Hoy tu tejido adiposo va a acumular 3 gramos de grasa
Premisa: hoy vas a acumular 3 gramos de grasa en tu tejido adiposo. Y lo harás porque lo que comes es engordante: altera tus hormonas de forma que engordas.
Por el momento, asumamos esa premisa y luego explicaré el objetivo que persigo en esta entrada. Vas a acumular 3 gramos de grasa porque la dieta es engordante. Ése es nuestro punto de partida.
Como ves que estás engordando, decides comer unos gramos menos de comida. Aparte de lo complicado que sería saber exactamente cuánto comes, para así comer unos gramos menos, ¿crees que consumir 5 gramos menos de comida va a alterar la respuesta hormonal creada por toda la comida que ingieres en el día? ¿Crees que puedes resolver el problema originado por la calidad de lo que comes, alterando un poco la cantidad de lo que comes? ¿Si consumes 400 g/día de comida engordante, los efectos en tus hormonas son distintos que si consumes 405 g/día de comida engordante? ¿Esos gramos extra van a cambiar significativamente tu respuesta hormonal? ¿Lo hacen, además, independientemente de cuál sea su origen? ¿Tú le ves sentido a eso? Yo no.
Decides hacer algo de ejercicio, para contrarrestar lo que vas a engordar. Pero, si recuerdas, no vas a engordar por falta de ejercicio, sino por los efectos de una mala dieta, por lo que por un lado tus adipocitos siguen recibiendo la orden de engordar, pero por otro a tu cuerpo le dejas menos energía para realizar sus tareas. Mantienes la causa del problema pero torturas a tu cuerpo haciendo más ejercicio físico del que tu ingesta aconseja. ¿Estás resolviendo el problema o creando uno nuevo?
Ignoras la lógica (que te dice que lo que tienes que hacer es comer comida, y no productos comestibles) y decides apostar por reducir la ingesta mucho más allá de unos gramos, y consumes un 75% de la cantidad de comida que consumías antes. Algunos te dirán que el problema de tomar esa medida es que se reduce tu metabolismo. Pero eso no tiene sentido, porque es la mala calidad de lo que comes lo que te está engordando, no un problema con tu gasto energético. No existe un fundamento fisiológico que permita hablar de un papel causal del gasto energético en la acumulación de grasa. A priori, que cambie sólo es un efecto más de la restricción calórica, no la causa de engordar.
Otros te dirán que el problema es que no vas a poder soportar el hambre a largo plazo, que tu cuerpo te va a obligar a aumentar la ingesta. Pero, nuevamente, ¿por qué es importante el apetito, si el problema en ningún momento ha sido comer más o comer menos? ni un apetito excesivo era la causa de engordar, ni tiene sentido que el control del apetito vaya a ser la solución. La pregunta ahora es: ¿seguirán produciéndose los cambios hormonales que te hacen engordar, si sigues con la misma mala dieta, pero además lo haces en cantidades insuficientes para el correcto funcionamiento de tu organismo? Ya sabes la respuesta, ¿no? A corto plazo, el efecto será que tu cuerpo empleará la grasa corporal para hacer frente a sus necesidades energéticas, y perderás unos 8 kg, en término medio, pero tu cuerpo se hará más eficiente aprovechando esas reservas y al cabo de unos pocos meses volverá a acumular grasa a diario. En tres/cuatro años, estarás donde estabas al principio, o incluso con unos kilos más. Comer menos no es el remedio lógico para comer mal.
Y, apunto, quizá se puede engordar de forma que tu organismo alcanza un punto de no retorno del que ninguna dieta te va a sacar.
Vivimos atrapados en el paradigma de la energía y es complicado asimilar que lo que nos parece tan obvio, que «engordamos porque comemos demasiado«, es en realidad el fruto de errores de pensamiento. Lo que quería plantear en esta entrada es que si la tierra tuviera forma esférica y tuviese un tamaño suficientemente grande, también nos parecería plana en la superficie. Lo que nos ha parecido siempre obvio, quizá es falso.
En lugar de plantear que el tejido adiposo es pasivo y se ve obligado a capturar los triglicéridos según dicta el balance energético, hemos partido de la premisa de que el tejido adiposo es activo en el proceso de engordar y absorbe cada día 3 gramos de grasa y lo hace en respuesta a los cambios hormonales inducidos por una dieta engordante. No hemos engordado por comer demasiado, ni por comer por encima de nuestro gasto energético. Ni ha tenido sentido alguno contar calorías, hacer ejercicio o reducir la ingesta energética para adelgazar. Asumir como obvio que «engordamos porque comemos demasiado» es un error, como demuestra el hecho de que hay otras formas de interpretar la realidad que son perfectamente posibles. Los fundamentos sobre los que estamos basando el estudio de las causas y soluciones para la obesidad son fruto de la estupidez humana.
Si estás engordando, posiblemente estás consumiendo más energía de la que gastas. Es una (incorrecta) tautología de la que no se deduce lo que los defensores de la teoría del balance energético nos cuentan. Próximamente insistiré en explicar esa falacia.
NOTA: 3 gramos diarios está por encima de la ganancia media de peso en un adulto joven (ver).
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Jason Fung
Si fuera cosa de calorías y balance energético, podrías comer mierdas y compensarlo con más ejercicio. Pero engordar es una cuestión hormonal: el ejercicio físico no hace que los productos engordantes nunca hayan entrado en tu organismo.
«¿Cóme menos? ¿Muévete más?» Leónidas