¿Qué dice la Primera Ley de la Termodinámica? (I)

«The Obesity Epidemic: Science, Morality and Ideology«

Algunos fragmentos de este libro, con mi traducción bajo los mismos, en color púrpura:

In passing, it is worth remem-bering this kind of research would not be necessary if the human body conformed to the energy-in/energy-out law.

De paso, vale la pena recordar que este tipo de investigación no sería necesaria si el cuerpo humano se ajustara a la ley de entrada/salida de energía.

We certainly are not suggesting that the laws of physics are mysteriously suspended when it comes to human body weight. On whether the energy-in/energy-out law produces ‘true’ knowledge about body weight, the most defensible position would appear to be an open and undecided mind. More importantly, however, whether this model helps us to understand human body weight and why it changes — that is, is it a useful model? — would also seem very much open to question.

Por supuesto no estamos sugiriendo que las leyes de la física queden misteriosamente en suspenso cuando se trata del peso corporal humano. Sobre si la ley de entrada/salida de energía produce un conocimiento «verdadero» sobre el peso corporal, la posición más defendible parece ser una mente abierta e indecisa. Más importante aún, sin embargo, parece totalmente abierto a debate si este modelo nos ayuda a comprender el peso corporal humano y por qué cambia, es decir, ¿es un modelo útil? 

It is also worth remembering that researchers consis-tently describe the long-term success of scientifically controlled weight loss programmes, where the energy-in and/or energy-out of individuals are modified as, at best, ‘disappointing’ and, at worst, ‘dismal’

También vale la pena recordar que los investigadores describen sistemáticamente el resultado a largo plazo de los programas de pérdida de peso controlados científicamente, en los que la energía entrante y/o la energía saliente de los individuos se modifican como, en el mejor de los casos, «decepcionantes» y, en el peor de los casos , «deprimentes» 

Taken together, these results are not conclusive proof of anything, but they should at least make us wonder about the usefulness of the science of obesity’s preoccupation with the ‘energy balance’ — food and physical activity — of individuals.

Tomados en conjunto, estos resultados no son prueba concluyente de nada, pero al menos deberían hacernos cuestionarnos sobre la utilidad de la preocupación por el ‘balance de energía’ —alimentos y actividad física— de las personas en la ciencia de la obesidad.

Preguntas

  1. ¿Se rige el cuerpo humano por la teoría CICO?
  2. ¿Proporciona la teoría CICO «conocimiento verdadero»?
  3. ¿Es la teoría CICO un modelo útil, a pesar de su perfecto récord de fracasos en los experimentos científicos?
  4. ¿Es razonable que los intentos de prevenir y combatir la obesidad sigan tomando la teoría CICO como base de trabajo?

¿Qué justificación real tiene el uso de la teoría CICO?

La teoría CICO no viene avalada por las leyes de la física, como hace poco reconocía un popular gurú caloréxico (ver), aunque algunos de los defensores de esta teoría todavía lo crean así. Por otro lado, en la práctica el fracaso de esta teoría para ayudar a las personas obesas a perder el peso que les sobra y mantener lo perdido, es sistemático (ver).

Algunos caloréxicos nos dicen que es inevitable hablar de calorías, porque «el balance energético existe«, porque en términos de energía «2+2=4» o porque «es la diferencia entre calorías ingeridas y gastadas lo que determina el peso corporal«. Dejo las explicaciones relativas a estos argumentos para las siguientes dos partes de esta entrada. Adelanto que esas ideas no sólo son erróneas: son indiscutiblemente erróneas. Creen defender conocimiento científico, pero sólo defienden charlatanería.

Y en cuanto a sus resultados constatados en la práctica, los argumentos son que la teoría CICO es demostrada correcta por:

¿Es ésta la base «científica» con la que se está tratando la obesidad? Es la misma base científica que cualquier otra pseudociencia: ninguna.

One of life’s great disappointments is that when you finally corner the bad guys, they turn out to be pathetic like Saddam Hussein. They don’t break down on the stand as in the old Perry Mason episodes. It is sad but it is also hard to feel much sympathy. Richard Feinman

Una de las grandes decepciones de la vida es que cuando finalmente arrinconas a los malos, resultan ser patéticos como Saddam Hussein. No se rompen en el estrado como en los viejos episodios de Perry Mason. Es triste pero también es difícil sentir mucha simpatía.

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  1. Vicente

    Los «expertos» y «expertillos» en obesidad tienen una injustificada confianza en su capacidad para entender el problema de la obesidad. Como creen que la solución es obvia —comer menos y moverse más—, la única explicación que encuentran para que los obesos no consigamos adelgazar es que en realidad no seguimos sus instrucciones, digamos lo que digamos. Si los obesos estuviéramos en un campo de concentración y no pudiéramos saltarnos la dieta, se vería que han tenido razón desde el principio. Es su creencia, pero sólo es eso, una creencia basada en prejuicios y gravísimos errores de pensamiento. Lo único que es seguro es que el origen de esa creencia, la teoría del balance energético, es la mayor burrada cometida nunca por el ser humano. Si un tratamiento basado en la estupidez humana fracasa, sólo un necio culpa al cliente del fracaso.

    No había sobrepeso en los campos de concentración nazis

  2. Vicente

    ¿Por qué el tejido adiposo no puede crecer/decrecer por iniciativa propia, al igual que los otros dos términos de la ecuación?

    Y si lo hace, ¿cómo controlamos entonces el engorde?

  3. Vicente

    Ten por seguro que si pierdes grasa haciendo una dieta X es porque consumes menos calorías de las que necesitas, ya sea porque te sacia más, porque te restringe el tiempo en el que puedes comer, etc…(fuente)

    Ten por seguro que ésta es la mayor estupidez cometida nunca por el ser humano. Charlatanería pseudocientífica como no ha habido nada igual.

    Ten por seguro que si un tumor crece es porque has consumido más calorías de las que necesitas

  4. Vicente

    Todo es cuestión de física y de equilibrio: la energía no se crea, ni se destruye, se transforma. Aunque el sistema energético es muy complejo y se pueden dar situaciones difíciles de explicar en unas líneas, la idea simple que lo resume todo es que las calorías que necesita nuestro organismo sólo dependerán de la cantidad de energía que gastemos en nuestro día a día. (fuente)

    ¡QUÉ VERGÜENZA!

    No hay derecho a esto. Ya está bien. Los obesos no merecemos ser tratados con ESTA ESTUPIDEZ.

    • Vicente

      Me pregunto cómo sería el artículo que enlazas si su autora entendiera que el consejo que se da a los obesos, la teoría CICO, es pseudocientífica.

      pudiendo ser definida mecánicamente: como un desequilibrio entre el ingreso y egreso de energía.

      Sí, como el crecimiento de un niño, como el crecimiento de un tumor o como el crecimiento de los pechos de una joven. Mismas leyes de la física.

      la consecuencia más grave de la medicalización de la conducta alimentaria y de la normalización del peso corporal es legitimar científicamente la discriminación social de las personas con obesidad y promover conductas alimentarias de riesgo con el fin de lograr el ideal estético de delgadez

      No se puede luchar contra la estigmatización al tiempo que se sostiene que la obesidad es controlable sin más que seguir el consejo de los expertos. La atribución de control es, en gran medida, lo que sostiene el estigma.

      • juanjonius

        Precisamente está criticando esa visión mecanicista cartesiana del cuerpo como máquina que funciona como un simple balance de energía que entra y que sale. Lee con más atención.

        • Vicente

          Juanjonius, ¿para ti ese párrafo está señalando los errores de la teoría CICO? Para mí sólo la parte final, cuando habla de que esa visión convierte el cuerpo en algo «transformable», pudiera interpretarse de esa forma. Pero no explica dónde está el error de esa visión. Cuantificar las cosas no es el problema.

          Es importante, para la comprensión del contexto del conocimiento sobre la obesidad, el reconocimiento del discurso Cartesiano en el cual los cuerpos son autómatas, máquinas que actúan como contenedores para la mente no espacial. Descartes ve al cuerpo separado de la mente, y a la obesidad como desorden del cuerpo, pudiendo ser definida mecánicamente: como un desequilibrio entre el ingreso y egreso de energía. Desde esta perspectiva, la obesidad puede ser diagnosticada por dimensiones físicas: el índice de masa corporal (kg/m2), convirtiendo al cuerpo en un objeto cuantificable por la ciencia. Esta lectura cartesiana de los cuerpos permite posicionar a los cuerpos obesos como “enfermos”, fuera de control, peligrosos y transformables, en justificación de acciones transformadoras de la tecnología científica.

          Pero, reitero mi comentario: ¿es ese artículo lo que habría escrito de entender los errores de la teoría CICO?

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