Saludos, Rubén
Sacado de esa entrada que enlazas:
Aunque pueda parecer disparatado no pocas personas, y algunas de ellas con blogs influyentes piensan eso. Son personas que no dudan en descalificar y atacar sin compasión a compañeros, pero eso sí, en sus blogs con un espacio para comentarios, deciden utilizar su derecho a la censura y con la excusa de que mi comentario no aporta al post, o que incita a abrir un debate no planteado por el autor, optan por la censura. Así que, qué mejor que utilizar mi blog para decir lo que pienso sobre este asunto.
Si lo que decías en esa entrada —y así lo interpreto yo— es que no publiqué un comentario tuyo en mi blog, decías la verdad: lo bloqueé. Pero sí lo publiqué posteriormente (ver) para que se viera qué era exactamente lo que había bloqueado. Invito a los que tengan curiosidad a que lean el comentario que te bloqueé y que se formen una idea sobre los «argumentos» concretos que aportabas a la discusión.
Sí, llámalo como más te guste, pero querido paleo, querido low fat, querido low carb, si estás perdiendo peso, te guste más o te guste menos, estás llevando una dieta hipocalórica.
Lo añado a la lista de ideas a debatir, en caso de que NutriSapiens se anime a dialogar conmigo sobre la validez de CICO.
Además, también comentaré los errores y falacias en que se basa esa afirmación en los comentarios de esta entrada.
Un saludo
El problema fundamental de esa afirmación es la ambigüedad en la terminología, un tema que he tratado varias veces en el blog, por ejemplo aquí. ¿Qué significa hipocalórica? La pseudociencia del balance energético usa la falacia de ambigüedad manejando simultáneamente dos definiciones:
Creo que el uso de esa falacia está claramente explicado en esa entrada que enlazo.
¿Qué mensaje nos transmite esa afirmación, gracias al uso de esa falacia?
Supongo que Rubén estará de acuerdo en que ése es su mensaje.
Lo que quiero analizar es si el mensaje es «válido», es decir, deducido con rigor de las leyes de la física, no si es «correcto» o «útil» en la práctica.
Bueno, pues ese mensaje se basa en la idea de que cualquier dieta que haga adelgazar lo que tiene que hacer es reducir nuestra ingesta energética, aumentar nuestro gasto energético o ambas cosas. Es decir, según la ideología de Rubén, lo que hagamos sólo puede actuar sobre 2 de los 3 factores del balance energético. Según su ideología, la composición de la dieta no puede alterar directamente el tercer término de la ecuación (cambio en la energía acumulada en el cuerpo) y que el gasto energético se adapte. ¿Por qué no? Es Rubén el que debería explicar por qué no.
Hagamos el siguiente supuesto: una compañía farmacéutica diseña un fármaco que estimula la lipólisis intracelular en los adipocitos, de tal manera que se liberan ácidos grasos al torrente sanguíneo y nuestro cuerpo simplemente los elimina en forma de calor (ver). No parece que haya una imposibilidad fisiológica para que esto suceda, ¿no?
Las consecuencias son:
¿Estaría la persona medicada adelgazando por comer menos? No
¿Estaría la persona medicada adelgazando porque ha aumentado su gasto energético? No
¿Se conseguiría lo mismo simplemente comiendo la misma cantidad que come esa persona? No necesariamente: lo que está causando en este supuesto el adelgazamiento es el fármaco, no comer menos. Comer menos en este supuesto es, en cualquier caso, una consecuencia de que se está adelgazando. Del mismo modo, tampoco intentar aumentar nuestro gasto energético con una mayor actividad física tendría por qué llevar al mismo resultado.
No es lo mismo comer menos porque estás adelgazando, que intentar adelgazar comiendo menos.
Quizá sigas pensando que «comiendo menos» lograrías lo mismo. De acuerdo. Pasemos a otro supuesto: tienes un tumor que está creciendo. El oncólogo aplica un tratamiento que reduce el tamaño del tumor. Tú crees que la causa de la reducción ha sido el tratamiento, pero un amigo te dice que no es así, que al reducirse el tamaño del tumor, en tu cuerpo ha entrado menos energía de la que ha salido, por lo que sencillamente lo que el oncólogo ha hecho ha sido crear un balance energético negativo. Tu amigo te dice que habrías conseguido lo mismo sencillamente comiendo menos o haciendo más ejercicio.
Con el ejemplo del tumor todos lo entendemos: no necesariamente la reducción en la energía acumulada en un órgano es consecuencia de alterar los términos CI y CO de la ecuación del balance energético, ni alterando conscientemente el término CI tenemos que lograr el mismo efecto. Esas ideas no se deducen de las leyes de la física. No son «válidas», pues se deducen con falacias, aunque casualmente podrían haber resultado útiles.
Otro ejemplo: supongamos que la clave para adelgazar es un determinado componente de la dieta que hace lo mismo que el fármaco del que hablábamos antes: causa lipólisis intracelular en el tejido adiposo. Si tu dieta tiene ese ingrediente, liberas grasa corporal. Si no lo tiene, no liberas grasa corporal. ¿Imposible? A ver, es lo mismo que en el caso del fármaco. Si no es imposible en el caso del fármaco, no es imposible para la composición de la dieta.
Si una persona sigue esa dieta con el ingrediente adelgazante, ¿se puede afirmar que ha conseguido adelgazar porque ha comido menos?
Insisto en la raíz de todo esto: estamos considerando supuestos en los que un fármaco o un ingrediente de la comida afectan directamente al tejido adiposo, pero la hipótesis CICO niega esa posibilidad y lo reduce todo a hablar de sólo 2 de los 3 términos de la ecuación. Y, como el ejemplo del tumor deja bien claro, hacer eso no es algo que venga avalado por las leyes de la física.
¿Puede la composición de la dieta afectar al peso corporal, sin que necesariamente se esté comiendo menos?
La gráfica muestra el peso corporal ganado por dos grupos de animales. Sólo uno de ellos recibe un suplemento de alicina, el principal componente activo del ajo.
¿Han subido menos de peso porque han comido menos? No, ambos grupos han comido la misma cantidad en términos de calorías.
¿Decimos entonces que el grupo de la derecha, el que ha ganado menos peso corporal ha seguido una dieta menos calórica que el otro? ¿Atribuimos el diferente resultado a las calorías?
¿Por qué ha de ser debido el resultado a una menor ingesta calórica?
¿Por qué suponemos que simplemente comiendo menos se lograría lo mismo?
Esas ideas no vienen de la Primera Ley de la Termodinámica.