Etiquetado: saciedad
«Balance patético» = Balance energético 2.0
A menudo leemos palabras grandilocuentes que, en apariencia, son críticas con la teoría del balance energético: «mito», «pseudociencia», «balance patético», etc.
Nos cuentan que los problemas del balance energético son que
- no tiene en cuenta tus hormonas, porque diferentes alimentos afectan de distinta forma a tu apetito/saciedad
- algunos alimentos necesitan un mayor gasto energético para ser procesados (e.g. proteína),
- hay problemas prácticos para medir cuántas calorías ingerimos o gastamos, o
- el consejo de «come menos y muévete más» no funciona porque depende de la fuerza de voluntad de las personas y, en pocas palabras, lo que dicen que hay que hacer es comer buscando los alimentos más saciantes, para evitar que haya que ejercer esa fuerza de voluntad.
Estas personas nos hablan de leptina, ghrelina, saciedad, apetito, efecto termogénico de la proteína, etc.
En definitiva, todas las ideas anteriores, aparentemente críticas con el balance energético, no son más que seguir perpetuando la fraudulenta teoría del balance energético.
Es seguir adorando el becerro de oro («si engordamos es porque comemos demasiado«), y es seguir tratando la obesidad como un problema energético creado en última instancia por la cantidad de comida.
En pocas palabras:
- El problema del balance energético no está en su «uso clínico», está en el dogma que hay en la base. Creer que «engordamos porque comemos demasiado» es fruto de una estupidez descomunal: deducir causalidad de una tautología (ver,ver,ver).
- El problema de contar calorías no es que no podamos medir con exactitud cuántas calorías ingerimos y cuántas gastamos. Aunque pudiéramos hacerlo, probablemente no serviría de nada, porque el problema es que la idea de controlar nuestro peso corporal contando calorías carece de sentido. No es una idea correcta de difícil implementación práctica, es una idea incorrecta (ver).
En definitiva, mucho ruido pero pocas nueces. Lo que parece que es progreso en el mundo de la nutrición, no es más que inmovilismo y perpetuar los dogmas del balance energético, que siguen sin ser cuestionados.
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