¿Hasta qué punto es reversible la obesidad? (4/4)
Parte 1: ¿Hasta qué punto es reversible la obesidad? (1/4)
Parte 2: ¿Hasta qué punto es reversible la obesidad? (2/4)
Parte 3: ¿Hasta qué punto es reversible la obesidad? (3/4)
Una idea nuclear de esta entrada del blog es plantear hasta qué punto un excesivo número de adipocitos puede ser un problema a la hora de que una persona obesa mantenga el peso, si consigue rebajarlo. Yo no lo daría por confirmado, pero me parece razonable sospechar que sí puede ser un problema.
In agreement with our data, they reported that patients with the lowest initial total fat cell numbers responded most favorably to treatment [weight loss] and may have had a reduced rate of fat cell proliferation with increased age (ver)
Coincidiendo con nuestros datos, ellos informaron de que los pacientes con un número total inicial más bajo de células grasas respondieron más favorablemente al tratamiento [pérdida de peso] y pueden haber tenido una tasa reducida de proliferación de células grasas con edad creciente.
En este estudio, los participantes con tejido adiposo hiperplásico (número de adipocitos aumentado) mostraron mayor tendencia a engordar y menor capacidad para mantener el nuevo peso tras adelgazar unos kilos, en comparación con personas delgadas o personas obesas con tejido adiposo hipertrófico. En este otro estudio, recuperar el peso tras haberlo perdido también estuvo asociado con tener un mayor número de adipocitos, mientras que mantener el peso perdido estuvo asociado con tener una mayor hipertrofia de los adipocitos.
Vamos a ver algunos datos más.
«Dynamics of fat cell turnover in humans»
En la gráfica se muestra que, en general, nuestro número de adipocitos se establece antes de los 20 años de edad, y el número total de adipocitos de un adulto suele estar en el rango de 4-8E10 (40,000 millones para los delgados, en azul, el doble, 75,000 millones para los obesos, en rojo).
Las cifras no parecen crecer a partir de los 20 años, pero de valores medios no se puede deducir qué sucede a nivel individual. Lo que sí parece es que la edad en la que está previsto, «programado», que haya un crecimiento en el número de adipocitos es hasta los 20 años.
El 8% de los adipocitos se renuevan anualmente. En personas delgadas, siendo que el número de adipocitos no cambia mucho, esa tasa debe ser tanto la de muerte celular como de generación de nuevos adipocitos. De hecho, en una persona delgada, según la gráfica de la izquierda, asumiendo un número total de adipocitos de 5E10, una muerte de un 8.2% de adipocitos sería 0.4E10 adipocitos muertos/año, que encaja bastante con la tasa de generación de nuevos adipocitos que da la gráfica de la derecha. En una persona obesa la tasa de muertes anda por el 9.5%. Tomando 7.5E10 como número total de adipocitos eso da 0.7E10 células grasas muertas cada año. Como se muestra en la figura de la derecha, la generación de nuevos adipocitos nuevamente encaja con esa cifra. En cualquier caso, si en una persona ambas tasas coinciden, se debe mantener constante la cantidad de adipocitos. Nótese que la gráfica de la izquierda es relativa (porcentaje), mientras que la de la derecha es absoluta.
Otro dato interesante que nos da este artículo es que pasados 1-2 años de una operación de cirugía bariátrica, el número de adipocitos no se redujo:
El BMI se redujo, así como el volumen medio de los adipocitos, pero no el número total de los mismos. Mismo resultado en este otro estudio, con datos dos años tras la operación: 4.3E9 células en tejido subcutáneo antes de la operación, 4.2E9 células dos años después. En este otro estudio, el seguimiento de 10 mujeres que consiguieron reducir su IMC de 41.1 a 25.5 kg/m² demostró que esas mujeres tenían la misma cantidad de grasa que las mujeres del grupo control que tenían el mismo IMC, pero con unos adipocitos de tamaño 349 pl, frente a los 607 pl del grupo control, lo que demostraba que las ex-obesas seguían teniendo hiperplasia. Para estar igual de delgadas que el grupo control, sus adipocitos tenían en término medio un 60% de la grasa de un adipocito en las mujeres del grupo control.
«Adipose cell size and glucose tolerance in obese children and effects of diet»
Estudio con niños obesos en los que se muestra el tamaño y el número de los adipocitos tras haber perdido peso. Lo que se ve es que, al menos a corto plazo, perder peso hace que se reduzca el volumen de los adipocitos, pero no su número.
«The Growth of Adipose Tissue in Children and Adolescents»
Algunos autores (ver,ver) sugieren que dado que durante la etapa de crecimiento es normal que exista adipogénesis, quizá en ese momento seríamos más susceptibles a generar una cantidad extra de adipocitos que, quizá, nos condenaría a obesos de adultos. Nótese que, siendo que un adulto tiene un número de adipocitos entre 40 y 50E09, según la gráfica que vemos (ver) un niño de 11 años obeso promedio ya alcanza esa cifra, y la duplica a los 20 años.
«ADIPOSE CELL SIZE AND NUMBER IN NONOBESE AND OBESE PATIENTS»
En este estudio nos dan el número de adipocitos de los participantes, en función de a qué edad desarrollaron la obesidad. Se muestra como referencia (círculos en la parte derecha) el número de adipocitos de personas delgadas. Esta gráfica transmite la idea de que siempre hay hiperplasia si se es obeso antes de los 15 años, y con cierta probabilidad si la obesidad sucede entre los 15 y los 20 años.
El dato me parece preocupante. Al engordar de joven se puede estar desarrollando preferentemente un tipo de obesidad difícil de revertir.
«Effect of BMI and age on adipose tissue cellularity and differentiation capacity in women»
Número de adipocitos en 189 mujeres, agrupadas según su IMC en delgadas (<25), con sobrepeso (25-30) u obesas (>30). Las cajas marcan los niveles para los percentiles 10-90:
De acuerdo con esos datos, prácticamente no hay mujeres delgadas que tengan un número aumentado de adipocitos. Por el contrario, si se tiene obesidad, prácticamente seguro que hay hiperplasia. En cuanto a las mujeres con sobrepeso, aunque en término medio el número de adipocitos no es muy diferente del de las delgadas, la realidad es que muchas de ellas sí tienen hiperplasia además de hipertrofia. Datos en mujeres. Quizá en hombres es diferente.
Por otro lado, viendo el dato de las mujeres delgadas, si es cierto que el número de adipocitos nunca disminuye, lo que estaríamos viendo es que prácticamente no hay, entre las delgadas, ex-obesas que hayan adelgazado.
¿Es posible ser optimista?
Sólo he encontrado una referencia que diga que una persona como yo, que ha sido obesa, si se mantiene delgada con el tiempo verá reducido su número de adipocitos:
a prolonged reduction in body fat may possibly lead to a decrease in the number of fat cells (ver).
una reducción prolongada de la grasa corporal podría, posiblemente, llevar a una reducción en el número de células grasas.
Lamentablemente, no he podido tener acceso al artículo (de hace 35 años) que presuntamente justifica la cita anterior. Sin leerlo, no puedo saber hasta qué punto se está especulando con esa posibilidad. El «may» y el «possibly» me hacen pensar que ese artículo no contiene evidencias.
Fantaseando, si fuera posible deshacerse de un 8% de los adipocitos cada año, en 5 años me libraría de un tercio de mis adipocitos. En 8 años los habría rebajado a la mitad. Pura especulación.
Seguir una dieta que no dispare los niveles de insulina tendría sentido pensando en prevenir la obesidad:
insulin has a dual action on adipogenesis: a centrally regulated increase in lipogenesis and hence adipocyte cell volume, and a Glut-4- mediated increase in adipose cell recruitment and hence cell number. (fuente)
la insulina tiene una acción dual sobre la adipogénesis: un aumento regulado centralmente de lipogénesis y por lo tanto del volumen de los adipocitos y un incremento mediado por Glut-4 del reclutamiento de células adiposas y por lo tanto del número de células.
Pero deshacerse de los adipocitos extra, cuando ya se ha sido obeso, es otra historia. En ese sentido, en este estudio con ratas, los autores afirmaron que la ausencia de insulina redujo el número de adipocitos:
the prolonged lack of insulin induced a progressive decrease of the cellularity of RWAT to levels that were lower than those of the initial controls.
la prolongada carencia de insulina indujo un descenso progresivo en la celularidad de la RWAT [tejido adiposo blanco retroperitoneal] a niveles más bajos que los de los controles iniciales.
En este estudio, sin embargo, la limitación de la insulina únicamente cambió el tamaño de los adipocitos, no su número (salvo en la grasa subcutánea (ver), aunque los autores sugieren que quizá la reducción del número de adipocitos es un artefacto debido a que los adipocitos seguían existiendo pero eran demasiado pequeños para ser detectados).
Para acabar, un toque de optimismo: no es necesario que los adipocitos mueran. Bastaría con que se convirtieran de nuevo en pre-adipocitos. Curiosamente (ver), cuando se manejan adipocitos maduros in vitro, es complicado evitar que se des-diferencien, es decir, es complicado evitar que vuelvan a ser pre-adipocitos. Eso es muy interesante, pues demuestra que esa vuelta atrás es algo que entra en lo posible in vivo. En el estudio que cito, dicen que consiguieron reducir la tasa de des-diferenciación bañando los adipocitos en un medio con una cierta composición. Eso es justo lo que no quisiera que pasase. ¿Y qué pusieron en ese medio, entre otras cosas, que me parezca interesante? Insulina.
En la gráfica se muestra el porcentaje de adipocitos maduros al cabo de tres semanas. Los medios 2 y 3 contienen insulina, el medio 1 no.
En conjunto, soy optimista en mi situación particular. Me mantengo con muy poca grasa corporal desde hace más de dos años. Si tengo hiperplasia adquirida en mi época de obeso, mis adipocitos ahora mismo tienen que estar bien vacíos. Mi mejor opción, tal y como yo lo veo, para volver a tener un número de adipocitos normal es tratar de seguir como hasta ahora, evitando regar mi cuerpo con insulina, disfrutar de lo bien que me encuentro, y, si hay suerte, igual mis adipocitos deciden que no sirven de nada como adipocitos y que ya es hora de des-diferenciarse o de morir.
Lo más interesante que he leído hasta ahora en la teoría del adelgazamiento… Y explica muchas cosas. Por qué mi hermana pequeña (que de niña no tenía interés en comer) no engorda ni a tiros, por qué mi hermana mediana no es capaz de adelgazar y por qué tengo amigas delgadas y obesas que no cambian.
Desde luego, esto me reafirma en mi idea de no permitir que mis hijos tengan sobrepeso de jóvenes.
Gracias!
Hola Paloma,
crucemos los dedos. A mí me sorprendería que mis hijas tuvieran problemas de peso en la época en la que vivan en esta casa. Hacemos lo que está en nuestra mano para comer de la forma que creemos saludable.
Lo cierto es que ver a niños/as que están claramente pasados de peso genera mucha sensación de impotencia.
Gracias a ti por seguir pasándote por aquí 🙂
Hola Vicente.
Sí, me dan mucha pena esos niños mal alimentados (a base de pan, bocadillos, fantas, natillas danone…) obesos. Aunque también me dan lástima los delgados a los que les dan estos «alimentos».
Me encanta este blog 🙂
Supongo que habrá quien crea que hablar de «mal alimentados» referido al pan es discutible. Porque vivimos bajo la influencia de la pirámide nutricional y la alimentación «equilibrada». Pero alguien está haciendo algo mal cuando ves a niñas y jóvenes deportistas con sobrepeso (no es un caso hipotético, las veo todas las semanas). Alguien se está equivocando son sus planteamientos de lo que es «saludable». Puede que no sea el pan, pero es un error dar por supuesto que las leyes de la física dicen «no es el pan, es el exceso calórico». Y lo mismo cabe decir de fanta, natillas o yougures azucarados.
Alguien se está equivocando. ¿Qué comen actualmente esas niñas y jóvenes con problemas de peso? ¿Qué pasaría con su peso si sacaran de su dieta la comida basura (aceites vegetales, harinas de cereales y cualquier producto con azúcar, para empezar)?
Se nos manda el mensaje de que tenemos derecho a comer esa basura y a no vivir amargados comiendo saludable. Es como si para lucharr contra el tabaquismo, el punto de partida fuera que tienes derecho a seguir fumando, porque te gusta. Yo no lo entiendo.
Muchísimas gracias por los halagos. Me alegras el día 🙂
Hola de nuevo. Disculpa si lo has comentado con anterioridad. ¿Qué sucede si combinas liposucción con dieta LCHF o LC (o la que te mantenga la insulina baja)? Con la liposucción eliminas un montón de células grasas, reduces la hiperplasia con el bisturí. ¿Hay estudios al respecto de gente que haya seguido dietas no insulinizantes y se hayan sometido a liposucciones? ¿Qué sería más interesante, cirugía antes de adelgazar o después? ¿Qué opinión tienes de esto?
Gracias
Hola Gregorio,
si para facilitar la intervención es conveniente haber adelgazado un poco, a mí no me parece descabellado empezar con LCHF, bajar lo que se pueda, pasar por liposucción y luego mantener la dieta LCHF (basada en comida real) para evitar volver a engordar.
No he buscado información sobre liposucción.
Número de adipocitos en jóvenes, distinguiendo los que ya eran obesos con un año de edad (círculos negros) de los que se volvieron obesos más tarde.

Sabes si existe algún estudio relacionado entre la obesidad y la autofagia como proceso de la pérdida de peso?
No, no lo conozco. Lo siento.
Se cree que la lipohipertrofia inducida por insulina (acumulación de grasa corporal en los puntos de inyección de insulina) es causada por las propiedades lipogénicas de la insulina.
En este reporte de un caso se observó no sólo la presencia de adipocitos hipertrofiados (llenos de grasa) sino también de adipocitos claramente más pequeños, presumiblemente procedentes de la diferenciación de preadipocitos.
En la imagen, las flechas negras señalan la presencia de estos adipocitos de nueva creación.
«Insulin-induced lipohypertrophy: report of a case with histopathology»
Se sabe que la insulina fomenta la hiperplasia, es decir, la proliferación y diferenciación de preadipocitos que se convierten en nuevos adipocitos capaces de llenarse de grasa. Este reporte es una observación in vivo de ese proceso.
No lo traduzco, pero lo resumo: para lo que más nos importa, que son nuestros hijos, necesitamos leer e informarnos sobre nutrición y obesidad. Lo peor que podemos hacer es confiar en que nuestras instituciones son competentes en este tema: no lo son, están tratando la obesidad con teorías pseudocientíficas. Y los errores en la alimentación de nuestros hijos pueden lastrar su salud de por vida. Sin ánimo de asustar a nadie, sólo digo que leamos más y confiemos menos.
Buenas Vicente, ¿has leído el último estudio publicado en la revista Nutrients sobre el papel de la curcumina en los preadipocitos «in vitro»?.
Se que no es extrapolable a humanos pero puede que haya una pequeña esperanza y que se pueda dar la apoptosis de preadipocitos.
Me gustaría saber tu opinión, muchas gracias por tu trabajo.
Se me olvidaba ponerte el enlace https://www.mdpi.com/2072-6643/11/10/2307/htm
Hola Borja,
no lo había visto. Lo he mirado por encima. Deduzco que de confirmarse ese efecto in vivo en humanos la utilidad sería más para prevención que para reversión de la obesidad, pues no me ha parecido ver que el efecto incluya desdiferenciación sino dificultar la diferenciación de los preadipocitos.
Gracias por el aporte.
Quiero darte las gracias por este completo artículo. He sufrido obesidad mórbida desde niña y aunque me he pasado la vida en el gimnasio y haciendo todo tipo de dietas nunca he conseguido un normopeso, sólo bajadas de peso que recuperaba con creces en muy poco tiempo. Hace dos años que descubrí la dieta cetogenica y que incorporé a mi vida el ayuno intermitente pero a pesar de haber perdido casi 40 kg, sigo sufriendo obesidad ( unos 90kg) y no consigo deshacerme de ella por mucho que me esfuerce. Recientemente me han diagnosticado LIPEDEMA ( hiperplasia e hipertrofia de los adipocitos en las extremidades) y todo ha cobrado sentido. Me gustaría saber si tienes información al respecto que pueda ayudarnos a quienes estamos afectadas por Lipedema.
Tu artículo me ha ayudado a tomar la decisión de hacerme una liposucción ( en realidad tendrán que ser varias por el gran volumen de grasa acumulado en mis piernas y brazos) y ha reforzado mi convicción sobre que llevar una alimentación cetogenica o low carb es la alternativa más saludable de por vida tanto para mí, como para los que hemos sufrido obesidad.
Hola,
no, no tengo conocimiento sobre el tema.
Gracias por comentarme tu caso personal. Me parece muy interesante, pues creo que a mucha gente le pasa lo mismo: bajas lo que tu cuerpo te deja bajar.
Espero que que las liposucciones te funcionen bien.