Etiquetado: proteínas

Usar el balance energético para resolver un problema hormonal es como llevar equipación de buceo a una carrera ciclista

«La obesidad es un problema hipotalámico/hormonal. Usar herramientas basadas en las calorías para combatir un problema hormonal es como llevar equipación de buceo a una carrera ciclista»

Primer estudio

«Glucose uptake by the brain on chronic high-protein weight-loss diets with either moderate or low amounts of carbohydrate»

Dos dietas con la misma cantidad de proteína, que se diferencian en la cantidad de carbohidratos y grasa. Las dietas son básicamente isoenergéticas (1907 kcal/día y 1986 kcal/día):

Selección_714

Al cabo de un mes, con la dieta HPLC, la que menos hidratos de carbono tiene, se han perdido 4.5 Kg de grasa corporal, mientras que con la HPMC, la que más hidratos de carbono tiene, se han perdido sólo 3.2 Kg de grasa corporal. Es un 40% más de grasa perdida, con básicamente las mismas calorías ingeridas.

Briefly, the subjects lost 6·3 and 4·2 kg body weight during each of the 4 weeks in the HPLC and HPMC dietary intervention periods, respectively, of which 4·5 and 3·2 kg lost were fat mass.

NOTA: la mínima diferencia de energía ingerida entre dietas no puede explicar los 1.3 Kg de diferencia en la grasa corporal perdida.

Segundo estudio

«Effects of diet macronutrient composition on body composition and fat distribution during weight maintenance and weight loss»

Experimento altamente controlado: toda la comida se les proporciona a los participantes. En palabras de los autores:

tightly controlled dietary intervention including a robust, direct measure of body fat distribution to report a significant reduction in IAAT as the result of a low GL diet in healthy overweight and obese subjects.

intervención dietaria estrictamente controlada incluyendo una robusta y directa medición de la distribución de la grasa corporal que muestra una significativa reducción en la grasa intra-abdominal como resultado de una dieta de bajo índice glucémico en sujetos sanos con sobrepeso y obesos.

El experimento tiene dos fases:

  • 8 semanas de mantenimiento de peso (fase eucalórica)
  • 8 semanas de reducción de peso (fase hipocalórica). Misma dieta que en la fase anterior, pero 1000 kcal/día menos.

Se comparan dos dietas isocalóricas con la misma cantidad de proteína (18%), pero con distinta calidad y cualidad de carbohidratos ; 43% de las calorías y bajo índice glucémico frente a 59% de las calorías y alto índice glucémico. El índice glucémico no era muy diferente: 49 puntos de media en una dieta y 60 puntos de media en la otra. Por brevedad me referiré a ellas como «más baja» y «más alta» en hidratos de carbono.

Fase eucalórica

En la fase eucalórica se perdió algo más de grasa corporal con la dieta más baja en hidratos de carbono, pero se perdió mucha más grasa intra-abdominal (IAAT). De hecho, la dieta más alta en hidratos de carbono hizo ganar grasa abdominal:

Selección_716

 

Nota: he cambiado el signo de un valor en la tabla porque estaba claramente mal y afecta a la interpretación.

Por sexo, la dieta más alta en hidratos de carbono hizo engordar intra-abdominalmente a los hombres, mientras que afectó poco a las mujeres. La dieta más baja en hidratos de carbono hizo perder grasa intra-abdominal a ambos, pero mucho más a las mujeres:

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NOTA: las figuras 1 y 2 del artículo tienen intercambiado el texto a pie de figura.

Nótese que sin apenas cambios en el peso corporal, la dieta más baja en hidratos de carbono estaba haciendo perder grasa intra-abdominal.

Fase hipocalórica

En la fase hipocalórica se perdió mucha más grasa corporal con la dieta más baja en hidratos de carbono. 1.3 Kg más de grasa corporal perdidos en sólo dos meses, siendo las dietas isocalóricas. En este caso la grasa intra-abdominal se redujo por igual en ambas dietas:

Selección_718

Representación gráfica de la grasa corporal perdida (Kg):

Selección_719

En resumen: mismas calorías y mismo porcentaje de proteína, pero jugamos con la cantidad y calidad de los hidratos de carbono. El resultado es que la dieta más baja en hidratos de carbono (y menor índice glucémico) reduce más la grasa corporal y en concreto la grasa intra-abdominal.

Repito: experimento altamente controlado, pues toda la comida se suministró a los participantes.

Reflexiones

Una de las mentiras más extendidas en la nutrición es que cuando los participantes están en una «unidad metabólica», se demuestra que las calorías son lo que importa. Es falso, como se demuestra fácilmente sin más que consultar los estudios hechos en esas condiciones (ver enlaces al final de esta entrada). Esa mentira, basada en supuestos resultados que en realidad respaldan lo contrario, implica que prácticamente todos los demás estudios sobre pérdida de peso están mal hechos, y mal hechos sistemáticamente para favorecer a unas dietas denostadas constantemente por los defensores del status quo. Como suposición es aberrante.

De las leyes de la termodinámica no se deduce que los estudios que hemos visto en esta entrada estén mal hechos, ni que el resultado esperado en un experimento controlado sea una misma pérdida de grasa corporal con dietas isocalóricas. Como he dicho otras veces (ver), además de los experimentos con humanos, los experimentos con animales, perfectamente controlados, echan por tierra ese castillo de naipes.

Otra mentira bastante repetida es que las dietas low-carb son mejores que otras dietas para perder peso por su mayor contenido en proteína, argumentando que su efecto saciante hace comer menos, y por el efecto termogénico de la proteína. No dudan en catalogar a toda dieta molesta como alta en proteína, lo sea o no, para poder usar este argumento. Pero nuevamente es mentira, pues saciedad, apetito, mayor consumo de proteína, etc. no pueden explicar los resultados comentados en esta entrada del blog. Es sencillo encontrar más ejemplos de dietas con la misma cantidad de proteína y misma ingesta energética (algunos comentados en los enlaces que pongo al final de esta entrada) en los que los resultados son claramente favorables a la reducción de carbohidratos. Además es lo que se ve en general, cuando se examina el conjunto de artículos publicados: existe mayor pérdida de masa grasa a igualdad de calorías, sin que se note un efecto del consumo de proteína (por ejemplo esta revisión de 87 estudios que comprendían un total de 165 intervenciones dietarias). A lo mejor es cierto que la proteína afecta a la saciedad/apetito, e incluso en algunas condiciones podría ser más adelgazante caloría por caloría que otros macronutrientes, pero no nos engañemos: hablan de la proteína porque lo hacen en términos de energía y eso les permite apuntalar el gran engaño de las calorías y el balance energético. Es una mentira encima de otra mentira.

Si los «expertos» te pillan desinformado, te engañan.

El problema de la obesidad no es ni de cantidad, ni de saciedad, ni de apetito, ni de control del tamaño de las raciones. Quien habla de esos conceptos erra en el diagnóstico y erra en las soluciones (ver).

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