Hambre (I)
Uno de los experimentos más interesantes que hemos visto en el blog es el de una dieta cetogénica en la que no se pedía controlar la cantidad de comida, sino únicamente evitar ciertos productos alimenticios. Perdieron 27 kg en 13 meses y mejoraron su salud:
Seguro que redujeron la ingesta. Pero, si nadie les dijo que lo hicieran, ¿por qué lo hicieron?
Fijémonos en que tendemos a interpretar los resultados de un experimento de acuerdo con nuestros esquemas mentales. Un caloréxico seguramente estará pensando que sencillamente comieron menos, por ejemplo porque la comida no les resultaba demasiado apetitosa, y por eso perdieron peso. Es decir, interpretación de la realidad según ideas preconcebidas. O, en otras palabras, va a encajar con calzador las piezas del puzle en un relato coherente con lo que cree que es lo único que sirve para manejar el peso corporal, que es actuar sobre la ingesta calórica y el gasto calórico. Según me han comentado un par de personas que ya han salido de la calorexia, mientras eres caloréxico así es cómo funciona tu cerebro: intentas reformular lo que te cuentan para encajarlo en tu ideología.
Pero, ¿es ésa la única posibilidad? Y, ¿no perciben cierta contradicción? Y me refiero a que si ellos creen que la única forma de adelgazar es pasar hambre para que el cuerpo se vea obligado a tirar de grasa corporal para suplir lo que no se ingiere, ¿por qué en este experimento pierden peso en ausencia de hambre?
«Effects of a high-protein ketogenic diet on hunger, appetite, and weight loss in obese men feeding ad libitum«
Otro experimento. 30 días de dieta cetogénica. La evolución del peso con dieta cetogénica se representa con círculos negros en la gráfica:
Y fijémonos en la gráfica del nivel de hambre reportado por los participantes: cada vez tienen menos hambre mientras están perdiendo peso.
Repito la pregunta: ¿qué está causando la pérdida de peso, si no tienen hambre?
«Carbohydrate restriction (with or without additional dietary cholesterol provided by eggs) reduces insulin resistance and plasma leptin without modifying appetite hormones in adult men«
Otro experimento, de tres meses de duración. Dieta con un 17% de las calorías en forma de carbohidratos. Se puede comer cuanto se quiera (i.e. ad libitum):
In spite of the ad libitum dietary intervention, caloric intake decreased significantly from 10 243 ± 4039 KJ at baseline to 7967.82 ± 2401 KJ at week 12 for all subjects (P b.05). There were significant changes in macronutrient intake during the intervention. Carbohydrate intake decreased from 42% of total calories at baseline to 17.3% at week 12 (P < .001).
A pesar de la intervención dietética ad libitum, la ingesta calórica disminuyó significativamente de 10 243 ± 4039 KJ al inicio del estudio a 7967.82 ± 2401 KJ en la semana 12 para todos los sujetos (P b.05). Hubo cambios significativos en la ingesta de macronutrientes durante la intervención. La ingesta de carbohidratos disminuyó del 42% del total de calorías al inicio al 17.3% en la semana 12 (P <.001).
Ambos grupos perdieron peso, en gran parte por reducir masa grasa en el tronco:
Body weight decreased 6.7 and 5.9 kg for the EGG and SUB groups, respectively. The majority of weight loss was the result of 4.8 and 4.6 kg reductions in body mass in the EGG and SUB groups, respectively. In addition, trunk fat was reduced 3.3 and 3.2 kg at week 12 in the EGG and SUB groups, respectively
El peso corporal disminuyó 6.7 y 5.9 kg para los grupos EGG y SUB, respectivamente. La mayor parte de la pérdida de peso fue el resultado de reducciones de 4.8 y 4.6 kg en la masa corporal en los grupos EGG y SUB, respectivamente. Además, la grasa del tronco se redujo 3,3 y 3,2 kg en la semana 12 en los grupos EGG y SUB, respectivamente.
Nadie les dijo que comieran menos.
Subjects were not given guidelines about energy restriction
Los sujetos no recibieron una instrucción de reducir la ingesta
Y mientras perdían peso tenían menos apetito que antes de empezar la dieta.
¿Han perdido peso y tienen menos hambre que antes?
Ya hemos visto en el blog otros experimentos que reflejan lo mismo: una reducción espontánea de la ingesta con dietas cetogénicas o bajas en carbohidratos. Enlazaré esos otros artículos en la segunda parte, en la que comentaré brevemente la posible importancia de la ausencia de hambre, una de mis hipótesis preferidas. Eso será mañana domingo.
Hola, Vicente.
Una posible explicación de por qué no tienes hambre durante el periodo en el que estás adelgazando es que mientras estás perdiendo grasa de tu cuerpo, lo que «come tu cuerpo» es lo que tú ingieres más la grasa que vas perdiendo cada día. Cuando se estabilice el peso, seguramente volverás a comer algo más que lo que comías mientras estabas adelgazando. En esas gráficas no se ve que hayas llegado a la fase en la que peso se estabiliza, para poder medir la ingesta calórica en esa fase. Si, una vez alcanzada esa fase de estabiidad del peso, midieras la ingesta calórica y vieras que es menor que la tenían antes de empezar la dieta, podrías volver a plantearte la pregunta. Aunque la pregunta podria ser: ¿por qué ahora necesito comer menos (que lo que comía) para conseguir no tener hambre? Creo que en la respuesta aparecerían cosas que no creo que nadie discuta (ni los caloréxicos) como que las proteínas tienen un efecto saciante mayor que el de los carbohidratos (y eso se repite también con las grasas).
Hola Óscar,
sí, claro, ésa es la explicación en la que estoy pensando. Se sabe que los NEFA (ácidos grasos libres) afectan al apetito. Si estás perdiendo grasa corporal significa que tu tejido graso está liberando ácidos grasos y eso puede explicar que no tengas hambre. Te pongo una gráfica de la segunda parte:
Pero si simplemente comieras menos, sí habría hambre (gráfica nuevamente de la segunda parte), porque estás intentando adelgazar provocando el hambre:
Un caloréxico intentaría justificar la presencia o ausencia de hambre hablando del efecto saciante de la comida, que es lo que su pseudociencia le permite. No digo que sea erróneo, lo que digo es que hay otras opciones pero ellos sólo ven la suya.
Vicente, ahora las erratas 😉
* En la frase «… evitar ciertos productos alimentarios», lo más adecuado es cambiar «alimentarios» por «alimenticios», porque «alimenticio» ( https://dle.rae.es/alimenticio?m=form ) indica que ese producto es un alimento, cosa que no hace el «alimentario» ( https://dle.rae.es/alimentario?m=form )
* La forma correcta en español es *puzle*, no puzzle. Referencia: https://dle.rae.es/puzle
En mi defensa, arguyo que «puzle» lo he buscado: https://www.wordreference.com/es/en/translation.asp?spen=puzzle
y que alimenticio lo interpreto como algo positivo («que alimenta»), mientras que alimentario simplemente transmite que está relacionado con la alimentación.
Cuando no quiero transmitir una idea positiva de algo, evito alimenticio. Mi forma de ser despectivo o neutro es usar «producto alimentario».
¿Qué opinas?
Vicente, ahora la RAE se mueve a velocidades mucho mayores que antaño a la hora de incorporar palabras al diccionario. Te sugiero que uses la web de la RAE para comprobar las palabras.
En lo que respecta a «alimentario», muchos coincidiriamos que comer galletas Oreo (por ejemplo) no es lo mejor que podemos comer para alimentarnos bien, pero, en cualquier caso, son un alimento (y, por tanto, productos alimenticios). Si quieres indicar la connotación negativa que tienes de un «alimento», yo intentaría mostrarla de forma explícita (¿»supuestamente alimenticio»?) para que a todos nos quede clara ese matiz que quieres mostrar.
He hecho los cambios que dices. Aunque ya sabes que lo que diga la RAE para mí es SÓLO su opinión, que se puede seguir o no seguir, nada más.
¿Se pueden decir estas cosas pero no se le puede poner la tilde a «sólo»? Que se vayan a pastar.
https://www.eldiariomontanes.es/sociedad/201510/29/almondiga-toballa-otros-terminos-20151029093941.html
Vicente, la entrada «almóndiga» en el DRAE hace referencia a que está en desuso y que es un vulgarismo. Que una palabra aparezca en el diccionario no es una invitación a usarla en el lenguaje culto. Hay palabras que ahora se usan habitualmente (como cocodrilo o murciélago) que son formas incorrectas que acabaron asentándose en el idioma (las etimológicamente correctas son crocodilo y murciégalo); ahora la RAE considera que las originalmente correctas son vulgarismos y en desuso (y como tales aparecen en el diccionario de la RAE), porque los hablantes pasaron a usar las formas «etimológicamente incorrectas». En el caso de «in fraganti», la RAE no la considera un vulgarismo aunque provenga de un error de pronunciación de «in flagranti».
En este artículo encontrarás alguna respuesta a tu pregunta: https://www.delcastellano.com/murciegalo-almondiga-descambiar/
La resistencia 🙂
Igual no eres culpable… En esta entrevista en julio de 2017 a Dario Villanueva ( https://www.nytimes.com/es/2017/07/23/espanol/cultura/los-mexicanos-seguiran-hablando-lo-que-quieran-director-de-la-rae.html ), antiguo director de la RAE, dice:
¿Qué pasa con la tilde de “solo”?
Se ha interpretado mal porque lo que se dice en la Ortografía de la lengua española de 2010 es que no consideramos necesario el uso de la tilde ya que los lingüistas dicen que, por ejemplo, en el caso de “solo”, el contexto de la frase permite ver si se trata de un adverbio o de un adjetivo. La academia no prohíbe el uso de la tilde, sino que dice que no es necesaria. Algo parecido pasa con la acentuación de los adjetivos pronombres “este”, “ese”, “aquel”.
Me acabas de robar la oportunidad de ser rebelde 😦
En esta entrada del blog podemos ver una gráfica interesante: comparación de la evolución de peso con esa dieta cetogénica con la que he empezado la entrada y la media de estudios de pérdida de peso:
https://novuelvoaengordar.com/2017/04/08/la-energia-total-es-el-factor-individual-que-mas-influye-en-tu-peso-final/