, mientras tomó las estatinas tenía un marcador de daño muscular diez veces por encima de lo normal. También han contado el caso de un conocido suyo, medicado con los mismos fármacos, que sufrió la rotura de un tendón.
No sé muy bien cómo, la conversación ha derivado hacia el campo de la nutrición. Este compañero «no habitual» ha dicho que los hidratos de carbono eran la principal fuente de energía del cuerpo, a lo que le he contestado que no era así y que eran totalmente prescindibles. Su contestación ha sido que si la dieta es alta en grasa y proteínas se forman cuerpos cetónicos, que son tóxicos. Le he dicho que de eso nada y me ha respondido que él era bioquímico y que algo de eso sabía. Le he explicado lo que era la cetoacidosis y en qué condiciones se podía producir. Su comentario entonces ha sido que los carbohidratos podían ser prescindibles, pero que no había porqué evitarlos. Yo le he contestado que con esa forma de pensar habíamos acabado todos bien gordos, pero que si no le sentaban mal que hiciera lo que quisiera. Y le he dicho que yo, como mínimo, evitaría el gluten. «¡Eso son charlatanerías!», me ha contestado. Este compañero no había leído ni un solo artículo científico sobre los efectos del gluten, como luego me ha quedado patente, pero no tenía ninguna duda de que no había fundamento en lo que yo le decía. ¿De dónde saca la gente esas creencias sobre el gluten? Desde luego de leer la evidencia científica no salen. Le he hablado de los artículos que comento en esta entrada, y me ha contestado que no te puedes fiar de lo que lees en las revistas científicas. Él no había leído ninguno de esos artículos, pero de alguna forma sabía que había algún tipo de error en ellos que invalidaba las conclusiones. También me ha asegurado que el gluten «era lo que era», una unión de aminoácidos y que esa estructura no podía haber cambiado con el tiempo. Según él, el gluten actual no podía ser diferente del gluten anterior a la revolución verde. Le he dicho que según los artículos de los que le hablaba, no solo ha cambiado sino que ahora es más tóxico y aumenta más la permeabilidad intestinal que el antiguo, con lo que puede estar en el origen de todo tipo de enfermedades de tipo autoinmune. He quedado que le enviaba las referencias por correo electrónico, y así lo he hecho cuando he llegado a mi despacho. La verdad es que no creo que las evidencias venzan a sus creencias. Ni siquiera se daba cuenta de que él hablaba sin haber leído ni un solo estudio sobre el tema y aun así calificaba mi opinión de «charlatanería». Y negaba las conclusiones de estudios científicos que ni siquiera conocía. ¿No debería haberlos leído antes de opinar? Ni siquiera creo que hojee los artículos. ¿Para qué perder el tiempo, si ya sabes la respuesta?
Ya en la parte final de la conversación ha salido el tema de la pérdida de peso, y otro de los comensales ha dicho que el balance energético era la clave, que si quemabas más calorías de las que consumías ibas a perder peso. He contestado que esa idea era una de las mayores estupideces de la historia de la humanidad (pues sí, he dicho eso textualmente) y que las evidencias científicas eran muy claras: no se pierde peso «comiendo menos». Y les he explicado que está demostradísimo que la restricción calórica provoca una reacción defensiva de nuestro cuerpo que impide adelgazar. Creas déficit calórico los primeros días, pero poco a poco el cuerpo se va adaptando y el déficit calórico no solo desaparece sino que empiezas a recuperar la grasa y el peso.
También ha salido el tema del «sedentarismo» y «glotonería» y cuando les he dicho que esa idea era falsa me han contestado que en algún caso puede que haya otra causa, pero que la mayoría de la gente estaba gorda por comer demasiado y llevar una vida sedentaria. Hay que ver el daño que hacen los «expertitos» con toda la desinformación que sueltan por sus boquitas.
Al despedirnos, los dos comensales no habituales me han dicho, a modo de consejo, que no me crea todo lo que leo. Ese mensaje me suena. Los otros comensales ya me dijeron algo parecido en su día (en concreto me dijeron que no siguiera dietas raras sin leer antes mucho sobre el tema). Los que no saben nada de nutrición, los que simplemente repiten ideas erróneas «aprendidas» en el colegio o en la facultad, saben que mis ideas son infundadas y me recomiendan que tenga espíritu crítico. ¿No se les ha ocurrido pensar que son ellos los que no saben nada porque nunca han cuestionado nada y nunca han leído nada? ¿No se dan cuenta de qué yo sí respaldo con referencias científicas mis opiniones? El problema es que esta situación es habitual: nadie quiere dedicar su tiempo a leer sobre nutrición. Por la razón que sea, no lo consideran necesario. Confían en que las ideas que tienen son la base de una alimentación saludable y no ven razones para cuestionarlas. Y aunque les haya explicado, por ejemplo, algunas de las razones por las que el balance energético es una tomadura de pelo, no creo que ninguno de ellos le dedique ni un segundo a reflexionar sobre el tema, ni me vuelva a preguntar para entender a qué me refiero. Ciertas creencias están tan arraigadas que parece imposible crear ni tan solo una fisura en ellas.
Un caso parecido es el de un compañero de trabajo que estando tomando estatinas, no se plantea leer sobre los beneficios y riesgos de lo que está tomando. Hasta se lo toma a risa cuando sale el tema de las estatinas, como si tomar ese fármaco fuera tan inocuo como mascar chicle. Me resulta chocante que pueda escuchar que no hay ningún beneficio y que los riesgos son elevados y que no tenga ningún interés por averiguar qué hay de cierto en lo que le digo. Por cierto, esta persona ha acabado en el hospital esta misma semana, por un problema de salud posiblemente relacionado con haber adelgazado. Y lo tremendo del tema es que adelgazó hace un par de años, pero luego recuperó todo lo perdido y ya estaba igual de gordo que antes. O sea que ha tenido complicaciones de salud, posiblemente derivadas de adelgazar, pero ningún beneficio. Eso sí, que siga sin dedicar ni un minuto a cuestionar lo que cree que sabe sobre nutrición. Y que siga tomándose la estatina, que es lo prudente, porque se lo ha dicho el médico.
Hola Vicente, estas conversaciones con «entendidos» también me han pasado y al final te das cuenta que no se puede forzar a los demás a tomar conciencia sobre el tema. Si no me preguntan cuando se tercia, yo no insisto. Saludos y gracias por tus aportaciones!!!!
Hola Cristina,
bueno, yo tampoco pretendía convencer a nadie. Estas dos personas se han unido a mi grupo habitual y el tema ha salido. Ahora recuerdo cómo: el que decía que tenía los gemelos deformados ha dicho que el médico le quería dar medicación para los triglicéridos (no sabía que hubiese una medicación para eso) y él se negó. Yo le he dicho que bastaba con que dejase de consumir carbohidratos y ahí él ha salido con lo de que eran la principal fuente de energía. No pretendo convencerles, pero si se habla de ciertos temas, es complicado callarse.
Al que sí quiero convencer (porque tengo más relación con él), al menos de que hable conmigo antes de hacer nada, es al compañero con el que estaba hablando inicialmente, el que estuvo dudando si tomar estatinas. Ése sí ha querido que le pasase artículos científicos sobre las estatinas, aunque no sé si ha mirado lo que le he pasado. Lo cierto es que después de escuchar lo de la rotura de los gemelos, a lo mejor ya no hace falta decirle nada más.
Gracias a ti por leerme 🙂
No sabes cuánto te entiendo… y créeme, siendo licenciada en Biología, más me jode (con perdón) que me desacredite la gente en base a creencias infundadas, falsedades, incoherencias, «lo que han dicho en la tele», «lo que dicen los médicos»… etc, etc. A mí me ofende personalmente que se considere a la ciencia como una «creencia» más, pero creo es culpa nuestra. Quiero decir, de los científicos. Si hubiéramos conservado el espíritu original y hubiéramos permanecido tan objetivos como deberíamos, ajenos a otros intereses (económicos, políticos…) y incorruptibles, por amor a la ciencia y al rigor, ahora la gente no nos tomaría por el pito de un sereno. ¿Pero cómo van a creernos si saben que los científicos también nos vendemos y hacemos mala ciencia, a sabiendas o sin pretenderlo?
Pero bueno en fin, siempre acabo con la misma conclusión: si hay carencias en educación, criterio propio e interés personal… ni hay cambio ni hay avance. Este es el verdadero problema, que a la gente le da igual que le manipulen, prefieren eso a tener que hacer esfuerzo por su parte. Porque no haría falta confiar, ni tan siquiera en la ciencia, si se supiera interpretar un artículo científico. Y para eso no hace falta una carrera de ciencias, hace falta interés, un ratito al día para dedicarle y una buena conexión a internet. Pero ni interés, ni espíritu crítico oyes… ¿total para qué? Si sólo está en juego la integridad de lo único que puede mantenernos con vida, vamos, el propio cuerpo… ahí es ná :S
Meh, batalla perdida… que desgraciadamente seguiremos librando, porque a mí como a ti, me cuesta callar y hacer como si no hubiera oído nada >_<
Hola Estefanía,
pues sí, exactamente eso es lo que sentí yo, que soy un loco que no sabe lo que dice mientras ellos son personas sensatas que no se dejan engañar por charlatanes. No tienen conocimientos, tienen creencias. Yo podré estar equivocado, o no, pero el que decía falsedades sobre los cuerpos cetónicos o no había leído nada sobre el gluten no era yo.
Es extraño que personas adultas, con formación académica, con hijos, den más credibilidad a creencias populares que a la evidencia científica. Y no me cabe duda de las dos personas de las que hablaba en el post tienen capacidad para analizar un artículo científico. Tienen una carrera de ciencias y tienen publicaciones en revistas. ¿Cómo no se dan cuenta de que dicen «no» sin haberse informado primero? Si alguien les dice que la idea del balance energético es un engaño, ¿por qué no están abiertos a escuchar la explicación? ¿No son conscientes de que no han dedicado ni un minuto de sus vidas a cuestionar esas ideas?
Es una batalla que no sirve de mucho. En ninguno de los casos dijeron «pues es verdad, creía que era así, pero no he leído nada sobre el tema y no puedo respaldar mi creencia de ninguna forma». Ni un solo reconocimiento de ignorancia.
Hola Vicente, te sigo desde hace un tiempo y me gusta porque pones enlaces a estudios científicos, no como en la vanguardia 😛 http://www.lavanguardia.com/vida/20150604/54432053571/tendencia-eliminar-gluten-dieta.html
Hola Sergi,
«debe ser un médico el que prescriba la supresión del gluten«.
¿Tengo que pedirle permiso a alguien para no consumir gluten?
«el gluten es un “buen componente nutricional que no hay que perder”.
¿Pur cuá? ¿Es algún tipo de nutriente mágico?
«existe unanimidad por parte de los facultativos consultados por este medio en la necesidad de que sea un médico el que analice el caso, haga el diagnóstico y, en caso necesario, prescriba la supresión del gluten proponiendo un elemento de substitución.»
¿Elemento de sustitución? Alucinante.
el gluten es “básico en la alimentación”
De verdad, que no se pueden soltar más barbaridades en menos espacio. ¿De verdad esta gente tiene un título universitario?
Gracias por seguirme, pero no te fíes de mí: lee los artículos originales.
Tengo tres amigos de la adolecencia que los quiero como hermanos. Uno sufrio una apoplejía y dos han tenido operaciones del corazón. Todos toman estatinas, medicina para la presión, metformin y comen muchos carbohidratos. Todos estan gordos. Sin embargo, cada vez que trato explicarles low carb y sus ventajas, todos se ponen emocionales, testarudos y rebeldes. Me dicen que sus medicinas le van a salvar la vide. Que triste.
Jajajaja¡¡ yo si se como derivó la conversación hacia el campo de la nutrición, porque estabas tu en la mesa, eso nos pasa a mas de uno. Salu2
guilty as charged…
Conozco el problema de las roturas de tendones asociadas al «tavanic» ( levofloxacino), pero nunca lo había escuchado de las estatinas, de estas conozco su asociación con la diabetes, la obesidad, las cataratas… Bueno siempre se aprende algo nuevo 🙂
Pues yo pensaba que lo de los problemas musculares era uno de los efectos primarios más conocidos. Independientemente de que tenga razón o no, me pareció muy interesante este ensayo de Stephanie Seneff. Tiene mucho que ver con el efecto de las estatinas en los músculos.
Gracias por la información que recabas y el contraste de los datos, tipo de ensayo, grupos de control,etc.
Nos sirve a muchos sin carrera de ciencias pero con interés por cuestionar lo que suponemos saber y lo que seguro que no sabemos.
En mi humilde opinión por lo que interpreto de tus posts, posees el talento y el genio necesario para divulgar los conocimientos que hasta el momento has investigado y experimentado, así que te animo a continuar esparciendo ondas de información coherente y útil, nunca se sabe quien escucha de verdad. Pero te aseguro que con toda la desinformación y terrorismo nutricional bombardeando con sus «expertos», «laboratorios independientes» y comerciales camuflados por doquier, que algunos seres humanos transciendan de vez en cuando el velo de soberbia ignorancia que muchos hemos padecido ayuda y mucho.
Hola practicoeco,
¡me vas a sacar los colores!
Yo solo soy uno más. Entre todos estamos creando lo que Tom Naughton ha llamado la sabiduría de la gente. Cada uno ponemos nuestro granito: revisando estudios, leyendo blogs, viendo documentales, leyendo libros, retuiteando cosas que nos gustan, o hablando con los amigos de las cosas que creíamos saber y que no sabíamos. Todos estamos dedicando parte de nuestro tiempo libre a informarnos y eso tarde o temprano va a acabar derribando la nutrición basada en dogmas.
Muchas gracias por leerme y por tu amable comentario 🙂
Qué espanto, gracias por compartir esta valiosa información, yo conocía el riesgo de roturas de tendones por culpa de ciertos antiinflamatorios y de medicamentos para el asma, pero no de las estatinas!
Rozando los 40 años, tengo varios amigos varones obesos, casi todos con problemas de colesterol y alguno con tensión alta. Todos lo toman como una condición de la que no pueden escapar e inherente a la edad. Se de alguno que toma estatinas y de otro que toma una pastilla para la tensión y no toma sal. Sabíais que bajar la tensión en todo el cuerpo hace que tengas menos riego en el cerebro y en los genitales? Con los años, el efecto secundario es quedarte atontado e impotente, en el caso de los hombres. Pues ante esos claros efectos secundarios nadie se rasga las vestiduras, nadie te dice que estás loco por medicarte así, nadie se sorprende… Eso sí, dices que los hidratos son prescindibles y solo les falta llamar a los servicios sociales! Increible el poder de los médicos en esta sociedad…
Hola Paloma,
no es que les falte eso, es que te denuncian por conducta no profesional.