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En nutrición, ignora los cantos de sirena y busca los datos

Los ciudadanos de a pie estamos indefensos ante la avalancha de desinformación que existe en el campo de la nutrición. Todo el mundo opina. Todo el mundo dice hablar en el nombre de la ciencia. Todo el mundo se expresa con arrogancia que transmite dominio del tema. Y en muchos casos la fuente de desinformación son personas con una titulación académica relacionada, más o menos, con la nutrición, lo que hace creer que el mensaje tiene fundamento. Todo el mundo presume por igual de ser la opción segura frente a las posturas «alternativas». Todo el mundo nos dice la verdad y desmonta los mitos erigidos fraudulentamente por los cantamañanas, que, casualmente, siempre son «los otros».

Se nos intenta convencer diciéndonos que «la evidencia científica es abrumadora», que cierta postura «es la opinión mayoritaria de los expertos», o que «no podemos fiarnos más de lo que dice un tipo en youtube que de lo que te dice el médico». ¿De quién te fías, del médico que ha estudiado seis años una carrera o de un desconocido que tiene un blog?

El siguiente vídeo es un ejemplo del caos que es la información sobre nutrición. El entrevistado es José Miguel Mulet, un profesor universitario. En un momento dado el entrevistador le pregunta cuál es el fundamento para adelgazar:

— ¿Es ése el fundamento número uno?

— Para adelgazar, sí: hacer ejercicio y comer menos

Es interesante ver el vídeo desde el principio.

Lo que quiero resaltar es cómo una persona que se reviste de «oficialismo», que alerta contra las dietas milagro, que alerta contra la información que no proviene de vías oficiales, que presume de desmontar mitos, a la hora de la verdad propaga la pseudociencia del balance energético transmitiendo absoluta convicción. El contraste es cómo lo dice y que no tenga un fundamento científico: son creencias para las que no puede aportar evidencia científica que las respalde. En definitiva, lo reseñable es que no tiene ni idea del tema, pero una persona desinformada puede pensar que sabe de lo que habla.

Creencia: hacer ejercicio y comer menos es el principal fundamento para adelgazar

Hechos: tras décadas poniendo a prueba la efectividad de esa idea, el resultado obtenido en los experimentos científicos sólo se puede calificar como «fracaso sistemático»

Creencia: el método fracasa porque la gente se deja la dieta

Hechos: no hay ni un sólo estudio científico que dé soporte a la idea de que el seguimiento de la dieta hipocalórica garantiza la efectividad del método. Al contrario, hemos visto en el blog varios estudios científicos que, de ser correctos los datos, mostrarían lo contrario, que el método es inefectivo aunque se mantenga la dieta y el plan de ejercicios

Hipotéticamente, las dietas hipocalóricas podrían ser efectivas para adelgazar. Pero no se puede afirmar que sea así, porque sencillamente no existe evidencia científica de que sea así. Lo que dice la evidencia científica es que la restricción calórica provoca un efecto rebote que hace recuperar el peso perdido.

¿Palabra de uno frente a la palabra de otro? Sería un error interpretar así la información que se supone basada en ciencia. Ignora los cantos de sirena, ignora las opiniones, y busca el experimento científico que demuestra que una dieta hipocalórica es un método efectivo para perder una cantidad importante de peso (e.g. 25 kg) y mantener el nuevo peso a largo plazo (e.g. tres o cuatro años). Aunque sea a más corto plazo: ¿conoces algún estudio que demuestre que una dieta hipocalórica puede no producir efecto rebote? ¿Se te está enseñando ese estudio o se te está diciendo «cree en lo que te digo porque sé lo que digo«? Y ten cuidado con experimentos en los que se logra mantener el peso de forma artificial durante unos meses, mediante ingestas anormalmente reducidas sostenidas a medio o largo plazo. Eso no es adelgazar: es engañar y jugar con la salud.

Lo que quería resaltar con esta entrada es que cantamañanas y gente seria se expresan de la misma forma: misma contundencia, mismo «ego obeso», misma terminología. Y que tengan un título académico no ayuda a distinguir unos de otros. Por ejemplo, todos te advierten de que no te fíes de los vendedores de aceite de serpiente, de la misma forma que lo estoy haciendo yo en este momento.

¿A quién creer? En nutrición, a nadie. Ciencia es desconfianza, y desconfianza no es creer en el «experto», porque es «experto». Al contrario, ciencia es creer que el experto es un ignorante:

ciencia

Y no te fíes de mí porque te digo «busca los datos». Todos te lo vamos a decir. Tu única defensa frente al caos es hacerlo.

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