Ignorantia y credentia sí. Ciencia no

Aunque no he leído más que un par de entradas del blog Scientia, hay una entrada que me llamó la atención, por su absoluta falta de rigor. La entrada es: «Mediterránea sí…pero de dieta poco»

Un primer extracto, sacado de uno de los comentarios del autor (mis negritas):

Supongo que te referirás al porcentaje de hidratos de carbono recomendados para cubrir las necesidades diarias. Todos los estudios realizados hasta ahora demuestran como (sic) el porcentaje de hidratos de carbono recomendado debe ser superior al que actualmente presenta la población española siendo absolutamente necesario aumentarlo.

¿»Necesidades diarias» de carbohidratos? Eso es nuevo. Me gustaría ver la evidencia científica que dice que existe la más mínima necesidad de consumir hidratos de carbono. Nuestras necesidades diarias son CERO. Parece sencillo cubrir esas necesidades.

«Todos los estudios realizados hasta ahora demuestran» que tenemos que consumir más carbohidratos que los que consumimos. «Todos los estudios demuestran»: se diría que la evidencia científica es abrumadora. Me gustaría ver alguno de esos «todos» estudios científicos que demuestran la conveniencia de incluir un 50% de las calorías procedentes de carbohidratos en la dieta. ¿Absolutamente necesario aumentarlo? Si alguien afirma con tanta rotundidad que todos los estudios hasta la fecha lo demuestran, no debería ser complicado para esa persona aportar esos estudios científicos. La otra posibilidad es que se lo esté inventando y que no tenga evidencia científica que respalde esas contundentes afirmaciones, pero eso sería muy poco «scientífico», ¿verdad? ¿Qué va a ser, D. Jose de Scientia?

Por curiosidad únicamente, porque la carga de la prueba recae en quien afirma, tenemos un metaanálisis de 2012 que concluye que la restricción de carbohidratos es beneficiosa para el peso corporal y el riesgo cardiovascular. Si no me equivoco, los 17 estudios empleados en el metaanálisis existían en el momento en que este señor escribió que todos los estudios bla bla bla

La recomendación de aumentar la ingesta de carbohidratos carece de más evidencia científica que el dogma de que había que reducir la ingesta de grasa (ver,ver):

Dietary advice to base meals on carbohydrates is the consequence of dietary advice to restrict fat.

La recomendación sobre los carbohidratos nunca se basó en evidencia científica (ver), y la recomendación de reducir la grasa ha desaparecido de las recomendaciones norteamericanas (ver) sin que, consecuentemente, se corrija el sinsentido de pedir a la población que base su dieta en las harinas.

¿Todos los estudios demuestran, D. Jose?

Dar por supuesto que las recomendaciones oficiales están basadas en evidencia científica sólida, es mucho suponer (ver,ver,ver):

There has been no randomised controlled trial (RCT) of a diet based on the Eatwell Plate or Guide, let alone one large enough, long enough and with whole population generalisability. Zoe Harcombe, PhD

No ha habido ni un solo estudio aleatorizado controlado de una dieta basada en el Eatwell Plate o la Eatwell Guide, y por tanto tampoco uno suficientemente grande, largo y generalizable a toda la población.

Volviendo a Scientia, en el cuerpo del artículo encontramos las falacias habituales en los sectores «oficialistas» de la nutrición:

Sin embargo, hay un dato que destaca sobre todos…el gran desequilibrio en la ingesta de macronutrientes.

El consumo de lípidos y proteínas está muy por encima de lo recomendado mientras que el de hidratos de carbono está más de 10 puntos por debajo del adecuado. Concretamente, el 40 por ciento de esta ingesta proviene del consumo de grasas y el 16 por ciento de las proteínas mientras que sólo comemos un 41 por ciento de hidratos de carbono.

A partir del texto anterior, definición «scientífica» de un par de términos:

  • Desequilibrio: que no sigue las recomendaciones oficiales
  • Adecuado: lo recomendado

No voy a insistir aquí en el engaño de usar los adjetivos balanceado o equilibrado asociados a las recomendaciones oficiales. Creo que con lo que escribí en su momento es suficiente.

Por otro lado, creer que las recomendaciones oficiales son lo «adecuado», no es ciencia, es religión. ¿»Blog de divulgación científica«, D. Jose? «Propaganda oficialista acrítica» parece una descripción más apropiada.

Una nota más: en la parte final del artículo este señor nos habla del caso de un colegio cuyo menú escolar «presentaba un nivel calórico muy por encima del aconsejado«, y el autor cuenta sus esfuerzos para cambiar ese menú. «Sabemos cuáles son las pautas a seguir«, nos dice.

Un par de consejos constructivos, D. Jose:

  1. que exista un nivel calórico aconsejado por estamentos oficiales, no quiere decir que esa recomendación tenga un fundamento científico. Lo «scientífico» sería que Ud. cuestionara su creencia de que reducir la ingesta energética a los niveles aconsejados va a tener algún tipo de efecto positivo. Cuestione, no asuma como cierto porque viene de arriba o porque le parece lógico. Le aconsejo además que cuestione la validez de la teoría del balance energético, porque parece Ud. confundido en ese aspecto. Es muy triste que una persona que dice hablar de ciencia defienda que el problema es que los niños consumen más calorías de la cuenta.
  2. El segundo texto que he entresacado guarda relación con lo anterior: Ud. no sabe cuáles son las pautas a seguir. Cree saber que si se siguieran las recomendaciones oficiales, relativas a calorías y reparto de macronutrientes, no existiría un problema de obesidad. Le invito a que busque la evidencia científica que hay tras esa creencia. ¿Sabe o más bien cree saber cuáles son las pautas a seguir, D. Jose? ¿Basándose en qué evidencia científica?

Rectificar es de sabios: justifique con evidencia científica sus creencias o borre esa entrada, porque lo que Ud. hace es desinformar envolviéndose en la bandera de la ciencia, D. Jose, no divulgar.

La falta de rigor de este señor no es un hecho aislado. En otra de las entradas del blog este señor atacaba duramente a la dieta Dukan sin aportar en su escrito ni una sola evidencia científica que reforzase su postura. El Dr. Álvaro Campillo se lo puso negro sobre blanco:

Creo que se han mezclado muchas cosas en este post, que se han relacionado de forma poco coherente y atendiendo al Principio de Autoridad (lo dice el ‘experto’), que se supone que se abolió en el Renacimiento, en lugar de analizar las cosas desde el punto de vista de la evidencia científica y del fundamento fisiológico subyacente.

¿Scientia? Dime de qué presumes y te diré de qué careces.

Leer más:

  1. cladamgul

    Invalorable aporte Vicente! Tomo nota para su posterior divulgación. Estas escorias funcionales al establishment deberían de padecer la peor de la enfermedades metabólicas para que así se dieran cuenta de lo que sufrieron, sufren y sufrirán todos aquellos que han seguido sus «rigurosas» recomendaciones… Esta … debería pedir disculpas, él y muchos otros alineados en el bando de la desinformación (malintencionada?) en progreso de la industria. Académico ignorante, infundado y malicio, cobarde que no tiene lo que se necesita para contestar con altura a lo que el gran Dr. Alvaro Campillo exponerm y no, no pierde el tiempo en discutir, prefiere huir. Impecable análisis Vicente (como siempre). Un gran abrazo desde Argentina. 🙂

    • Vicente

      Hola cladamgul,
      desde luego lo que he visto en el vídeo que he enlazado en el primer comentario, tampoco me hace tener una opinión muy buena de él.

      Ése es mi convencimiento: si no estuviéramos engañando a la gente diciéndoles que sabemos que el problema es la cantidad de energía y no cumplir exactamente las recomendaciones oficiales, seguramente mucha gente no hubiese tenido los problemas de salud que tienen ahora mismo.

      El Dr. Campillo escribió «panfleto» en su comentario, y eso fue demasiado para la exquisita sensibilidad de D. Jose. Supongo que se puede pensar que no fue más que una excusa que puso para evitar contestar. Me llama también la atención el último comentario de esa entrada, en el que Lola Gracia pide explicaciones sobre la maldad de la dieta Dukan, y que no fue contestado. Y es que esos datos no están en el artículo. Precisamente lo que más destaca es el contraste entre el tono del artículo y que no haya aportado ni una sola evidencia científica que justificase ese tono.

      • Claudio Gulino

        jejeje perdón por el exabrupto, no volverá a suceder, uno a veces olvida que lo que escribe queda a la luz de todos. Pero el punto es que, estos tipos a menudo suelen ser autoritarios y ademas los creadores de las tristemente célebres afirmaciones del tipo: importancia del balance energético, comer de todo pero con moderación, ningún alimento por si solo engorda, glotonería y sedentarismo… Lo paradójico es que los se encuentran dentro de esta «crema» normalmente son (en el mejor de los casos) flacos con panza y escaso músculo, potenciales presas de los tentáculos del síndrome metabólico (ese protocolo negativo tan avasallador que se expresa de tantas formas diferentes como nombres le dan a Satanás) . Qué decirles Vicente? Ojalá la realidad nos los alcance.

    • Vicente

      Hola Beatriz,
      contestar sólo le habría metido más aún en el fango.

      Precisamente Zoë Harcombe, PhD anuncia que además del artículo que exponía que las recomendaciones dietarias de 1977 (la pirámide nutricional de las harinas) se tomaron sin evidencia científica que las justificase, viene de camino otro que expone que tampoco desde aquél entonces hasta ahora ha aparecido esa evidencia científica.

      it reviews the pool of RCT evidence available today. Guess what – it provides no retrospective support for the dietary fat guidelines.

      • Beatriz

        Yo estoy ya curada de espanto.
        La última barbaridad que he oído fue precisamente anoche cuando una persona me dijo que la dieta paleo era extrema. La razón (muy argumentada, por cierto…) era que cualquier dieta que te impida salir una noche con tus amigos/pareja y tomarte un par de cervezas y unas patatas fritas es extrema. Que eso no es vivir y así no se puede ser feliz…

        Yo creo que el mundo está lleno de personas con una capacidad de razonamiento muy muy limitada, y siento decirlo así, pero es lo que demuestran. Si no, no se explica cómo una teoría está tan ampliamente aceptada (y defendida) sin prueba científica alguna que la respalde.

  2. Vicente

    Hola Beatriz,

    1)
    falacia de falso dilema. Las opciones son:

    a) Comer de forma saludable y renunciar a salir con los amigos
    b) Comer basura y poder salir con los amigos

    ¿Qué eliges? Por eso se llama de falso dilema, porque ésas no son las únicas opciones.

    2)

    Dogma: «Beber cerveza y comer patatas bravas es disfrutar la vida». Ergo, si la dieta no te permite beber cerveza y comer patatas fritas, esa dieta no te deja disfrutar la vida y por tanto no te permite ser feliz.

    Me pregunto si es posible ser feliz sin beber cerveza y comer patatas fritas… Debo de ser un bicho raro, pero creo que estoy más contento con mi estado de salud y forma de comer ahora, que cuando era obeso y comía lo que me venía en gana (porque luego lo quemaba (¡ja!) haciendo deporte).

    3)

    No es que tú lo elijas de forma razonada y responsable, es que la dieta te lo prohíbe. ¿Y vas a dejar que una dieta te diga lo que tienes que hacer?

    No es que elijas no beber coca-cola, es que la dieta te lo prohíbe.
    No es que elijas no consumir bollería, es que la dieta te lo prohíbe.
    No es que elijas no fumar, es que tu marido te lo prohíbe.

    Ya sabes, «las dietas de los demás son malas porque prohíben cosas. La mía es buena, no prohíbe nada, salvo los productos que yo elijo no consumir porque no son saludables«.

    Si la dieta no tiene harinas, es restrictiva. Si no tiene grasa saturada, carne roja, mantequilla, etc. es saludable.

    Cuando alguien habla de prohibiciones en lo que son decisiones personales tomadas teniendo en cuenta la salud a largo plazo, sin duda hablamos de manipulación.

    4)

    En cualquier caso, esas personas son libres de hacer lo que quieran con su salud. Pero una decisión no es un argumento (al menos no uno racional).

    • Beatriz

      Eso mismo le contesté yo que nadie nos obliga a comer tal cosa o no comer tal otra, es una decisión personal con la cual yo concretamente me siento muy feliz. Para disfrutar de la vida no hace falta beber y comer basura, yo disfruto mucho más tomando mi té helado y mis aceitunas/jamón/queso… de hecho me pasan dos cosas, primero lo hacía porque me resultaba gratificante saber que me cuidaba, pero llegados a un punto empezaron a parecerme mucho más atractivas y sabrosas las opciones saludables.
      Pero nada, la muchacha emperrada en que yo no soy feliz.

      Y para redondear la jugada me dice que hasta que no le salgan mal los análisis, el azúcar o el colesterol altos, ve innecesario y extremista dejar de comer porquería. EXTREMISTA DEJAR DE COMER PORQUERÍA. A esto último ya fui incapaz de contestar, es inapelable…

  3. Miki

    Una pregunta a todos los que os habéis lanzado a insultarle y criticarle (incluido el autor de esta web): ¿Vosotros qué opinabais sobre lo que era una dieta saludable en 2011, que es cuando Scientia escribió ese artículo?

    • Vicente

      Hola Miki,
      ¿Estás diciendo que lo que este señor escribió no era más que su creencia de aquel entonces?

      ¿Cuando escribió que él sabía las medidas que había que tomar, era su creencia, sin evidencia científica que lo respaldase?

      ¿Cuando escribió «Todos los estudios realizados hasta ahora demuestran», no existía esa evidencia, y él simplemente creía que era así, pero no lo había comprobado antes de decirlo?

      ¿Cuando escribió de las necesidades diarias de carbohidratos y de que era absolutamente necesario incrementar el consumo, no era una opinión basada en ciencia, sino simplemente su creencia?

      ¿Cuando criticaba duramente la dieta Dukan, sin aportar ni un solo estudio científico, era solo por su creencia de que esa dieta era mala para la salud? ¿Ese escrito estaba basado tan solo en su creencia?

      ¿Estás insinuando que este señor ha cambiado de opinión, a la vista de estudios científicos publicados desde entonces hasta ahora? ¿Dicen los estudios científicos publicados desde 2011 hasta ahora, lo contrario de lo publicado antes de esa fecha?

      ¿Estás seguro de que tu argumento de que era su creencia le defiende de alguna forma?

      Una pregunta para ti: ante la falta de fundamento científico de esos dos artículos, ¿te parece adecuado su contenido para lo que estaba publicado en la literatura científica en aquel entonces? Tras leerlos y comprobar su falta de rigor, ¿qué has hecho al respecto? ¿Has reclamado al autor que corrija esas entradas para que no sigan desinformando? Te invito a que no sólo entres en este blog a dar tu opinión, sino que entres también en el suyo para exigirle que o bien borre esas entradas o que las rectifique. Y cuando lo hagas, sé coherente y escribe un comentario por ahí criticándote a ti mismo por haberte lanzado a criticarle e insultarle. Te animo a que demuestres que lo que este señor afirmaba venía respaldado por el conocimiento científico en el 2011. Y me da igual lo que creyeras en ese año, porque estamos hablando de ciencia, no de creencias.

      En aquel entonces yo estaba obeso y con problemas de salud, algunos de ellos preocupantes (hígado graso, hierro descontrolado, reflujo gastroesofágico). Era un absoluto ignorante en temas de nutrición. ¿Crees que esto aporta algo al tema, que es la falta de rigor del autor de Scientia en esos dos escritos? ¿Justifica mi ignorancia de algún modo que este señor pretendiera tener respaldo científico para lo que escribió?

  4. Vicente

    La dieta mediterránea sólo es auténtica si la harina se te sale por las orejas y la carne roja está prohibida. Porque en el mediterráneo no se come ni cerdo, ni ternera, ni cordero, ni nada parecido. ¿Embutido? Una leyenda urbana. Aquí somos veganos de toda la vida. Lo saludable de la dieta mediterránea es la harina integral. ¡Y todos lo sabemos!

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