Retención de líquidos y balance hídrico
Advertencia: no tengo ni la más mínima idea ni de las causas por las que se produce la retención de líquidos, ni de las posibles terapias que se pueden seguir para corregirla. Por favor, que nadie interprete que estoy aconsejando seguir un tratamiento concreto ante este problema. En esta entrada del blog, sin saber de lo que hablo, desde la ignorancia más absoluta sobre las causas reales del problema, voy a usar leyes inviolables de la física para llegar a conclusiones absolutamente estúpidas y casi seguro perjudiciales para la salud y/o para el problema que se pretende resolver. Pero esto último no lo puedo asegurar, porque, como digo, no tengo ni idea ni de las causas ni remedios adecuados para la retención de líquidos.
La ley de la conservación de la materia establece que la materia ni se crea ni se destruye.
En términos simples, se puede decir que la retención de líquidos se produce cuando una persona ingiere/produce más agua de la que excreta. Las razones obvias no genéticas para la retención de líquidos son un consumo excesivo de alimentos ricos en agua y una disminución de la excreción de líquidos a través del sudor y la orina. Bebe menos, come menos y haz más ejercicio físico, especialmente en ambientes calurosos. Si aun así sigues teniendo retención de líquidos, es que sigues bebiendo por encima de lo que excretas: reduce un poco más la ingesta de líquidos y de alimentos y/o haz un poco más de deporte.
Realmente es así de simple. La ley de la conservación de la materia no es una teoría cuestionable, sino una ley de la física, como la de la gravedad. Y como tal es indiscutible. La retención de líquidos es simple matemáticas.
Y si estos consejos no te funcionan, es que no te estás esforzando suficientemente en resolver el problema.
Reitero la advertencia: por favor, que nadie se tome en serio esta entrada. Lo único que pretendo es aplicar los mismos «razonamientos» estúpidos que se aplican a la obesidad, a la retención de líquidos, con la intención de resaltar el absurdo que es tratar de deducir de leyes universales de la física cuáles son las causas o las soluciones a condiciones patológicas en un ser vivo. Las leyes de la física ni me van a aclarar por qué se produce la retención de líquidos, ni me van a aclarar por qué se produce la obesidad. Las leyes de la física ni me van a dar una solución para la retención de líquidos, ni me van a dar una solución para la obesidad. Repito que no tengo ni idea ni de qué causa la retención de líquidos, ni de qué hacer al respecto. Si alguna de las conclusiones a las que he llegado con estúpidos razonamientos fuese en realidad correcta, sería por pura casualidad.
Since the immediate causes of obesity are over-eating and under-exercising, the remedies are available to all, but many patients require much help in using them (ver)
Puesto que las causas inmediatas de la obesidad son comer en exceso y hacer poco ejercicio, los remedios están al alcance de todo el mundo, aunque muchos pacientes necesitan mucha ayuda para aplicarlos.
Pues eso, que la culpa es de los pacientes, que no hacen las cosas bien, y necesitan mucha ayuda para aplicar el «come menos» y «muévete más»… Porque los expertos no tienen dudas de que ellos son inteligentes.
Si quieres perder el tiempo, te recomiendo los siguientes autores: James S. Fell, que ha perdido la fe en la humanidad porque algunos no entendemos las calorías; Marion Nestle, que nos asegura que perder peso es tan sencillo como quemar más calorías de las que ingieres; Guyenet, PhD, que nos dice que la hipótesis de la insulina no es consistente con la termodinámica básica; Yoni Freedhoff, que nos dice que hablar de la regulación hormonal en la obesidad es pretender que hay seres vivos que existen al margen de las leyes de la física y la termodinámica; y los de Science Based Medicine, que nos cuentan que no hay que hablar de mecanismos por los que se engorda, porque ellos saben que el problema es comer demasiado y moverse poco, así que quieren que hablemos de las razones por las que comemos tanto. Según ellos, si reduces lo suficiente la ingesta vas a perder peso.
En fin…
Leer más:
Es interesante en este punto la lectura de «Good calories, bad calories», de Gary Taubes, para los que todavía se creen que la causa de que algunos sean obesos es que «comen demasiado» o «se muevan poco»:
Cap. 14:
«… Much of the laboratory research on both obesity and diabetes is carried out on strains of rats and mice that grow reliably obese (sometimes monstrously so) eating no more than others that remain lean. The German physiologist Ingrid Schmidt says that when she first saw an example of an obese Zucker rat her immediate response was disbelief. “Up until that moment,” Schmidt recalls, “I thought if someone is too fat he should eat less. Then I saw that animal and thought, That’s incredible, one gene is broken, and this is the result. And once they get fat, you have the same problem you do with fat humans: everything is changed, and you have no idea what’s the cause and what’s secondary to this underlying defect.”
When Jean Mayer began studying a strain of obese mice in 1950, he observed that if he starved them sufficiently he could reduce their weight beneath that of normal rats, but they’d “still contain more fat than the normal ones, while their muscles have melted away,” which made them sound suspiciously like rodent versions of Sheldon’s emaciated endomorphs. For centuries, fat men and women have been complaining that virtually everything they eat turns to fat, and this was precisely what was happening with Mayer’s obese mice. “These mice will make fat out of their food under the most unlikely circumstances,” he wrote, “even when half starved.”
Cap. 16:
» … An obese Zucker rat will be fatter than a lean one, even if it’s semi-starved from birth onward …»
Cap. 21:
» … In 1981, M.R.C. Greenwood reported that if she restricted the diet of an obese strain of rats known as Zucker rats (or fa/fa rats in the genetic terminology), and did it from birth onward, these rats would actually grow fatter by adulthood than their littermates who were allowed to eat to their hearts’ content. Clearly, the number of calories these rats consumed over the course of their life was not the critical factor in their obesity (unless we are prepared to argue that eating fewer calories induces greater obesity). What’s more, as Greenwood reported, these semi-starved Zucker rats had 50 percent less muscle mass than genetically lean rats, and 30 percent less muscle mass than the Zucker rats that ate as much as they wanted. They, too, were sacrificing their muscles and organs to make fat. …»
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Y a los que todavía hacen caso a los que recomiendan que «hay que beber X litros de agua al día», les recomendaría el libro «Waterlogged: The Serious Problem of Overhydration in Endurance Sports»
de Tim Noakes (mi científico deportivo de referencia, actualmente dedicado también a dietas LCHF https://twitter.com/ProfTimNoakes ). El mecanismo de la sed no será tan malo si nos ha permitido llegar vivos hasta aquí…