No todos los cisnes son negros
No es ningún secreto que gran parte de los artículos que hablan de nutrición nos cuentan cosas que o carecen de fundamento, o son claramente erróneas. Y mucho me temo que el común de los mortales no sabe detectar cuándo lo que lee no es más que basurilla.
En algunos casos encontramos páginas que usan la nutrición como reclamo publicitario: los artículos sobre alimentación y deporte no son más que un gancho para que google te lleve a su página y cazarte como cliente. Si una empresa se dedica, por ejemplo, a vender suplementos para deportistas, difícilmente te van a decir que hacer deporte no sirve para adelgazar. Yo no me fiaría de páginas comerciales: la información sobre nutrición suele ser pésima, aunque lamentablemente no es posible generalizar y no necesariamente podemos deducir que, si hay dinero de por medio, lo que vamos a encontrar siempre es basura que desinforma. Y tampoco las páginas que aparentemente no son comerciales están libres de peligro.
¿Cómo nos podemos defender de la desinformación? Sé que suena a tópico, pero hay que ponerse las pilas y pensar por nosotros mismos. Sin pretender saber más que nadie sobre esto, me apetece hacer unas reflexiones.
Analiza personalmente los datos y desconfía de las opiniones ajenas
Incluso de la mía. Yo tengo opiniones muy escoradas hacia las dietas low-carb, que pueden ser acertadas o no, pero que a buen seguro condicionan todo lo que cuento en el blog. No miento, pero me puedo equivocar como cualquiera. No te fíes, ni de mí ni de nadie. Lamentablemente la experiencia demuestra que no te puedes permitir el lujo de delegar en otros la tarea de informarte sobre nutrición. Confiar en la opinión de otros para ahorrar tiempo no es buena idea.
Mira los datos de los artículos originales. Y presta atención a las condiciones en que se han obtenido: tipo de participantes, duración de la intervención, composición real de las dietas (no la que se pretende, sino la real), métodos de obtención de los datos (formularios, medida indirecta, etc.). Por ejemplo, en un estudio publicado recientemente no se admitían como participantes a personas con problemas metabólicos o con un IMC por encima de 25 (ver), pero los autores no limitaron en la misma medida el alcance de sus conclusiones. ¿Te ha contado eso el que te habló de ese estudio?
Desconfía de todo aquello que no sean los datos obtenidos en el experimento: las interpretaciones de los autores del artículo están sujetas a sesgo, como las de cualquier otra persona. Ya lo he visto en demasiados casos. No presumas ciertas las reflexiones de otras personas, aunque vengan en un artículo publicado en una revista científica.
Por ejemplo, en una de esas páginas basurilla leí ‘las personas comienzan a “flaquear” con la dieta a partir del medio año‘. El autor de estas palabras te está engañando. No dudo que sea cierto que la gente deja de seguir las dietas con el tiempo, pero ese dato es una «observación». Dejar la dieta podría ser una consecuencia de que las dietas dejen de funcionar, y no de que «flaquee» la fuerza de voluntad, que es lo que esta persona está diciendo. Está dando su interpretación de la realidad, aunque parezca que ofrece un dato objetivo. Las opiniones no son datos.
Piensa en los cisnes
Imagina que alguien propone como hipótesis que «todos los cisnes son blancos», y te presenta como muestra las fotografías de un millón de cisnes blancos. ¿Crees que esa «prueba» demuestra que todos los cisnes son blancos? De hecho no lo haría, pues hay cisnes negros en algunos lugares de nuestro planeta.
- Para demostrar que es cierto que «todos los cisnes son blancos» no basta con encontrar millones de cisnes blancos.
- Para demostrar que es falso que «todos los cisnes son blancos» basta con encontrar un cisne de otro color. Uno sólo.
Por ejemplo, en una de esas páginas que comentaba al principio leí lo siguiente: «si nuestras calorías son las adecuadas, subir o bajar carbohidratos da la misma pérdida de grasa«, y la «demostración» que ofrecían era una gráfica sacada de UN estudio de corta duración (4 meses), con dietas hipocalóricas forzadas.
Piensa en los cisnes, ¿qué nos dicen? Que basta un único estudio en el que la composición de la dieta afecte a la pérdida de grasa para demostrar que la afirmación de la que hablamos es falsa. En el blog ya he comentado decenas de estudios que demuestran la importancia de la composición de la dieta, en humanos y en animales. Por tanto estas personas nos están engañando. Encontrar un estudio en el que no han percibido diferencias no demuestra absolutamente nada. Aunque los datos del estudio sean ciertos. La falacia es que encontrar un cisne negro no demuestra que todos los cisnes sean negros. Ni siquiera lo sugiere.
Lo lógico es buscar cisnes blancos antes de declarar que todos los cisnes son negros, aunque hayamos visto uno negro. O mil. Los que se contentan con haber encontrado un cisne negro, porque están convencidos de que no hay ninguno blanco, no merecen nuestra confianza.
Exige datos concretos y no aceptes más que fuentes fiables
Por ejemplo: «¡El 95% de la gente pierde peso con mi método!»
No aceptes opiniones, ni datos en el aire. Si 100 personas se ponen a dieta, ¿cuántas de ellas consiguen mantener una pérdida significativa de peso, digamos 25 Kg, al cabo de 4 años? Y no te dejes engañar: nadie reconoce el fracaso de sus ideas. Te van a vender que perder 5 Kg al cabo de un año de hacer dieta es un éxito. No lo es, porque a la persona que quiere perder peso no le sirve de nada.
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Cuestiónalo todo, incluso lo que todo el mundo cree cierto y poca gente discute
Si, por ejemplo, en una web cualquiera te cuentan que «cualquier dieta nos hará perder peso si consumimos pocas calorías«. ¿Lo aceptamos sin cuestionarlo? Lo cierto es que ese método nunca ha demostrado ser efectivo para pérdida de peso. No hay ni un sólo estudio científico que demuestre que así se puede perder una cantidad importante de peso a largo plazo. Lo que todo el mundo cree cierto, en este caso concreto carece de fundamento. Si tan obvio fuera que funciona, ¿por qué no funciona? Cuestiona: ¿dónde está el estudio científico que lo certifica? ¿Qué cifra es «perder peso» en ese estudio? ¿Al cabo de cuántos años se está midiendo la efectividad del método?
Sin duda un problema con el que nos encontramos ahora mismo es que la mayor parte de la gente cree saber lo que es comer de forma saludable y cree saber cómo adelgazar o por qué han engordado. Nos falta espíritu crítico.
No confundas prepotencia o mala educación con competencia profesional
Puede parecer una obviedad, pero mucha gente tiene comportamientos arrogantes que alguien podría confundir con que saben de lo que hablan. Puede ser, o puede que no sea así. En mi experiencia muchos de los defensores del «balance energético» son indistinguibles de trolls corrientes, aunque tengan un blog o una página web.
Busca los argumentos e ignora los modos. O ignora los argumentos si los modos son inaceptables. Seguro que no te pierdes nada.
No confundas un título académico con competencia profesional
No te fíes de alguien porque tenga un título académico. En el blog ya he comentado el caso de gente que incluso tiene un doctorado y de los que no te puedes fiar lo más mínimo (ver).
Y otros «profesionales» andan por ahí hablando de calorías, ¡como para fiarte de ellos!
Buenos días Vicente
Añadir Felices Fiestas.Y esperemos q el Año q entre,sea un propósito de buena alimentación y salud !
Saludos
Hola ginebra,
muchísimas gracias. Igualmente. 🙂