La pinza
Imagina que tienes un palillo chino y una pelota de tenis. ¿Puedes levantar la pelota con el palillo?
Seguramente creas que no, pero , ¿y si te dijera que es posible? Mira, pones un palillo por un lado, otro palillo por el otro, aprietas los palillos formando una pinza y puedes levantar la pelota.
¿Que dije que sólo había un palillo? Exacto. He hecho trampa en mi solución al problema, ¿verdad? Bueno, pues esa trampa es una de las principales trampas dialécticas en las que se basa la teoría del balance energético: se usan falacias para hacer creer que de los tres términos de la ecuación del balance energético podemos controlar dos de ellos, y, por tanto, tenemos control del tercero:
Si consumes 2500 kcal y gastas 2000 kcal vas a engordar
Pero sólo tenemos un palillo: la ingesta energética. El gasto energético no es una entrada bajo nuestro control, es un resultado. Y especificar un resultado en las premisas del planteamiento es una trampa dialéctica (ver): es engañar haciendo creer que tenemos dos palillos (ingesta energética y gasto energético) y que por tanto tenemos la pelota (acumulación de energía) bajo control.
Si comes más de lo que gastas vas a engordar
Y si aprieto con un palillo por cada lado de la pelota la puedo sujetar, ¿verdad? Pero sólo tenemos un palillo: la ingesta energética.
Es más, no sólo tengo un único palillo: ni siquiera tengo acceso a la pelota para poder crear la pinza. Lo explico.
¿Qué relación guarda el balance de energía en todo el cuerpo con el balance de energía en el tejido adiposo? Las perspnas que promueven la teoría del balance energético nunca van a contestar a esta pregunta, porque su pseudociencia se basa en el engaño de emplear al mismo tiempo términos de balance energético en todo el cuerpo y términos relativos a un único tejido, el tejido adiposo (ver). ¿Por qué no hablan de la «ingesta energética del tejido adiposo» y del «gasto energético del tejido adiposo», que es la única posibilidad rigurosa cuando se aplica la primera ley de la termodinámica en ese tejido? Pedir un planteamiento riguroso a un caloréxico es pedirle peras al olmo.
En la analogía del palillo y la pelota, lo que la pseudociencia del balance energético propone es que podemos elevar la pelota controlando la fuerza que hacemos con los palillos, pero
- ni tenemos dos palillos
- ni el palillo guarda relación directa con la pelota.
Insisto: la ingesta energética (nuestro único palillo) tiene que ver con el balance energético considerando todo el cuerpo, algo que no guarda relación con la acumulación de energía en un tejido concreto. Igual que el balance energético en un tumor que crece no tiene nada que ver con el balance energético en todo el cuerpo (ver). Todos entendemos que es así.
Los caloréxicos dicen que el problema es saber ajustar correctamente nuestra ingesta energética. Pero desaparecen cuando se plantean ciertas preguntas (ver):
- ¿Cuántos términos del balance energético están bajo nuestro control?
- Si se aplica la primera ley de la termodinámica en todo el cuerpo, ¿por qué no estamos hablando de toda la energía acumulada en el cuerpo, en todas sus formas? ¿Permite la primera ley de la termodinámica hablar exclusivamente de la energía en un tejido concreto o hay que considerar siempre toda la energía?
- ¿Es posible controlar el crecimiento del pecho de una adolescente hablando de la teoría del balance energético? ¿Quiere eso decir que la primera ley de la termodinámica no es aplicable en ese caso? ¿Es ese crecimiento un problema de energía?
Cuando una persona ve que no puede contestar ciertas preguntas sin delatar que sus teorías son pseudocientíficas, si sigue difundiendo su charlatanería ya no es cuestión de ser poco inteligente: ha decidido ser un charlatán. Y en el caso de la teoría del balance energético, si contesta las preguntas también sabe que es un charlatán.
Por ahora se esconden en la manada, pero quizá llegue un día en que no tengan lugar donde esconderse.
Leer más:
La idea de que estás obligando a tu cuerpo a hacer algo, no se basa en el conocimiento de la fisiología, ni en la observación de lo que sucede en los experimentos científicos, ni en la observación de lo que sucede en el mundo real, sino que se basa exclusivamente en los prejuicios que se tienen sobre las causas de la obesidad: «la gente está gorda porque come mucho y se mueve poco». Como ésa es la causa, el remedio es cerrar la boca y despegar el culo del sofá. Los prejuicios son la única base que sustenta esas ideas.
Tu cuerpo se va a ver obligado a adelgazar. O no.
Un claro ejemplo de cómo se construye un infundado comportamiento fisiológico desde el lenguaje al emplear un resultado como premisa del planteamiento:
Con esos juegos de palabras se llega a la falaz conclusión de que el cuerpo se ve obligado a comportarse de una forma determinada. Ésta es la esencia de la pseudociencia del balance energético.
No, el problema es que el planteamiento CICO (Calorías que Entran Calorías que Salen) inventa una causalidad en nuestro cuerpo que no tiene más base que juegos de palabras falaces.
https://twitter.com/joderconleo/status/1013473368853696512
https://www.facebook.com/groups/1681897895449640/permalink/1853409928298435/
Decir que cuando en el tejido adiposo se acumula energía entra más energía de la que sale es una tautología, i.e. decir lo mismo de otra forma. No aporta información.
Decir que cuando en el tejido adiposo adiposo se acumula energía en el cuerpo entra más energía de la que sale es falso, pues el balance energético global del cuerpo no es el balance energético particular de un tejido.
Decir que en el tejido adiposo adiposo se acumula energía porque en el cuerpo entra más energía de la que sale es la mayor estupidez de la historia de la humanidad.
Es cierto que una de las trampas de la pseudocientífica teoría del balance energético es que sólo permite que cambie la energía acumulada en un órgano/tejido: el tejido adiposo. Y además no permite que ese término cambie por sí mismo, creando con esas dos premisas injustificadas la falsa causalidad de la que erróneamente se deduce utilidad (ver).
Pero otra de las trampas es considerar el gasto energético como premisa, cuando en realidad es una salida del sistema, no una entrada bajo nuestro control. «De la energía que entra y sale de un sistema pretende predecir…». Lo correcto es que «De la energía que entra pretende predecir…». La energía saliente no puede formar parte de las premisas que se consideran, o caemos en una falacia.