Manipulación hormonal que reduce la grasa corporal (1/2)
The use of anti-obesity agents, consisting mainly of those that reduce appetite or inhibit nutrient absorption, is compromised by issues of poor efficacy and unacceptable side effects
El uso de agentes antiobesidad, que consisten principalmente en aquellos que reducen el apetito o inhiben la absorción de nutrientes, se ve comprometido por problemas de poca eficacia y efectos secundarios inaceptables.
Esteroides anabolizantes
Sabemos que los esteroides anabolizantes son efectivos para hipertrofiar los músculos (ver). Sus efectos constituyen un claro aumento de la energía acumulada en el cuerpo, y sabemos que no actúan ni aumentando la ingesta ni reduciendo el gasto energético (ver,ver). Este matiz es importante. Las leyes de la termodinámica se cumplen, pero tenemos clarísimo que la hipertrofia muscular es un proceso fisiológico, una actuación hormonal, no un «problema de energía». ¿Importan las calorías? ¿Qué significa «importan»? (ver) La hipertrofia muscular no se entiende pensando en términos de calorías. El efecto de los esteroides anabolizantes no se entiende pensando en calorías.
Fármacos y cirugía que afectan el medio hormonal
Del mismo modo, sabemos que hay fármacos que se basan en una intervención hormonal (ver,ver) y que pueden producir engorde, sin que la explicación sea necesariamente que actúan sobre la ingesta (CI) o gasto (CO) energético. Un caso análogo sería el de operaciones quirúrgicas que alteran el medio hormonal (ver,ver,ver) y causan ganancia de grasa corporal que no se explica por una mayor ingesta ni por un menor gasto.
La composición de la comida afecta al medio hormonal
También sabemos que la composición de los productos comestibles que forman parte de nuestra actual dieta puede alterar nuestro medio hormonal y engordarnos, al margen de las calorías que tengan estos productos (ver,ver). Pero esto último es negado o ignorado por gran parte de los «profesionales» de la salud, que nos cuentan que hablar de hormonas es hablar de «distracciones metabólicas» (ver) o que los efectos de la dieta al margen de las calorías son «magia metabólica» (ver): para ellos, si algo te engorda es porque te hace comer «más de la cuenta» (ver,ver), es decir, porque lo que comes no produce suficiente saciedad/saciamiento. Se engorda por comer más de lo que se gasta, y punto pelota (ver,ver,ver).
La cuestión es, ¿qué sentido tiene interpretar que leyes de la física universales y de obligado cumplimiento no permiten que suceda en la obesidad, con la composición de la dieta, lo que sabemos que sí sucede con los esteroides anabolizantes y lo que sabemos que sí sucede con fármacos/operaciones que esencialmente son intervenciones hormonales?
¿Un fármaco puede engordarte alterando tus hormonas, sin aportar calorías, pero la comida no puede engordarte alterando tus hormonas, al margen de sus calorías?
¿Los esteroides anabolizantes pueden causar hipertrofia muscular alterando el medio hormonal pero la comida no puede engordarnos alterando el medio hormonal? ¿En ambos casos hay acumulación de energía pero sólo en uno de ellos la causa obvia es «comer más de lo que se gasta»? ¿Viene esa distinta interpretación de la misma ley de la física? ¿Prohíben las leyes de la física lo que sabemos que sucede en experimentos científicos en humanos y animales cuando se altera la composición de la dieta, en muchos casos en condiciones absolutamente controladas? (ver)
Lo que vamos a ver en la segunda parte de esta entrada es una intervención hormonal en ratones, que, sin cambios en la ingesta energética y sin cambios en los niveles de actividad física, resulta en una menor acumulación de grasa corporal. Un resultado que nunca se va a poder explicar/entender con leyes universales de la física que nada tienen que ver con la fisiología de un ser vivo.
In humans, circulating FSH levels become elevated in response to ovarian failure as the ability to procreate ceases at menopause. […] There is also a sharp increase in visceral adiposity during this life stage, which coincides with the emergence of disrupted energy balance and reduced physical activity.
En mujeres, los niveles en sangre de FSH se elevan en respuesta al fallo de los ovarios, a medida que la capacidad de procrear desaparece en la menopausia […] Hay también un brusco incremento de la grasa visceral durante esta etapa de la vida, que coincide con la aparición de un desajuste del balance energético y reducidos niveles de actividad física
De hecho, uno de los efectos más potentes de ciertos anabólicos, es precisamente la pérdida de grasa.
La hormona del crecimiento, los peptidos o la propia testosterona, «seca» al consumidor y no precisamente porque «aumente el metabolismo», sino que hormonalmente se bloquea el proceso de acumulación de grasa y se favorece su utilización como fuente primaria de combustible, frente al músculo, o al glucógeno.
Esto lo saben los profesionales del culturismo desde hace 50 años.
Con la misma restricción calórica, la inyección de testosterona hace perder más grasa corporal y menos masa magra:
¿Qué ha causado esa mayor pérdida de grasa corporal?
Con la testosterona lo entendemos y lo aceptamos, con la insulina es magia que viola las leyes de la física.