Kevin Hall, PhD vuelve a la carga con su basurilla pseudocientífica (2/2)

Hay una cosa muy interesante en el artículo de Hall del que hemos hablado en la primera parte, pues este caloréxico reconoce explícitamente que la causalidad CICO no es la única causalidad posible. Eso es totalmente equivalente a reconocer que la hipótesis CICO no es una ley de la física y que, por tanto, que CICO se cumpla no es una obviedad incuestionable. Según dice Hall, teóricamente un factor de la dieta puede alterar la propensión del tejido adiposo a almacenar más o menos grasa corporal, y el gasto energético se puede adaptar a los cambios que produce la composición de la dieta en el tejido adiposo. Hall lo dice tal cual lo estoy contando:

manipulation of diet composition can result in differences in the endocrine status in a way that could theoretically influence the propensity to accumulate body fat or affect subjective hunger or satiety. These possibilities do not necessarily violate the laws of thermodynamics since any change in the body’s overall energy stores (i.e. fat mass) must be accompanied by changes in calorie intake or expenditure. Therefore, it is theoretically possible that a particular diet could result in an advantageous endocrine or metabolic state that promotes weight loss.

la manipulación de la composición de la dieta puede dar lugar a diferencias en el estado endocrino de una manera que podría, en teoría, influir en la propensión a acumular grasa corporal o afectar el hambre o la saciedad subjetiva. Estas posibilidades no violan necesariamente las leyes de la termodinámica, ya que cualquier cambio en las reservas de energía generales del cuerpo (es decir, la masa grasa) debe ir acompañado de cambios en el consumo o gasto de calorías. Por lo tanto, es teóricamente posible que una dieta particular pueda resultar en un estado endocrino o metabólico ventajoso que promueva la pérdida de peso.

Como Hall está reconociendo, CICO es una hipótesis diferente de la Primera Ley de la Termodinámica, pues la causalidad de CICO no viene de la Primera Ley de la Termodinámica y otros comportamientos del cuerpo son posibles sin violar esa ley (ver).

Es muy interesante. Como he explicado otras veces en el blog, entre los defensores de la calorexia los hay que confunden su ideología con lo que dice una ley de la física (caloréxicos de fase 1), y los hay, como Hall, que creen que la diosa Fortuna les ha sonreído de forma que su fraudulenta ideología ha coincidido casualmente con lo que sucede en la práctica, salvando de esa forma sus carreras basadas en una idea claramente errónea (caloréxicos de fase 2) (ver,ver). Qué suerte ha tenido Hall. Que compre lotería que le toca seguro.

¿Sería mucho pedir que los caloréxicos se aclaren en qué es exactamente lo que defienden?

En segundo lugar, llama la atención que Kevin Hall, PhD sepa que sus modelos matemáticos están basados en una premisa injustificada, que es asumir que puede ignorar la fisiología del tejido adiposo. Debería saber, en tal caso, que todo lo que obtenga con sus modelos va a estar condicionado siempre a cómo de parecida es la realidad a esa premisa. Pero a la vista de que cuando los resultados de sus modelos no encajan en los datos experimentales, Hall culpa a los datos experimentales, tengo serias dudas sobre si Kevin Hall, PhD es consciente de las limitaciones de lo que hace. Su falta de rigor es asombrosa (ver). O al menos lo sería si ocurriera fuera del campo de la nutrición/obesidad.

En tercer lugar, Kevin Hall, PhD, la persona que nos dice que causalidades diferentes de las de CICO son posibles, es la misma persona que escribió un artículo argumentando que causalidades diferentes de las de CICO ¡¡no son posibles!! (ver). Si, como reconoce en este artículo, otras causalidades son posibles, no puede usar un experimento con acipimox para demostrar algo sobre cómo actúa la insulina. Es de cajón. Una incoherencia más a añadir a la larga lista de contradicciones de este señor (ver).

En cuarto lugar, Kevin Hall, PhD, a continuación de reconocer que CICO no es una ley de la física, lo que hace es arremeter contra las personas que decimos que el fundamento de CICO es erróneo (¡como él está reconociendo!) porque damos falsa esperanza a la gente que tiene obesidad diciendo que simplemente cambiando la dieta van a poder perder peso fácilmente:

This promise provides fodder for the diet industry and false hope to the patient with obesity since it implies that if they simply choose the right diet then weight loss can be easily achieved.

Analicemos la infinita hipocresía de Kevin Hall, PhD: él defiende la hipótesis errónea que lleva 80 años fracasando para prevenir y tratar la obesidad. Él crea falsa esperanza asegurando que los obesos pueden adelgazar y mantener lo perdido, si simplemente mantienen la restricción calórica, un resultado que no se ha dado NUNCA en la literatura científica (ver). Y defiende su ideología con resultados basura que no podría publicar en ninguna disciplina realmente científica. Pero dice que no caer en los errores en los que se basa su ideología sirve para dar falsas esperanzas a la gente que tiene problemas de peso.

La calorexia es charlatanería

Un par de extractos de uno de los artículos de Hall de los que estamos hablando:

at the central core of the system map lies a fundamental principle of nutrition and metabolism: bodyweight change is associated with an imbalance between the energy content of food eaten and energy expended by the body to maintain life and perform physical work. Any successful intervention targeting obesity (eg, diet, exercise, drugs, bariatric surgery, etc) must tip the balance between energy intake and expenditure. Therefore, to assess the potential of an obesity intervention, its effect on both energy intake and energy expenditure over time needs to be quantified. (fuente)

An imbalance between energy intake and energy expenditure is accounted for by a gain or loss of body fat and lean tissue which generally change in parallel. (fuente)

en el núcleo central del mapa del sistema se encuentra un principio fundamental de la nutrición y el metabolismo: el cambio de peso corporal está asociado con un desequilibrio entre el contenido energético de los alimentos ingeridos y la energía gastada por el cuerpo para mantener la vida y realizar el trabajo físico. Cualquier intervención exitosa dirigida a la obesidad (e.g., dieta, ejercicio, medicamentos, cirugía bariátrica, etc.) debe inclinar el equilibrio entre la ingesta y el gasto de energía. Por lo tanto, para evaluar el potencial de una intervención para la obesidad, es necesario cuantificar su efecto tanto en la ingesta de energía como en el gasto de energía a lo largo del tiempo.

Un desequilibrio entre la ingesta de energía y el gasto de energía es responsable de la ganancia o pérdida de grasa corporal y tejido magro, que generalmente cambian en paralelo.

Antes de analizar el texto anterior, pongo una cita que creo que viene a cuento:

Del mismo modo que hay malos fontaneros, malos abogados y malos médicos, también hay malos científicos. Alguien que piense de forma crítica y escéptica puede cuestionarles. Sólo porque ellos tengan un doctorado y nosotros no, no significa que no podamos desafiar la forma en que piensan y desafiar sus conclusiones. Gary Taubes

Vamos allá con el texto. Fijémonos como inicialmente no se atreve a decir «son causados por», sino que dice «está asociado». Es correcto: existe cierta correlación no perfecta entre peso corporal y la diferencia entre calorías ingeridas y gasto energético. Pero, a partir de ahí el rigor de Kevin Hall, PhD desaparece y todo lo que ofrece es calorexia: por ejemplo, en la última frase que he copiado dice textualmente que un desequilibrio entre la ingesta de energía y el gasto de energía es responsable de la ganancia o pérdida de grasa corporal y tejido magro, una afirmación que no tiene ninguna justificación y que no matiza como la hipótesis infundada que es. Ha intentado disimular hablando de asociación, pero la naturaleza del escorpión ha salido a la luz bien pronto.

Nos dice, además, que cualquier intervención exitosa para la obesidad debe centrarse en la ingesta energética y el gasto energético. Pero eso no se deduce del hecho de que exista una correlación entre el peso corporal y CI-CO. Pudiera ser que a largo plazo, tras una restricción calórica prolongada, el tejido adiposo tomara un papel más activo en el proceso de engordar/adelgazar (ver) y el gasto energético, lejos de ser causa se convierta en ese momento en síntoma de los cambios que se producen en el tejido adiposo. En cualquier caso, lo que más me interesa es el engaño en sus argumentos: sus conclusiones no se deducen con rigor de una correlación (ver,ver). Y, como hemos visto, él sabe que es así, pues lógicamente si la causa de recuperar el peso perdido está en el comportamiento del tejido adiposo, su idea de que basta con prestar atención a la ingesta energética y gasto energético es claramente errónea.

Para finalizar, un apunte sobre la importancia de los errores que comete Kevin Hall, PhD. Si la causa de recuperar el peso perdido fuera la que Hall propone, donde hay una pequeña adaptación fisiológica equivalente a una reducción del gasto energético de unas decenas de kcal, simplemente comer algo menos serviría para mantener el peso perdido. Eso es lo que él cree. Pero si la causa es que el tejido adiposo busca recuperar la grasa perdida, por ejemplo porque esa persona tenía una hiperplasia acusada en el tejido adiposo y al perder peso sus adipocitos están muy vacíos y deseosos de recuperar un tamaño normal (ver), en ese caso reducir aún más la ingesta no va a tener ningún efecto, salvo quizá a corto plazo, y quizá agravamos aún más el problema a medio-largo plazo. Es posible que la ideología de Kevin Hall, PhD, aun teniendo un origen fraudulento en el plano teórico, sea una buena aproximación de lo que sucede en la práctica. Pero, ¿y si no lo es en el largo plazo tras hacer restricción calórica? ¿Tienen derecho los caloréxicos a seguir engañando a la población con una ideología que no se sostiene desde el punto de vista teórico? ¿Qué da a alguien el derecho a engañar?

¿Quién crea falsa esperanza? Lo hace el que promete resultados con un método pseudocientífico que ha demostrado sobradamente no funcionar ni en la vida real ni en los experimentos científicos. La falta de rigor de Kevin Hall, PhD no es una broma: tiene consecuencias gravísimas para muchísima gente.

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