La guerra del lenguaje (XIII): adelgazar no es «difícil»
When I tell patients that they should lose weight, without providing them the resources to do so or being honest about how difficult it is, I leave them vulnerable to messages that they are lazy if they can’t, and that even dangerous methods of weight loss are worth the risk (fuente)
Cuando les digo a los pacientes que deben perder peso, sin al mismo tiempo proporcionarles los recursos para hacerlo o sin ser honesto acerca de lo difícil que es, les dejo vulnerables a los mensajes de que son vagos si no pueden conseguirlo o, incluso los de que los métodos peligrosos de pérdida de peso son un riesgo que vale la pena.
Difícil: que requiere habilidad, esfuerzo, mucho trabajo o inteligencia especiales.
¿Es que adelgazar no es «difícil»? No, no lo es. Difícil es una palabra incorrecta referida a adelgazar: adelgazar es infrecuente y para algunas personas puede ser imposible. «Difícil» transmite que:
- es posible, y que
- el remedio es conocido. Sólo tienes que esforzarte en aplicarlo.
Ninguna de esas dos ideas tiene fundamento. No sabemos si es posible en general, ni para qué parte concreta de la población afectada puede conseguirse con dieta y ejercicio. No conocemos, de hecho, un remedio efectivo para la obesidad. Y con «difícil» lo que estamos diciendo es que de existir esfuerzo llegarían los resultados. «Difícil» sigue poniendo la culpa del fracaso en los hombros de la víctima mientras se refuerza el mensaje de que el método, la dieta hipocalórica, funciona de ser seguido a largo plazo. Intuyo que eso es en realidad lo que cree el médico del que he sacado la cita inicial de este artículo. Por mucho que intente disculpar al paciente, si cree que el método funcionaría de ser aplicado, lo único que hace es inventar excusas muy poco convincentes para disculpar lo que él cree que sucede, que es que los pacientes no son capaces de mantener la dieta.
Referido a adelgazar, asegurar que no es imposible, que sólo es difícil, es mentir. Y es una mentira que crea injustificadas expectativas e injustificado sentimiento de culpa cuando llega el fracaso (ver,ver,ver).
No tienes el control de tu peso corporal, especialmente si has tenido la desgracia de engordar
No tienes el control. Y quien te diga lo contrario te está engañando.
¿Es que no hay gente que ha adelgazado? Sí. Es mi caso, por ejemplo. Llevo ya 4 años manteniéndome en un peso perfecto (ver). Pero de mi experiencia no se deduce que tú puedas conseguirlo con dieta y ejercicio. No es pesimismo: es no inventarse una realidad que nos gusta sólo porque es lo que queremos creer: es realismo en base a lo que veo publicado en los estudios científicos. Y es no querer engañarte, porque engañarte nunca te va a ser de ayuda.
¡Adelgazar requiere esfuerzo, pero no es imposible!
Y es lo que te va a contar quien te quiere vender una dieta o un plan de ejercicios, pero ese mensaje no te hace ningún favor, porque es falso. No se sabe si es posible. Que te vendan esperanza no te da esperanza. Aunque es lo que queremos oír: queremos creer que sí es posible con esfuerzo porque la alternativa no nos agrada.
El «amimefuncionismo» es una fuente de confusión
Tengamos cuidado con las experiencias personales, porque todos tendemos a interpretar los datos de forma que confirman nuestras ideas previas. Se llama «sesgo de confirmación».
Imagina el siguiente testimonio (inventado, aunque basado en la realidad que veo):
Durante mucho tiempo estuve haciendo dieta entre semana y comiendo lo mismo que todos el fin de semana. Y no conseguí ninguna de mis metas, pues no conseguí bajar más que un par de kilos, que al cabo del tiempo se convirtieron en aumento de peso. Me di cuenta que de si quería conseguir mis objetivos, si quería volver a tener un peso normal, tenía que esforzarme más y dejar de engañarme a mí misma. Consulté con una nutricionista y me recetó una dieta hipocalórica basada en las cosas que me gusta comer, para que así me fuera más fácil no dejarla. Eliminé de mi dieta el pan, la pizza y el azúcar, porque eran calorías innecesarias y en lugar de coca-cola pasé a beber agua y sólo agua. Además, mi alimentación poco a poco se fue haciendo cada vez más vegetariana y de forma natural, casi sin pretenderlo, eliminé casi por completo los alimentos procesados. Mi peso corporal fue respondiendo a la dieta, con algunos altibajos, pero he conseguido perder todo el peso que me sobraba y ahora mi objetivo es mantenerlo. Aunque ya he adelgazado, no pienso cambiar mi alimentación, así que ya os contaré. Lo que sí puedo decir es que no es fácil, pero es posible adelgazar. Lo único que hace falta es ponerse en manos de una nutricionista y esforzarse.
¿Qué deducimos de esa (ficticia) experiencia? Lo que nos apetezca deducir, desde que adelgazar es, como dicen los «charlatanes oficiales», una cuestión de calorías, esfuerzo y mantener la dieta a largo plazo, hasta todo lo contrario, que hasta que esta persona no prestó atención a la calidad de lo que comía y adoptó una dieta basada en comida de humanos no consiguió nada. Y fíjate, además, que nos cuenta que ha adelgazado cuando la realidad es que ni si quiera tiene indicios de que vaya a poder mantenerlo a largo plazo. Sólo crees haber adelgazado si crees que manteniendo la dieta tienes el éxito garantizado. Es una creencia sin fundamento. La pérdida de peso inicial no es demostración de éxito de la dieta. No, no lo es. Y, además, tampoco sabemos si un testimonio que hemos leído en una página web es fiel a la realidad de los hechos y esa persona nos está contando todos los datos relevantes, y no sólo los que tiene interés en contarnos o los que le parecen relevantes según sus creencias. No hace falta que la persona mienta para que dé datos sesgados, aunque, como dice House, ¡todo el mundo miente!
No digo que un testimonio personal no sea interesante, más bien al contrario. Lo que estoy diciendo es que tengamos cuidado con las interpretaciones que se hacen de los testimonios: las razones por las que alguien afirma o cree que han sucedido las cosas, no siempre son las razones por las que realmente suceden las cosas. Por ejemplo, una persona que no pierde peso –intente la dieta que intente– si de repente encuentra una dieta que le funciona puede atribuir el éxito a su esfuerzo, cuando la realidad es que el esfuerzo nunca antes le sirvió para adelgazar. Pero como lleva mucho tiempo intentándolo quiere pensar que lo ha conseguido gracias a su insistencia.
Los siguientes dos citas son de la misma persona (ver):
I also started cleaning up my diet. I ate mostly grilled chicken, fruits and veggies. I didn’t count calories or portions. I didn’t have a complicated regimen. I just made a point to eat the same few things I knew were good for me each day.
When in doubt, always return to, “Eat less, move more.”
También comencé a limpiar mi dieta. Comí principalmente pollo a la parrilla, frutas y verduras. No conté calorías o porciones. No tuve un régimen complicado. Me aseguré de comer las mismas pocas cosas que sabía que eran buenas para mí cada día.
En caso de duda, siempre regrese a «coma menos, muévase más».
No hace nada relacionado con «contar calorías» pero su creencia es que lo que funciona es «comer menos y moverse más». ¿Es realmente «come menos y muévete más» el secreto del éxito de esta persona? Como decía, una cosa es lo que la gente cree que le ha servido para tener éxito, y otra cosa es lo que realmente ha sido la clave de un éxito que a veces ni siquiera lo es, pues confunden la pérdida inicial de peso con adelgazar.
Plan de dieta adecuado a tus necesidades y características
¿Cómo puedo decir que no hay un método conocido para adelgazar, si las/los nutricionistas te preparan dietas adaptadas a tus características, que son las dietas que saben que te van a permitir perder peso? Que no te engañen: te van a recetar una dieta hipocalórica, porque no dan para más. La nutricionista del montón no usa ninguna regla que permita escoger una dieta entre todas las posibles alternativas, que sea la más adecuada a tus parámetros fisiológicos. Lo que hacen es preguntarte qué te gusta comer y te confeccionan una dieta hipocalórica que incluye esos productos. Así tu adherencia será máxima y se minimizarán las probabilidades de que abandones la dieta, que es la causa que ellos/as dicen que hace que la gente no consiga resultados con la dieta hipocalórica (ver,ver,ver).
En general, no existe la «dieta personalizada» en el sentido que los profanos en nutrición creemos. No nos dejemos engañar por el lenguaje: es la misma fraudulenta dieta para todos, la dieta hipocalórica, con distinto peinado.
La «cultura del esfuerzo»
La industria de la pérdida de peso (nutricionistas y gurús del fitness) presume de luchar contra la industria alimentaria. No hay nada que agradecer porque no lo hacen por nuestro bien, sino porque así apuntalan la teoría del balance energético: nos quieren hacer creer que estamos gordos porque vivimos en una «jungla» llena de productos hipercalóricos que nos hacen comer «más de la cuenta». Con esa estrategia consiguen, además, que su propia responsabilidad no sea examinada. La «generosidad» con la que perdonan y comprenden las flaquezas del obeso no es otra cosa que cargar las culpas sobre los hombros de la víctima, al tiempo que ellos evitan ser sometidos a examen (ver). Cero autocrítica.
we need to stop pretending that what we are doing is working (fuente)
tenemos que dejar de comportarnos como si lo que estamos haciendo estuviera funcionando
La suposición clave de la teoría de que la reducción de la ingesta calórica conduce a la pérdida de peso es falsa, ya que la disminución de la ingesta calórica conduce inevitablemente a una disminución del gasto calórico. Esta secuencia ha sido probada una y otra vez. Seguimos esperando que esta estrategia de alguna manera, esta vez, funcione. No lo hará. Asúmelo. En el fondo de nuestros corazones, ya sabemos que es verdad. La reducción calórica y las estrategias de control de porciones sólo te hacen sentir cansado y hambriento. Lo peor de todo … recuperas todo el peso que has perdido. Yo lo sé. Tú lo sabes.