El efecto a corto plazo de una dieta puede no tener nada que ver con su efecto a largo plazo (1 de 2)
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Uno de los dogmas principales de la pseudociencia del balance energético es que dos dietas con las mismas calorías y misma cantidad de proteína son equivalentes a efectos de los cambios en el peso corporal (ejemplo). Se nos dice que esa idea deriva de la Primera Ley de la Termodinámica y que, por tanto, negarla es negar leyes inviolables de la física.
Imaginemos que hacemos un experimento en el que a dos grupos de personas les damos durante una semana mucha más comida de la que consumirían normalmente, pero a ambos grupos les damos la misma cantidad de calorías: a un grupo le damos un 50% más de comida en forma de carbohidratos y al otro le damos un 50% más de comida en forma de grasas. Misma ingesta energética y mismo porcentaje de proteína. Si el séptimo día miramos cuánta grasa han engordado ese día esos dos grupos de personas, ¿debemos obtener el mismo resultado en ambos grupos dietarios?
¿Es posible según la pseudociencia del balance energético un resultado como el que ilustro en la gráfica, donde una de las dietas produce más acumulación de grasa corporal que la otra?
No. No es posible según esa teoría. Este resultado está en contradicción con la idea de que nuestro peso corporal lo marcan las calorías de la dieta: ¡los dos grupos dietarios han ingerido la misma cantidad de comida en términos de calorías!
¿Cómo explica la pseudociencia del balance energético este resultado? No puede explicarlo y la razón es que esa teoría no es otra cosa que charlatanería.
Es un resultado real, sacado del siguiente artículo.
«Fat and carbohydrate overfeeding in humans: different effects on energy storage«
Durante 14 días a nueve personas delgadas y siete obesos se les suministra un 50% más calorías de las que se creen necesarias para cada participante. Cada participante es sometido a dos tipos de comida extra: a base de carbohidratos o a base de grasa. No nos dicen ni la dieta base ni en qué consistía exactamente ese exceso.
La gráfica de la evolución con el tiempo del balance de grasa (diferencia entre grasa ingerida y grasa oxidada) es muy interesante. Interesantísima.
Como vemos, el resultado de este experimento dice que los primeros días la grasa dietaria «extra» es mucho más engordante que los carbohidratos «extra» en esos participantes. Pero, ¿alguien se atreve a predecir, en base a la gráfica anterior, qué va a pasar más allá del día 14, que es hasta donde llega este experimento?
Es imposible obviar lo que se está viendo en la gráfica anterior: no sólo el resultado no viene determinado por las calorías —que es lo que la teoría CICO postula como obvio— pues al margen de las calorías la composición de la dieta está determinando que el resultado sea diferente, sino que se constata que es irrelevante saber lo que sucede los primeros días para saber lo que va a suceder a largo plazo. Vemos lo que sucede los primeros 14 días del experimento y no tenemos ni idea de cómo evolucionaría la acumulación de grasa a partir de ese momento. Ni siquiera sabemos en qué tipo de participantes una dieta puede ser más engordante que otra a largo plazo.
Los autores del artículo aparentemente no vieron lo mismo:
we found that for equivalent amounts of excess energy, fat leads to more body fat accumulation than does carbohydrate.
encontramos que para cantidades equivalentes de energía excesiva, la grasa produce más acumulación de grasa corporal que los carbohidratos.
Nótese que dan la teoría CICO por liquidada.
Pero lo que más me interesa resaltar es que éste es un resultado a cortísimo plazo, para participantes todos hombres, para participantes acostumbrados a seguir una dieta alta en carbohidratos, cuando fuerzas la ingesta de forma anormal en más de un 50% de calorías en base a productos alimentarios con un único macronutriente y no alimentos naturales, etc. Parece que hay gente que tiene graves problemas para limitar las conclusiones de sus experimentos a las condiciones en que se han obtenido.
¿Extrapolamos este resultado a personas que siguen una dieta baja en carbohidratos, que no se fuerzan a consumir por encima de lo que les pide el apetito, que hacen ejercicio físico de fuerza regularmente, que mantienen la dieta durante años –no dos miserables semanas– y que consumen productos naturales, no la mitad de su comida en forma de un producto que es 100% grasa? Hacer esa extrapolación es una salvajada. Y de «científicos» que hacen esa extrapolación es de lo que quiero hablar en este artículo.
Este experimento es absolutamente irrelevante a efectos prácticos, pues no tiene nada que ver con las condiciones en las que una persona seguiría una dieta alta en grasa y baja en carbohidratos. Nadie propone una dieta simultáneamente alta en carbohidratos y alta en grasa como la que se pone a prueba en este experimento, y encima forzándose a comer en exceso. Pero este experimento sí nos sirve a) como una evidencia más de la falsedad de la teoría CICO y b) para poner sobre el tapete lo irrelevante de los datos a corto plazo de una dieta, en términos de pérdida o ganancia de peso.
The other major barrier to understanding is the focus on short-term studies. Obesity usually takes decades to fully develop. Yet we often rely on information about it from studies that are only of several weeks’ duration. If we study how rust develops, we would need to observe metal over a period of weeks to months, not hours. Obesity, similarly, is a long-term disease. Short-term studies may not be informative. Jason Fung
La otra barrera importante para la comprensión es el enfoque en estudios a corto plazo. La obesidad generalmente tarda décadas en desarrollarse por completo. Sin embargo, a menudo cogemos información sobre ella a partir de estudios que tienen una duración de varias semanas. Si estudiamos cómo se desarrolla la herrumbre, tendríamos que observar el metal durante un período de semanas a meses, no horas. La obesidad, de manera similar, es una enfermedad a largo plazo. Los estudios a corto plazo pueden no ser informativos.
Leer más:
Stephan Guyenet, PhD usa el experimento que comento en esta entrada, del que los propios autores dicen «encontramos que para cantidades equivalentes de energía excesiva, la grasa produce más acumulación de grasa corporal que los carbohidratos» como prueba de que el tamaño de los adipocitos lo determina el cerebro:
Es decir, ingesta isocalórica y a corto plazo una dieta engorda más que otra, pero la clave está en el cerebro, porque las diferencias en el cerebro son las que hacen que comamos «de más». Si alguien entiende cómo este experimento refuerza la hipótesis de que engordamos porque comemos mucho, que me lo explique.
Taubes pone en cuestión la credibilidad de Hill y Peters, coautores de este experimento, interesados en hacer parecer que la grasa dietética es engordante (y así vender un sustituto de la misma denominado Olestra):