Suecia y el consumo de grasas
«Se ha contrastado hasta el infinito la relación directa que existe entre las enfermedades cardiovasculares y el consumo de alimentos ricos en grasas saturadas y colesterol» (escrito por un nutricionista)
En 2005 una médico generalista sueca, la doctora Annika Dahlqvist, fue denunciada por dos diestistas ante el Swedish National Board of Health and Welfare. Su delito fue recetar a sus pacientes una dieta alta en grasa y baja en hidratos de carbono (LCHF, del inglés low-carb high-fat). Esta mujer había comprobado en primera persona que estas dietas eran efectivas para bajar de peso. Además, su IBS y su fibromialgia habían desaparecido, comía comida sabrosa y no pasaba hambre. Sus pacientes también mejoraron, en algunos casos librándose de medicación que antes necesitaban. Y ella comenzó a dar charlas y a difundir sus buenos resultados en su blog. Como he dicho, acabó siendo denunciada por unos dietistas.
La respuesta a dicha denuncia tardó dos años (enero 2008) en llegar:
low carb diets can today be seen as compatible with scientific evidence and best practice for weigh reduction for patients with overweight or diabetes type 2, as a number of studies have shown effect in the short term and no evidence of harm has emerged
las dietas bajas en hidratos de carbono pueden considerarse compatibles con la evidencia científica y con las buenas prácticas para la reducción de peso en pacientes con sobrepeso o con diabetes tipo 2, ya que numerosos estudios han demostrado que son efectivas a corto plazo y no ha surgido evidencia de que puedan ser peligrosas
Unos años más tarde, en 2013, un comité sueco (del Swedish Council on Health and Technology Assessment), tras revisar más de 16000 artículos científicos, no encontró razones para desrecomendar las dietas bajas en carbohidratos (ver):
A low-carbohydrate diet, even the stricter form, will lead to a greater weight loss in the short term than the low-fat diet, and studies have indicated no adverse effects on blood lipids, provided that the weight stays low.
Una dieta baja en carbohidratos, incluso en sus forma más estricta, lleva a mayor pérdida de peso a corto plazo que la dieta baja en grasa y los estudios no reflejan efectos adversos en los lípidos sanguíneos, si el peso permanece bajo.
Unos meses más tarde se publicó un estudio financiado por la British Heart Foundation, en el que se que revisaban 72 estudios científicos sobre la relación entre las grasas saturadas y las enfermedades cardiovasculares. Se llegó a la misma conclusión: «no se ha encontrado una relación entre la grasa saturada y las enfermedades del corazón«.
Volvamos a leer la frase inicial de este escrito, procedente de un nutricionista español…
Para leer más sobre los avances en Suecia, el blog de Andreas Eenfeldt, un médico sueco, es un buen punto de partida.
Edición (25/11/2016): he eliminado citas acerca del informe del SBU de 2013 porque no he encontrado la fuente original de las mismas. En su lugar he añadido una cuya fuente sí me consta.
Edición (25/11/2016): la página enlazada en la cita sobre el estudio de la British Heart Foundation ha dejado de existir. Esta otra página habla de ese mismo estudio.