Etiquetado: Walter Willet
Más madera para la pira de las calorías y el balance energético
Estudio de 2004. «A Randomized Trial Comparing Low-Fat and Low-Carbohydrate Diets Matched for Energy and Protein»
Sólo 4 participantes, todas mujeres posmenopáusicas. Dos dietas. Cada participante sigue una dieta durante 6 semanas y luego la otra durante otras 6 semanas. Dos de las participantes empiezan por la baja en grasa (y de bajo índice glucémico) y otras dos por la baja en carbohidratos. Las dietas son hipocalóricas y personalizadas respecto del gasto energético en reposo de cada participante.
Los autores del estudio encontraron que la diferencia en pérdida de peso no era significativamente diferente entre ambas dietas:
There was no significant difference in weight loss (p =0.509) between the LF and VLC diets. The average weight loss for the VLC diet was 5.88 ± 1.20 kg and for the LF diet was 4.35 ± 1.32 kg (Figure 1).
A mí 6.45 Kg sí me parece significativamente diferente de perder 4.35 Kg. Es un 50% más…
NOTA: hay datos incoherentes en el artículo. La cifra de pérdida de peso con la dieta low-carb es 6.45 Kg en la gráfica y en el pie de esa misma gráfica, pero sólo 5.88 Kg en el texto que he citado antes. Calculando el dato a partir de la figura 2, obtengo 6.3 Kg, por lo que parece que 6.45 Kg, el dato de la figura 1, es el dato correcto.
La cuestión es que esas diferencias entre dietas isocalóricas no pueden existir, si asumimos como cierto el paradigma de las calorías. Pero existen. Y aunque un estudio con 4 participantes no permite extraer demasiadas conclusiones, sí es suficiente para desmontar la idea de que las calorías que ingerimos determinan los cambios en nuestra grasa corporal. Para desmontar esa falsedad, basta con encontrar un caso en que no se cumpla. Y lo tenemos delante.
Y en este estudio, durante esas 12 semanas, los participantes recibían la comida ya cocinada/preparada. Se supone que han comido lo que los autores del estudio creen que han comido.
En la siguiente gráfica se muestra la evolución de peso durante esas 12 semanas (y la continuación durante un seguimiento de 9 meses. Ignoro el seguimiento, pues quiero centrarme en otras cosas). Concretamente quiero llamar la atención sobre el caso de la participante #1197, la representada con cuadraditos blancos. Con la dieta VLC (baja en hidratos de carbono) perdió unos 9 Kg en seis semanas. Luego la pasaron a la dieta LF (baja en grasa y de bajo índice glucémico). En las siguientes seis semanas apenas perdió 1.5 Kg. Para esa mujer sí hubo una diferencia significativa entre dietas. El caso de esa mujer demuestra lo absurdo que es hablar de calorías.
Dado el bajo número de participantes, esa mujer, ella sóla, es la que hace que el resultado entre dietas haya sido distinto. Eso se ve mejor en la siguiente gráfica. Si nos fijamos en los datos de la participante #1197,
¿Viola esta mujer las leyes de la termodinámica? ¿O más bien lo del balance energético es una patraña que se usa para vendernos cereales y azúcar?
Como detalle final de este estudio: mejor HDL, mejores triglicéridos, menos glucosa e insulina en ayunas con la dieta baja en hidratos de carbono:
En cuanto al LDL y al colesterol total, no veo que los valores con la dieta LF sean mejores, aunque sean más bajos (ver).
El otro estudio del que quiero hablar nunca llegó a publicarse (ver). Y sin embargo es muy interesante. Ya hablé de este otro estudio aquí, usando en aquel entonces como principal fuente de información este recorte de prensa.
«Pilot 12-Week Weight-Loss Comparison: Low-Fat versus Low-Carbohydrate (Ketogenic) Diets»
21 participantes, con la ingesta cuidadosamente controlada: «carefully controlled caloric intake«. 12 semanas de duración. Hay 3 dietas, dos de ellas bajas en hidratos de carbono, cetogénicas en realidad, (LC1 y LC2) y una tercera baja en grasa (LF1).
Pues bien, con la dieta LC2, que tenía más calorías que la LF1, se redujo más el peso corporal y el contorno de la cintura. 3.8 pulgadas de reducción frente a 2.6 pulgadas de reducción. En términos de pérdida de peso y de reducción del contorno de la cintura, las dietas bajas en hidratos de carbono fueron mejores que la dieta baja en grasa, independientemente de las calorías totales de la dieta.
Según los autores del estudio, este resultado sugiere que es falso que las dietas cetogénicas funcionen mejor que otras dietas para pérdida de peso simplemente porque reducen más el apetito.
El grupo LC2 consumió 25,000 kcal más que el LF1, y perdieron más peso y más cintura. ¡Comieron más y adelgazaron más!
Sólo había 7 participantes en cada dieta, pero eso es irrelevante. No se pueden producir esos resultados, ni con uno ni con mil participantes, si lo que nos han contado sobre las calorías es cierto.
probably the most elaborate pilot study I have ever heard of. The purpose of the experiment was to see if under these controlled conditions there was really anything to warrant a larger study. And the answer is yes, certainly (Penelope Greene)
Probablemente el estudio piloto más elaborado del que he oido hablar. El propósito de este experimento fue ver si bajo estas condiciones controladas había realmente algo que recomendase un estudio de mayor dimensión. Y la respuesta es que sí, sin duda.
«El estudio piloto más elaborado del que he oido hablar» ni se publicó. Ni el estudio piloto, ni, que yo sepa, se hizo un estudio posterior para confirmar el resultado. Sorprendente, ya que uno de los autores era Walter Willet (ver) y no veo ninguna razón por la que un estudio tan cuidadosamente llevado a cabo no se publicase. Esto es lo que se llama «sesgo de publicación»: no publicar los estudios cuyos resultados son «inconvenientes». Comparemos el hecho de que este estudio no se publique, con el bombo mediático que se le dio hace unos meses a un estudio (ver,ver,ver) con similar número de participantes, pero de sólo 6 días de duración, que, a partir de datos inventados con modelos matemáticos, decía demostrar lo contrario que el que acabamos de ver, que la restricción de grasa era mejor para adelgazar que las restricción de carbohidratos. Un estudio irrelevante, entre otras cosas por no llegar a una semana de duración, se publicita al máximo. Un estudio de mayor duración que contradice sus fantasiosas y pretenciosas conclusiones ni se publicó en revista científica.
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