¿Cómo pude estar tan ciego?

— No entiendo cómo pude estar gordo tanto tiempo y no ser capaz de reaccionar. ¿Por qué no pensé?

— Tú eras feliz siendo gordo. No te importaba demasiado. Cuando quisiste adelgazar por cuestiones de salud, lo hiciste.

— No estoy de acuerdo. Nunca quise estar gordo. Que eso no me amargase la existencia no quiere decir que me contentase con serlo.

— Si te hubiera importado, habrías adelgazado. Tienes fuerza de voluntad, y si te lo hubieras propuesto lo habrías conseguido, como esta última vez.

— Sí que intenté adelgazar varias veces, pero no me funcionó.

— Sí que te funcionaba. Perdías peso, pero luego lo recuperabas porque al cabo de un tiempo dejabas la dieta.

— No es cierto. Siempre se pierde peso a corto plazo, pero la dieta dejaba de funcionar y, lógicamente, si no funciona dejas de seguir la dieta.

— Pues a mí me parece que no mantenías la dieta.

— Estás equivocada. La dieta dejaba de funcionar. Estás suponiendo que una cosa causaba la otra, pero era al revés: la dieta deja de funcionar y dejas de hacer dieta. Pero no es ésa mi pregunta. La pregunta es, ¿por qué no leí antes sobre nutrición, buscando una solución? ¿cómo pude estar tan perdido, durante tanto tiempo?

— Porque pensabas que conocías las respuestas.

Hace un par de días encontré por casualidad esta imagen. Es del verano de 2011. Y cada vez que vuelvo a ver cómo estaba, lo cierto es que no lo entiendo. No entiendo cómo he podido ser tan inútil como para estar gordo y no ser capaz de encontrar una solución. No se trata de hablar de culpabilidad, sino simplemente de no entender cómo es posible que el tiempo que he dedicado a leer y pensar sobre nutrición en los últimos dos años y medio, no lo dedicara antes.

AÑADIDO (30/12/2015)

Por si alguien tiene curiosidad, añado una foto actualizada (de hace un mes) y en esta página hay otra también reciente:

 noviembre15

  1. David

    Yo también pensé lo mismo que tú, por qué, no me puse antes a investigar sobre nutrición… Pero al principio, pensaba que lo que nos decían era lo correcto, hasta que un día, un libro, una web, cualquier cosa, te lleva a información totalmente contradictoria y es cuando empiezas a investigar…
    Felices Fiestas Vicente!!!

    • Vicente

      Felices fiestas, David 🙂

      Veo entonces que no soy el único que se pregunta eso.

      Lo que yo veo en otras personas con problema de peso es que les pasa eso mismo: creen tener las respuestas. Creen que lo que les han estado diciendo es lo correcto. Y cuando les dices que no tiene fundamento te miran como si estuvieras loco. A pesar de escuchar que pueden estar siendo engañados, en mi experiencia, la mayoría ni siquiera se plantea poner en duda sus creencias. No les interesa la conversación y pasan a otro tema como si nunca hubiera existido.

      A pesar de lo anterior, sigo sin tener una explicación a cómo he podido tardar tantos años en reaccionar. Sí, vivía engañado, pero aun así eso no responde del todo a mi pregunta. Ni siquiera puse en duda las «doctrinas oficiales» más que por casualidad, cuando, leyendo sobre el efecto rebote no sé muy bien cómo acabé leyendo a personas que cuestionaban esos dogmas. Ni siquiera fui yo el que dio el primer paso de poner en cuestión lo que creía saber. Visto ahora, no soy capaz de explicar haber sido tan poco crítico.

    • Vicente

      Hola Andrés.
      ¡Felices fiestas!

      Nunca jamás habría podido imaginar que la incompetencia era la norma. Pero ya no sólo hablamos de los incompetentes evidentes, de la mayoría de los dietistas/nutricionistas, es que lo estamos viendo también en los médicos y en las revistas científicas del campo de la nutrición. Ni siquiera el flujo de dinero procedente de la industria alimentaria/farmacéutica hacia esos «profesionales» puede explicar tanta burricie, porque seguro que no todos son unos corruptos «on the take».

      • Andrés

        ¡Felices Fiestas Vicente!

        En realidad tenemos el efecto autorealimentado: los hay, sobre todo en médicos, que están presuponiendo competencia ajena y no se están cuestionando nada; yo diría que se les inculca activa y pasivamente como a nosotros, en parte por otros inocentes presuponientes de competencia ajena. Así los puntos donde «tocar» para tener el efecto deseado de burricie generalizada no es tan alto: los «opinion leaders».

        En nutricionistas se da la paradoja de que se autoproclaman expertos al mismo tiempo que, al menos algunos, reconocen la inconsistencia de la información recibida durante la carrera. Yo ni siquiera he encontrado a ninguno con grado académico de doctor aquí en España (no que ello refrendase como ley sus opiniones, visto algunos que sí son doctores del otro lado del charco), lo mínimo que alguien del mundo académico se exige antes de dárselas de experto en ningún tema concreto.

      • Vicente

        No sé si es mejor que reconozcan que su formación es una basura y que hacen recomendaciones sin fundamento, o que digan lo contrario. En todo caso las universidades donde se expiden esos títulos deberían ser cerradas y reconvertidas en algo útil para la sociedad. El que pensó que ser pregonero de mentiras oficiales era una forma de ganarse la vida, se equivocó.

        El problema es más de fondo que tener un doctorado, creo yo. Seguro que hay doctores hablando de calorías y balance energético. Seguro que hay doctores en esas universidades de donde salen los pregoneros titulados.

      • Andrés

        No es que discrepe… en cuanto los endocrinos abran los ojos y actúen conforme a la evidencia, no veo necesidad de más que técnicos dietistas de apoyo y punto.

        En sí, salvo contadas excepciones, los dietistas-nutricionistas me parecen un colectivo pseudocientífico dispuesto a refrendar activa o pasivamente consejos potencialmente peligrosos, con una conducta claramente corporativista como decía un comentarista por mi blog. Para mí es indicativo que las cabezas no sean profesionales con un mayor nivel de formación, no que tenerla les fuese a convertir en infalibles; quizá peco de optimista, pero supongo que alguno más despertaría del sopor que les hace confundir un epidemiólogo engreído (nombrando como prueba resultados de procesar encuestas con riesgos relativos ridículos… eso sí, ríete tú del número de publicaciones que se consiguen pasando rodillo sin corrección de ningún tipo por test de hipótesis múltiples) con un científico.

        ¡Un abrazo!

      • Vicente

        Eres demasiado generoso con los endocrinos suponiendo que son incompetentes. Yo no descarto que algunos sepan que están dañando a sus pacientes en lugar de ayudarles y aun así lo hagan.

  2. Esteban Perez

    Pues si ya vemos la incompetencia de tanto nutricionista y médico, para rizar el rizo, hay que darse una vuelta por los gimnasios. Personas obesas caminando horas y horas en la cinta de andar. Luego se arrastran hasta la bicicleta para hacer otra hora… Después de un mes no vuelven al gimnasio. Que daño hacen los porcentajes. Como con el ejercicio aeróbico se consume más porcentaje de grasas.. Por dios los monitores…

    Felices Fiestas Vicente y a todos los demás.

    • Vicente

      Hola Esteban,
      ¡Felices fiestas!

      Justamente esta noche he tenido ese mismo pensamiento mientras miraba el interior de un gimnasio a través de una cristalera. Gran parte de las personas que he visto tenían exceso de peso, e incluso había un joven que estaba delgado salvo por la barriga. Puede ser casualidad que justamente ése haya sido el tipo de usuarios en ese momento, pero, acertada o no, casualmente he tenido esa misma reflexión. Tenemos un despiste monumental sobre cómo mantenernos en forma.

  3. Allan

    Hola, felicitaciones por tu determinación a erradicar la obesidad a punta de buena nutrición, el artículo está muy bien, solo le falta una foto de la actualidad, creó que la mayoría de los que lo lean la van a esperar. Por lo pronto te deseo el mayor de los éxitos en difundir buenas costumbres nutricionales y este gran mensaje pro salud y anti obesidad.

    • Vicente

      Hola Allan,
      he añadido una foto actualizada y el enlace a otra también del último mes.

      No sé si se puede erradicar la obesidad con mi forma de pensar. A mí me va muy bien.

      Muchas gracias por los buenos deseos. 🙂

      • Allan

        Excelente!! Gracias por considerar mi sugerencia, y aplausos para ti, la mejora ha sido significativa!! Ahora a seguir difundiendo el mensaje que vaya que hay mucha gente en este mundo que lo necesita.
        Felices fiestas y que continúen los éxitos…

  4. helenaklara33

    Porque nos han enseñado siempre que hay especialistas en todo, los haces caso por la inercia a no cuestionar nada porque nos enseñan que no hemos de ser responsables de nosotros mismos porque para eso están los médicos, los nutricionistas, el maestro, el presidente, mientras vivimos en un mundo en el que somos unos adultos infantilizados, suena muy radical pero es lo que se espera de nosotros, ser lo suficientemente inteligentes como para realizar un trabajo por ejemplo pero no para cuestionarlo

    • Vicente

      Hola Helenaklara,
      a mí no me suena nada radical. Se nos lanzan mensajes sobre cómo comer o qué hacer, en general, para estar sanos, y esos mensajes no se sostienen cuando son cuestionados. Esperan de nosotros que seamos obedientes, no críticos. Y confiar en ellos es un error en demasiados temas relacionados con la nutrición y la medicina (obesidad, deporte, colesterol, diabetes, etc.)

      Hay gente que nos lleva la delantera en esto, y ya hace mucho pronosticó que no vamos a esperar a que los «expertos» dejen de mentirnos. Les vamos a ignorar.

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