La guerra del lenguaje (XV): «negacionistas»
the intellectually and morally disreputable concept of ‘denialism’ has no place in this or any other civilised debate (fuente)
El concepto intelectual y moralmente vergonzoso de «negacionismo» no tiene sitio en éste ni en ningún otro debate civilizado.
Labelling someone as a «denier» is to make a God of prevailing views — something totally incompatible with science or scholarship (fuente)
Etiquetar a alguien como un «negacionista» es convertir en dios al punto de vista prevaleciente, algo totalmente incompatible con la ciencia o la erudición.
The belief of climate change deniers is usually unshakable, like that of the flat-earth believers or Holocaust deniers. Many delude themselves that there is a conspiracy. (fuente)
La creencia de los negadores del cambio climático suele ser inquebrantable, como la de los creyentes de la tierra plana o los negadores del Holocausto. Muchos se engañan creyendo que hay una conspiración.
Usar el término “negacionista”, es una canallada o una imbecilidad (fuente)
Es evidente que el término «negacionista» no se usa sólo para indicar que alguien no está de acuerdo con una determinada idea. Si fuera ésa la intención, se hablaría de escepticismo, que es la desconfianza en ausencia de evidencia. Negacionista es un insulto: significa que la persona es tan cerril que se niega a aceptar lo evidente, posiblemente fruto de su creencia en absurdas conspiraciones. Quien usa el término no dice que el otro discrepa, sino que por el contrario presume, con toda arrogancia, de ser el que tiene la razón de su lado. Pero no queda ahí la cosa: también está la velada equiparación con los negacionistas del Holocausto nazi.
Using the language of denialism brings a moralistic tone into the climate change debate that we would do well to avoid. Further, labeling views as denialist has the potential to inappropriately link such views with Holocaust denial. (fuente)
El uso del lenguaje del negacionismo aporta un tono moralista en el debate sobre el cambio climático que haríamos bien en evitar. Además, etiquetar las opiniones como negacionistas tiene el potencial de vincularlas de forma inapropiada con la negación del Holocausto.
Vivimos en un mundo cutre, en el que personas que a menudo ponen muchas letras tras sus nombres, en lugar de demostrar con buenos argumentos que esas letras significan algo, sólo aciertan a recurrir a la descalificación de los oponentes para defender sus posturas. Y se presentan a sí mismos como los defensores del sentido común, cuando es una posibilidad que lo que promueven como obvio sean creencias establecidas sin ningún tipo de rigor. Sin debate los errores no se corrigen. Y «negacionista», como el insulto que es, busca acabar con el debate por la vía del ad hominem. Quien tiene argumentos para defender sus creencias no necesita recurrir a descalificar al oponente llamándolo «negacionista».
¿Negacionistas del colesterol? Muéstrame los datos de reducción absoluta en la mortalidad por cualquier causa con los fármacos que bajan el LDL. Usa datos posteriores a 2004 y con estudios que cumplen los plazos prefijados en el experimento. Dame los datos por edades y detalla la duración de los experimentos.
¿Negacionistas del balance energético? Detállame cómo niego la Primera Ley de la Termodinámica cuando explico por qué CICO es pseudociencia.
Cuando eres un dios poseedor de una inteligencia sobrehumana puedes decidir medicar a los padres de otras personas para que así tu padre decida hacerte caso y tomarse una pastillita que no le va a salvar de nada. Y te molesta que haya otras personas que no te crean un ser supremo, porque sabes que tienes razón y ellos no.
Leer más:
- La guerra del lenguaje (I): hablemos de harina, no de cereales
- La guerra del lenguaje (II): dieta balanceada o equilibrada
- La guerra del lenguaje (III): saludable
- La guerra del lenguaje (IV): adicción a la comida
- La guerra del lenguaje (VII): el aumento significativo del riesgo
- La guerra del lenguaje (VIII): dieta hipocalórica
- La guerra del lenguaje (IX): el déficit calórico
- La guerra del lenguaje (X): ortorexia
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- La guerra del lenguaje (XII): sociedades “científicas”
- La guerra del lenguaje (XIII): adelgazar no es “difícil”
- La guerra del lenguaje (XIV): las calorías “importan”
Pastillas para el colesterol en una mujer de 70 años
LDL en personas mayores
Papá, ni se te ocurra tomarte una pastilla para el colesterol
Colesterol: riesgos relativos, mentiras absolutas
Cómo te engañan los médicos pro-estatinas
https://drmalcolmkendrick.org/2019/03/03/cholesterol-games/
https://plazamoyua.com/2018/11/14/resulta-que-los-oceanos-no-se-estan-calentando-mas-rapido-era-un-error-y-solo-los-negacionistas-lo-han-visto/
https://plazamoyua.com/2018/10/25/de-donde-viene-el-desacuerdo-sobre-el-clima/
El dios te puede llamar negacionista o te puede llamar payaso, según lo que le apetezca:
https://www.patreon.com/posts/21462225
Si te gustan sus insultos, puedes financiarlos en patreon.
Lo que nos gusta hacer a los negacionistas:
http://rubendietetico.blogspot.com/2016/08/carneintentando-despejar-algunas-dudas.html
¡Una negacionista!
La probabilidad de que alguien que confunde su opinión con la ciencia esté diciendo algo inteligente es cero. Y si el único argumento que tienen es la difamación del crítico esa probabilidad hay que multiplicarla por cero.
No insultan porque tienen mucha razón, insultan porque no tienen capacidad para debatir racionalmente.

Este pobre desgraciado no se quita la palabra «negacionista» de la boca.
https://twitter.com/search?q=from%3Aquantumfracture%20negacionistas&src=typd
La amabilidad de los que insultan con una sonrisa en la boca.
Son tan inteligentes que no tienen más remedio que recurrir al insulto.
“Negacionista”: el insulto que persigue impedir la disensión, la crítica y el debate