¿Dicen que negamos La Primera Ley de la Termodinámica? ¡Qué cara más dura tienen los caloréxicos!
El supuesto
Vamos a dar por supuesta la siguiente situación:
— Todas las semanas a tu hija le das una paga de 25 euros.
— Tu hija tiene unos gastos fijos de unos 15 euros, incluidos 5 euros semanales que ahorra, y los 10 euros restantes lo gasta en cosas que no le importan demasiado.
— Tu hija quiere comprarse un móvil nuevo, así que de los 5 euros semanales que ahorra 2 euros/semana los ahorra con ese fin.
— Si quieres puedes variar un poco la paga, pero no puedes recurrir a situaciones extremas: ni puedes darle 100 euros todas las semanas ni puedes dejarla sin paga.
Nada raro, ¿verdad? Esta situación es perfectamente posible y tu hija no está violando ninguna ley de la economía.
Ya he usado esta misma analogía en el blog (ver,ver), pero insisto porque creo que es muy ilustrativa.
La causalidad de la teoría CICO (Calorías que entran, Calorías que salen)
¿Son ciertas estas afirmaciones?
Como tu hija ingresa más de lo que gasta, entonces ahorra para el móvil. Eso es cierto.
Tu hija ahorra para el móvil porque ingresa más de lo que gasta. Y no hay más.
La causa del ahorro para el nuevo móvil es que existe un exceso económico.
La diferencia entre lo que ingresa y lo que gasta determina cuánto ahorra para el móvil.
¿Ahorra tu hija para el móvil porque una vez ha cubierto sus gastos le sobra el dinero y se ve obligada a ahorrar para un móvil, de acuerdo con las leyes de la economía? ¿Se deduce que es así de las leyes de la economía?
Ahorro=Ingresos-Gastos
Ni siquiera hace falta que concretemos que el ahorro es para el móvil: la prioridad de tu hija puede ser ahorrar un total de 5 euros semanales, y puede ajustar sus gastos en consecuencia. No es una obviedad que ahorre porque existe un «superávit económico». De hecho, en este supuesto eso ES FALSO.
Las soluciones derivadas de la teoría CICO
Si quieres que tu hija ahorre menos para el nuevo móvil, ¿crees que la solución obvia es «crear un déficit económico»?
Si gasta 23 e ingresa 23 no va a poder ahorrar 2 euros/semanales para el móvil
Si no existe un superávit económico es imposible ahorrar para el móvil
Si la dejas sin paga no va a poder ahorrar, así que se demuestra que lo importante es el balance económico
Nótese cómo plantear irreales situaciones extremas es pretender que el comportamiento es el mismo en una situación normal (e.g. recibes la paga habitual) que en una situación que nada tiene que ver (e.g. no recibes paga). Nada tiene que ver el comportamiento de tu hija cuando no recibe paga con el que tiene cuando recibe paga normal.
Haces caso a la teoría CICO y reduces la paga a 23 euros/semana. Tu hija decide reducir sus gastos superfluos en consecuencia y sigue ahorrando 2 euros semanales para el móvil. ¿Qué ha fallado?
— El gasto es más complejo de entender de lo que creíamos. Hay muchos factores implicados. Pero no es importante: baja aún más la paga, que esto tiene que funcionar. ¡¡Garantizado por las leyes de la economía!!
— Tu hija miente sobre los ingresos que tiene. Está sacando dinero de alguna otra fuente y sus ingresos son mayores de lo que dice. Por eso puede seguir ahorrando. Ingresa a escondidas y es una mentirosa.
— Somos unos linces, pues estamos tomando medidas que en lugar de estar basadas en entender por qué ahorra y tratar de afectar directamente al «ahorro para el móvil» lo que hacen es modificar otros factores que en realidad nada tienen que ver con el ahorro, y que en cualquier caso son efectos, no causas de los cambios en el ahorro.
Sí, somos unos linces.
¿Crees que la teoría CICO puede servir para cambiar cuánto ahorra tu hija para el móvil?
No, no sirve. Porque las razones por las que ella ahorra no tienen que ver con cuánto ingresa ni con cuánto gasta: el ahorro no lo determina la diferencia entre lo que ingresa y lo que gasta, sino lo contrario: su gasto viene determinado por la diferencia entre lo que ingresa y ahorra. Medidas destinadas a modificar sus ingresos o sus gastos estarían ignorando el término más importante de la ecuación del balance económico, ¡que es el propio ahorro! La teoría CICO asume –estúpidamente– que ese término no tiene «vida propia», que no puede cambiar por sí mismo, que no puede ser la prioridad de tu hija, sino que sólo cambia como consecuencia de los cambios en los otros dos términos de la ecuación. Pero ese comportamiento es falso: tu hija no ahorra porque le sobra el dinero, ahorra porque quiere un móvil nuevo. Y de las leyes de las matemáticas no se deduce que el ahorro se produzca por un «exceso económico», ni que la solución obvia para que ahorre menos para el móvil sea crear un «déficit económico».
Lo resalto porque es importante: la teoría CICO no permite que el ahorro cambie por sí mismo.
La diferencia entre ingresos y gastos determina el ahorro. Negar eso es negar las leyes básicas de la economía.
Y de esa falaz expresión los caloréxicos deducen que basta con estudiar qué determina los ingresos y qué determina los gastos. Pretender que se puede gestionar el ahorro para el móvil a partir del estudio de únicamente los factores que afectan a ingresos y gastos es un clarísimo error conceptual. No tiene ninguna justificación posible. Y cuando la teoría fracasa en la práctica argumentan que el problema es que esos dos términos —¡nunca permiten que el propio ahorro tenga complejidad!— son muy complejos.
En resumen, la teoría CICO se basa en dos premisas injustificadas:
- El ahorro para el móvil no puede cambiar por sí mismo (o sea, tu hija no puede tener como prioridad ahorrar esos 2 euros semanales). Así, porque sí.
- Sólo se permiten cambios en el «ahorro para el móvil» en el término del ahorro total. Así, porque sí.
Y esas premisas injustificadas crean la falsa causalidad y la falsa sensación de utilidad de la ecuación del balance económico:
el ahorro para el móvil viene determinado por los ingresos y los gastos
Es una estúpida conclusión basada en un estúpido planteamiento. La única forma en que se puede argumentar que tu hija ahorra para el móvil porque una vez ha cubierto sus gastos le sobra el dinero, y se ve obligada a hacerlo de acuerdo con las leyes de la economía, es empleando falacias. Porque es falso. Y esta flagrante estupidez es la base del tratamiento actual de la obesidad. De verdad que es increíble que pueda estar sucediendo algo así. Somos unos linces. Somos unos linces. Somos unos linces.
¿Cómo pueden tener la cara tan dura?
Por ahora la respuesta típica de los nutricionistas ante la denuncia de que la formación que han recibido es pseudocientífica ha sido el silencio. No ven, no leen, no oyen, no hablan. Ocasionalmente llega el insulto. Ni el silencio ni los insultos me afectan realmente: el objetivo de la denuncia es alertar a la gente que tiene problemas de peso para que eviten caer en las garras de estos charlatanes. No pretendo convencer a los caloréxicos: son el problema. Pero me indigna que mientan, que afirmen que lo que estamos haciendo los críticos de su pseudociencia es negar la Primera Ley de la Termodinámica. En retórica existe un principio de comportamiento que se denomina «principio de caridad», que consiste en esforzarse por no atribuir falsedades a los oponentes, y buscar siempre la interpretación más sólida y coherente posible de lo que estos dicen. Y luego ya, si se considera oportuno, se desmenuza sin piedad esa interpretación. Pero atribuir falsedades al oponente es de una bajeza insoportable. Eso es de no tener vergüenza.
¿De verdad no entienden que su formación es pura chalatanería? Ellos dicen que la hija ahorra porque una vez ha cubierto sus gastos le sobra el dinero y se ve obligada a ahorrar para comprarse el móvil. Y lo que estamos diciendo los críticos es que:
- Ese comportamiento no se deduce las leyes de la economía
- El comportamiento de la hija puede ser diferente de lo que plantea la teoría CICO, sin que eso viole ninguna ley inviolable
Y estamos señalando dónde están las trampas en que se basa su pseudociencia.
¿De verdad no entienden esto? ¿Dicen que lo que ellos defienden es una ley de la física? ¿Y dicen que estamos negando esa ley? ¡¡Qué cara más dura tienen!!
Leer más:
El gran Karl Popper a menudo comenzaba con una representación impecable de las posiciones de los oponentes, a menudo exhaustiva, como si las promocionara como sus propias ideas, antes de proceder a desmantelarlas sistemáticamente. También podemos tomar como ejemplo las diatribas de Hayek contra Keynes y Cambridge: eran «contra», pero ni una sola línea tergiversa a Keynes ni hace un intento manifiesto de sensacionalismo.
El tono quema puentes, pero la denuncia de los estafadores no es un debate. El objetivo de la denuncia no es convencer a los charlatanes de que dejen de engañar a sus clientes, sino alertar a los potenciales clientes para que no sean engañados.
Hola Vicente.
Si lo tuyo con la teoría CICO fuera algo casual, de un par de textos, ni te lo mencionaría. Pero llevo años leyéndote y viendo cómo dedicas una parte presumiblemente grande de tu tiempo a refinar tu discurso anti-caloréxico. Me atrevo a conjeturar que es algo verdaderamente importante para ti, y por ello quisiera compartir mi opinión contigo, aunque seguro que ya has pensado en esto.
Creo que tu mensaje no gana nada con ese tono de desprecio/odio y sin embargo sí que pierde. Para un insider (D-N/ TSD) , leerte ya es incómodo por el choque tan brutal que supone darte cuenta de que tu formación es basura; si además sumamos el tono, la culpa, el insulto… yo lo considero imposible en el 99% de los casos. Y creo que sería ideal que esta gente te escuchase por el mismo motivo que tú les culpas del daño de las guías/pirámides: son la »autoridad» y a la larga les acabaremos haciendo caso.
Para una persona neutral que entre a leerte el camino es más sencillo, y estoy convencido de que tendrás éxito en muchísimos más casos. Pero creo que el mensaje llegaría aún más lejos si no fuera vinculado a ese odio visceral, a ese resentimiento. Dota a tu discurso de una carga emocional que lo enturbia. Porque tus analogías son exquisitas, tus argumentos están clarísimamente expuestos, aportas una cantidad ingente de datos y no solo destruyes sino que también creas, pero lo otro, en mi opinión, le hace más mal que bien al discurso.
Un saludo y gracias por todo
Hola Fraser,
la teoría CICO es el soporte conceptual de la basura de alimentación que seguimos. Y es el origen de muchísimo sufrimiento, pues no sólo no conseguimos adelgazar, sino que los obesos somos acusados de serlo por falta de fuerza de voluntad, por vagancia y por gula (ejemplo).
¿Crees que los charlatanes que dicen que estamos negando la Primera Ley de la Termodinámica no mienten conscientemente, sino que realmente lo creen así? ¿De verdad? ¿No te resulta esclarecedor que una vez puestos los argumentos sobre la mesa, la únicas respuestas sean el silencio o el insulto? ¿Cómo puede alguien que no es capaz de responder a la crítica no saber que es un charlatán? Claro que lo saben. Saben que son charlatanes, pero viven de engañar a la gente y lo van a seguir haciendo mientras les sea posible. Ésa es la realidad y ése es el problema real, no mi tono cero-amable.
Discrepo de la idea de que los nutricionistas tienen que formar parte de la solución. Creo que esa premisa no tiene fundamento. Es como si para acabar con la homeopatía se plantease que la solución tiene que ser del agrado de los accionistas de Boiron. Yo no pretendo convencer a los charlatanes, sino alertar a sus posibles víctimas.
Hay gente que con un tono mucho más amable que el mío ha planteado los errores de la teoría CICO. Y la respuesta que han obtenido ha sido la misma. Por ejemplo, Good Calories Bad Calories es del 2007.
Como comentario final, abre un blog, explica por qué la teoría del balance energético es pura charlatanería, y hazlo sin todos los defectos que ves en mi blog. Y pasado un año me cuentas cuántos charlatanes has conseguido que reconozcan que han estado viviendo de engañar a la gente con un tratamiento estúpido, pseudocientífico y que tiene toda la evidencia científica en contra.
Un saludo
Hola Vicente. Gracias por tu tiempo. Voy a tratar de contestarte ordenadamente:
Párrafo 1: Estoy completamente de acuerdo.
Párrafo 2: Quizás peco de ingenuo pero se me hace complicado pensar que todas las personas que (viviendo de ello) continúan defendiendo la CICO tras leeros a ti o a Taubes van cada día a trabajar sabiéndose charlatanes y estafadores. Creo que no han entendido lo que cuentas.
Cuando una persona sin formación entra a trabajar en Herbalife, se levanta cada mañana con la idea de que está ayudando a gente a solucionar problemas. No tiene ni idea de por qué, pues sigue instrucciones y le han dicho que esta pastilla o esa infusión funcionan. Recibe el feedback positivo de las primeras semanas pero nunca recibirá el feedback negativo porque, como bien sabes, esos pacientes (clientes en este caso) van a pensar que la culpa es suya, que algo estarán haciendo mal, y nunca volverán por vergüenza.
Esta persona cree que cumple una función importante en la sociedad, que ayuda a personas y hace el bien. Su autoestima está alta, y pasar de ese estado de autorealización a sentirse como un estafador que hace daño a las personas no es cuestión de leer un par de blogs. Porque entender que la basura que venden como suplementos ahí no tiene fundamento científico está a un click de distancia y es bastante más sencillo que desaprender la CICO. Lo que pasa es que tiene todas las papeletas para perseverar en su creencia, para ignorar sistemáticamente la información contradictoria y para darle mínimo crédito cuando la tiene delante.
Esto mismo pasa con un D-N pero de forma mucho más grave, porque el D-N (1) ha pasado mínimo 4 años en la universidad memorizando contenidos que giran en torno a CICO, (2) cuenta con el apoyo del 99,9% de su entorno laboral/social y con el 100% de »las instituciones», (3) defiende esto en público y no solo en un ambiente de trabajo y (4) su bienestar económico y el de su familia depende de ello. A veces incluso puede darse el caso de que divulgue y tenga apariciones en mass media en las que habla del tema. Bajarse del burro es extremadamente difícil pues el autoengaño está en su contra y funcionando al máximo nivel (hay mucho en juego).
Y ojo, con esto no quiero decir que no sea CULPA y RESPONSABILIDAD de los D-Ns. Solo señalo que, salvando alguna excepción, creo que lo hacen por desconocimiento y que no se consideran estafadores por eso mismo.
Párrafo 3: Yo no pienso que sea imprescindible que los nutricionistas formen parte de la solución, pero sí creo que podrían jugar un papel importante al igual que lo jugaron para instaurar el problema.
Párrafos 4 y 5: Tampoco querría dar a entender que es solo un problema de tono. Es principalmente un problema de autoengaño, borreguismo y pocas luces. El tono solo hace más difícil el que alguien con ese conflicto interno acabe prestándote verdadera atención y no deseche tu blog al instante.
Saludos
Pongo un par de capturas sobre el tema de cuál es la mejor estrategia para que un charlatán que no sabe que lo es se dé cuenta de que lo es.
Yo quisiera ver pruebas de que se ha demostrado que estas ideas de verdad funcionan en la vida real con personas que se ganan la vida con su charlatanería. A falta de esas pruebas, creo que no es verdad.
Post IMPECABLE.
Cualquier Nutricionista/Endocrino que haya leído ésto, y siga recetando «Moverse más, comer menos grasa, desayunar bien, y hacer cinco comidas al día» básicamente está promoviendo directa o indirectamente la pandemia de la obesidad.
Es difícil expresar la impotencia que produce que históricamente CICO haya sido el remedio de la obesidad. Tras los hitos más grande de la ciencia siempre ha habido un gran autor con un artículo publicado que cambió de alguna manera la forma que el ser humano tenía de ver la vida: la relatividad, las vacunas, los antibióticos, la cirugía, el cálculo, etc.
Pero ¿qué autoridad estuvo detrás de CICO? Parece una «teoría» de barra de bar, imagino un par de físicos tomando una copa en un posada, viendo a una persona con obesidad y que medio de coña uno de ellos le dijera al otro «eso es por la primera ley de la termodinámica» y ambos comenzaran a reir a carcajadas.
No hay ciencia detrás, no hay método científico, no hay un autor histórico de referencia. Se ha usado un modelo físico (podrían haber usado la Gravedad!) para explicar un problema biológico, un problema fisiológico.
Una teoría general física, explicando un problema de hormonas. Es terrible… Me duele especialmente porque me considero una persona de ciencias, y esto es una ESTAFA un absoluto fracaso de la comunidad científica que en unos años, mirarán al pasado con estupor y vergüenza.
Vicente, al menos, tú tendrás la autoridad moral del «ya lo dije».
A seguir!
Usan un modelo físico mal aplicado para intentar controlar un complejísimo sistema fisiológico. Y creen estar defendiendo una ley de la física… menudos linces.
Algo parecido ocurre en economía.
Existen unos factores multiplicadores que permiten conocer al detalle cómo se comportan los sectores económicos, que predice cómo pueden afectar pequeños cambios sobre la economía. El problema es que estos multiplicadores son estáticos, mientras que la economía se comporta de forma dinámica, es decir, los cambios que introduces en el sistema modifican esos multiplicadores.
Existen modelos dinámicos que predicen cómo van a variar esos multiplicadores en función de los cambios que introduzcas en el sistema, pero obviamente las predicciones son imprecisas y fallan.
Por eso ante el mismo problema dos economistas pueden ofrecer soluciones opuestas (subir el gasto / bajar el gasto)
Por eso, a veces subiendo impuestos consigues el efecto contrario, recaudas menos (porque has ralentizado la economía), no sé si esto será una metáfora del metabolismo 😉
La gran diferencia es que los economistas son conscientes de estas limitaciones, mientras que en nutrición, hay muchos que ignoran las limitaciones de sus propios modelos, y apelan al balance energético, y a la termodinámica para parecer más científicos respaldados.
Sólo apelan a la primera ley de la termodinámica (tal vez sea la única que conocen), les emplazaría a que fuesen más allá y tuviesen en cuenta la segunda ley, repasen la definición de entropía y exergía (que más o menos es la energía perdida o liberada) y que traten de modelizarla en un ser vivo (que no es precisamente un motor simple).
Sin más.
Hola Carlos,
creo que es una comparación muy certera. De hecho, algunos podcasts que he escuchado son entrevistas de un economista, Russ Roberts, a Gary Taubes (ejemplo,ejemplo). Y lo que hace ese economista es precisamente, en determinados momentos de las entrevistas, establecer la analogía de ambos sistemas complejos (economía y cuerpo humano).
En cuanto a la segunda ley de la termodinámica, creo que están tan obcecados con que están defendiendo una obviedad que ni tienen en cuenta los argumentos que explican que no es tal obviedad. Tampoco consideran el argumento relacionado con la eficiencia variable y la segunda ley de la termodinámica, que creo que está perfectamente explicado en este artículo. Mi resumen se puede leer aquí.
A ver cómo este señor explica que la crítica a la pseudociencia del balance energético es negar la Primera Ley de la Termodinámica.
Échale lo que hay que echarle, Rubén, y reconoce que estás engañando a la gente. Porque no vas a explicar cómo negamos la Primera Ley de la Termodinámica, ¿verdad que no?