Insulina

«Exposure to excess insulin (glargine) induces type 2 diabetes mellitus in mice fed on a chow diet«

Dos grupos de ratones. Misma dieta para todos. Durante 8 semanas a un grupo se le inyecta insulina y al otro una solución salina.

Los ratones a los que se inyectó insulina consumieron menos comida, pero acabaron el experimento con un porcentaje de grasa corporal un 65% mayor que a los que se inyectó la solución salina.

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Comieron menos y engordaron más. ¿Por qué?

Según la estúpida teoría del balance energético, la insulina tiene que haber reducido el gasto energético, y como resultado de ello se ha engordado.

Insulina —> Sedentarismo —> Reducción del gasto energético —> Acumulación de grasa

¿Es posible esta explicación? Desde el punto de vista de la termodinámica, es posible, pero carece de sentido desde el punto de vista fisiológico, que es el que importa: nuestros adipocitos no tienen sensores que reaccionen ante un hipotético superávit/déficit energético a nivel de todo el cuerpo (ver,ver).

Es importante entender que el balance energético no es la única explicación posible desde el punto de vista de las leyes de la física, ni viene impuesta por éstas (ver).

Tengamos en cuenta además, que ya hemos visto en el blog que el resultado es el mismo cuando se fuerza que el gasto energético por actividad física sea el mismo en ambos grupos (ver), lo que descarta una menor actividad física como causa de la acumulación de grasa en el caso de la inyección de insulina.

Hay una explicación coherente con lo que conoce de la fisiología de los adipocitos (ver):

Insulina —> Acumulación de grasa

—> Falta de alimento —> Reducción del gasto energético —> Sedentarismo

O de forma más general:

Cambios hormonales (insulina, cortisol, etc,) —> Acumulación de grasa

—> Reducción del gasto energético —> Sedentarismo

No me voy a cansar de publicar resultados científicos en el blog que demuestran que no es necesaria (y creo que tampoco es suficiente) la concurrencia de una ingesta energética aumentada para engordar: basta con alterar la composición de la dieta (ver).

Este último planteamiento es tan posible como la explicación anterior, desde el punto de vista del cumplimiento de las leyes de la termodinámica, pero es radicalmente distinto en sus implicaciones y en las conclusiones derivadas: la causa principal de la obesidad pueden ser cambios hormonales inducidos por una dieta cuya composición es antinatural, combinado, por ejemplo, con excesivo estrés (ver,ver) y falta de sueño (ver). Y si esa obesidad fuera reversible con un cambio dietario, el remedio lógico sería intentar revertir esos cambios hormonales, retornando a una alimentación basada en comida y agua, no en productos comestibles y líquidos de colores.

I can confidently state that quantity of diet may safely be left to the natural appetite; and that it is quality only which is essential to abate and cure corpulence. William Banting en Letter on Corpulence Addressed to the Public, 1863

Puedo asegurar que, en la dieta, la cantidad puede tranquilamente dejarse en manos del apetito; y que es únicamente la calidad lo que es esencial para reducir o curar el exceso de peso.

 

¿Estamos seguros de que «el sedentarismo y la excesiva ingesta son las causas principales de la obesidad«? A mí me parece que ese mensaje es corresponsable del problema: nos da permiso para seguir consumiendo porquerías, si luego «compensamos». Pero la posibilidad de compensar sólo existe en la imaginación de los contadores de calorías. Cuando las personas con problemas de peso intentamos revertir nuestra situación aumentando nuestra actividad física y reduciendo la cantidad de comida, lo hacemos manteniendo una dieta cuya composición, bajo mi punto de vista, es la causa principal del problema (ver,ver). Y, como cabría esperar, lo único que conseguimos es pasar hambre (ver).

NOTA: no digo que en general sea posible adelgazar (ver). Lo que digo es que la causa principal de la obesidad es la pseudociencia del balance energético y hablar de calorías.

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